domingo, 18 de diciembre de 2016

Alfonso Brezmes (1966 )

       No eches la culpa...


      No eches la culpa al polen de tus lágrimas.
      Todos los mares están mágicamente conectados
      a una misteriosa maquinaria que nutre nuestros ojos
      y, por un antiguo mecanismo de condensación,
      logra que llorar sea un asunto geográfico.
      No eches la culpa al polen de tus lágrimas:
      estudia física, y química, y anatomía, conócete
      de una vez por todas a ti mismo y, sólo después,
      llora, llora fuerte y abundantemente
      todo eso que, tras lo que ahora ya sabes,

      sigue sin tener explicación.


     ("no me quites paz")

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