Cuerpo dormido
A veces recuerdo la tibieza de aquellos días,
la gracia de aquel cuerpo dormido,
la blancura del lecho en un rincón del cuarto,
el libro abandonado, entreabierto,
la lámpara sumisa, la ventana,
el sonido lejano de la lluvia,
los lentos rumores de la noche.
Y pienso entonces que fue hermosa la vida,
y acaricio en mi pecho las heridas del tiempo.
("rua das petras")
viernes, 30 de septiembre de 2016
jueves, 29 de septiembre de 2016
Jorge Teillier (1935/1996 )
Antes del desorden
Yo caminaba por la Avenida Macul. ¿Qué edad tenía?
¿Veintidós años, veintitrés años?
Sobre los plátanos orientales
El sol otoñal
Se deshacía como el vitraux de una iglesia abandonada.
Yo no buscaba ningún recuerdo
Pero vi brillar ante mí los soles de tu ausencia.
Yo me sentaba en la terraza de Los Cisnes frente a una cerveza
Un pobre carrusel de fiesta de pueblo giraba en mi mente
Y me impedía leer el diario de la tarde
y hacer el pronóstico de las carreras
Un amor que yo aún desconocía se me reveló en una pequeña
nube rojiza
Aunque sólo me esperaba el silencio de la pensión donde
debía regresar
Acompañado por una lámpara que yo creía era el faro de todos
los encuentros
Y un espejo que reflejaba sólo moradas irreales
Y un futuro donde ella me esperaba junto a una muchacha
nacida junto a dos peces divergentes.
("los dominios perdidos", ed. fce, méxico, 1995, tercera ed.)
Yo caminaba por la Avenida Macul. ¿Qué edad tenía?
¿Veintidós años, veintitrés años?
Sobre los plátanos orientales
El sol otoñal
Se deshacía como el vitraux de una iglesia abandonada.
Yo no buscaba ningún recuerdo
Pero vi brillar ante mí los soles de tu ausencia.
Yo me sentaba en la terraza de Los Cisnes frente a una cerveza
Un pobre carrusel de fiesta de pueblo giraba en mi mente
Y me impedía leer el diario de la tarde
y hacer el pronóstico de las carreras
Un amor que yo aún desconocía se me reveló en una pequeña
nube rojiza
Aunque sólo me esperaba el silencio de la pensión donde
debía regresar
Acompañado por una lámpara que yo creía era el faro de todos
los encuentros
Y un espejo que reflejaba sólo moradas irreales
Y un futuro donde ella me esperaba junto a una muchacha
nacida junto a dos peces divergentes.
("los dominios perdidos", ed. fce, méxico, 1995, tercera ed.)
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Jorge de Sousa Braga (1957 )
Remos
Una de las cosas que aprendí muy pronto fue a remar. Remar conjugando el sonido de los remos cortando el agua con el latido de mi corazón.
Aprendí primero a remar contracorriente. Y ahora no sé -ni oso- remar de otra manera.
("rima interna", trad. martín lópez-vega)
Una de las cosas que aprendí muy pronto fue a remar. Remar conjugando el sonido de los remos cortando el agua con el latido de mi corazón.
Aprendí primero a remar contracorriente. Y ahora no sé -ni oso- remar de otra manera.
("rima interna", trad. martín lópez-vega)
martes, 27 de septiembre de 2016
Olga Bernad (1969 )
Todos los héroes
Todos los héroes eran hombres solos
(los recuerdo en el cine y en los cuentos).
Mad Max y Máximo,
Satán y don Quijote
no tenían mujer, o la perdieron
o quedaron vagando ciegamente
en el infierno de inventarse una.
Casi siempre me aburren sus historias.
Los quería a pesar de sus historias
porque, pese a las trampas de la historia,
todos los héroes eran hombres tristes.
("antón castro")
Todos los héroes eran hombres solos
(los recuerdo en el cine y en los cuentos).
Mad Max y Máximo,
Satán y don Quijote
no tenían mujer, o la perdieron
o quedaron vagando ciegamente
en el infierno de inventarse una.
Casi siempre me aburren sus historias.
Los quería a pesar de sus historias
porque, pese a las trampas de la historia,
todos los héroes eran hombres tristes.
("antón castro")
lunes, 26 de septiembre de 2016
Jorge Teillier (1935/1996 )
Cuando yo no era poeta
Cuando yo no era poeta
por broma dije que era poeta
aunque no había escrito un solo verso
pero admiraba el sombrero alón del poeta del pueblo.
Una mañana me encontré en la calle con mi vecina.
Me preguntó si yo era poeta.
Ella tenía catorce años.
La primera vez que hablé con ella
llevaba un ramo de ilusiones.
La segunda vez una anémona en el pelo.
La tercera vez un gladiolo entre los labios.
La cuarta vez no llevaba ninguna flor
y le pregunté el significado de eso a las flores de la plaza
que no supieron responderme
ni tampoco mi profesora de botánica.
Ella había traducido para mí poemas de Christian
Morgenstern.
A mí no se me ocurrió darle nada en cambio.
La vida era para mí muy dura.
No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.
Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44.
Eso me daba insomnio.
Me encerré mucho tiempo en mi pieza.
Cuando salí la encontré en la plaza y no me saludó.
Yo volví a mi casa y escribí mi primer poema.
("los dominios perdidos", ed. fce, 3a. reimpresión, 1995)
Cuando yo no era poeta
por broma dije que era poeta
aunque no había escrito un solo verso
pero admiraba el sombrero alón del poeta del pueblo.
Una mañana me encontré en la calle con mi vecina.
Me preguntó si yo era poeta.
Ella tenía catorce años.
La primera vez que hablé con ella
llevaba un ramo de ilusiones.
La segunda vez una anémona en el pelo.
La tercera vez un gladiolo entre los labios.
La cuarta vez no llevaba ninguna flor
y le pregunté el significado de eso a las flores de la plaza
que no supieron responderme
ni tampoco mi profesora de botánica.
Ella había traducido para mí poemas de Christian
Morgenstern.
A mí no se me ocurrió darle nada en cambio.
La vida era para mí muy dura.
No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.
Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44.
Eso me daba insomnio.
Me encerré mucho tiempo en mi pieza.
Cuando salí la encontré en la plaza y no me saludó.
Yo volví a mi casa y escribí mi primer poema.
("los dominios perdidos", ed. fce, 3a. reimpresión, 1995)
domingo, 25 de septiembre de 2016
Uriel Martínez (1950 )
Desfile
Luego vengo con más calma
me dijo la a mientras huía
despavorida, con el fleco revuelto.
Regreso otro día me prometió
la e mientras abría la puerta
del coche, con tacones altos.
No me olvides vengo pronto
me dijo la i, apenada
de no quedarse otro rato. Iba al gimnasio.
Voy de compras, era la o, tenía
tarjeta de crédito nueva e iba
a aprovechar rebajas de mes.
Mientras yo hacía corte de caja,
es media semana, se asomó la u
que me acompaña en la firma de papeles.
[Inédito]
Luego vengo con más calma
me dijo la a mientras huía
despavorida, con el fleco revuelto.
Regreso otro día me prometió
la e mientras abría la puerta
del coche, con tacones altos.
No me olvides vengo pronto
me dijo la i, apenada
de no quedarse otro rato. Iba al gimnasio.
Voy de compras, era la o, tenía
tarjeta de crédito nueva e iba
a aprovechar rebajas de mes.
Mientras yo hacía corte de caja,
es media semana, se asomó la u
que me acompaña en la firma de papeles.
[Inédito]
sábado, 24 de septiembre de 2016
Francisco Ruiz Udiel (1977/2011 )
Cada cuatro años nace una poeta suicida
a Sexton, Plath y Pizarnik
nacidas en 1928, 1932 y 1936
Cada cuatro años la muerte
abre la llave del gas de una cocina,
se fuma un cigarrillo en el sofá y espera.
Otras veces enciende el motor de un automóvil
dentro del garaje
y canta Chair in the Sky,
un poco de jazz no despertará
a las muñecas recién maquilladas, piensa.
Cada cuatro años la muerte toma
anfetaminas para adelgazar,
pero se le pasa un poco la mano
y ya no despierta.
No se pone triste, ni alegre, ni neurótica, no.
Pero cada cuatro años
la muerte amanece lúgubre
y observa la tarde roja
desde una ventana.
Alguien trata de invocarme, dice,
y cierra amargamente los ojos.
A mí me da pesar, no sé,
es como si ella quisiera decirnos
o contarnos algo desde su delgado rostro blanco,
como si estuviera cansada de estrangular mujeres.
Yo la conozco muy poco,
pero me consta aborrece
su funéreo oficio.
Últimamente la han visto respirar
cierto aire suicida.
Cada cuatro años a la muerte
se le irritan los ojos,
sabemos que ha llorado, lo sabemos,
pero callamos,
sabemos también que busca algún vientre
y como ella no tiene el privilegio
de la carne materna
aferra entonces sus fríos y delgados dedos
en el primer ombligo que encuentra.
Por eso cada cuatro años algunas niñas
ya vienen muertas.
("arte poética")
a Sexton, Plath y Pizarnik
nacidas en 1928, 1932 y 1936
Cada cuatro años la muerte
abre la llave del gas de una cocina,
se fuma un cigarrillo en el sofá y espera.
Otras veces enciende el motor de un automóvil
dentro del garaje
y canta Chair in the Sky,
un poco de jazz no despertará
a las muñecas recién maquilladas, piensa.
Cada cuatro años la muerte toma
anfetaminas para adelgazar,
pero se le pasa un poco la mano
y ya no despierta.
No se pone triste, ni alegre, ni neurótica, no.
Pero cada cuatro años
la muerte amanece lúgubre
y observa la tarde roja
desde una ventana.
Alguien trata de invocarme, dice,
y cierra amargamente los ojos.
A mí me da pesar, no sé,
es como si ella quisiera decirnos
o contarnos algo desde su delgado rostro blanco,
como si estuviera cansada de estrangular mujeres.
Yo la conozco muy poco,
pero me consta aborrece
su funéreo oficio.
Últimamente la han visto respirar
cierto aire suicida.
Cada cuatro años a la muerte
se le irritan los ojos,
sabemos que ha llorado, lo sabemos,
pero callamos,
sabemos también que busca algún vientre
y como ella no tiene el privilegio
de la carne materna
aferra entonces sus fríos y delgados dedos
en el primer ombligo que encuentra.
Por eso cada cuatro años algunas niñas
ya vienen muertas.
("arte poética")
viernes, 23 de septiembre de 2016
Josep Carner (1884/1970 )
Proximidad de la muerte
II
No es que te plazca el gemido de vidas enlutadas,
¡oh dulce Señor de los palacios radiantes!
Nomás es que en vano agotaste
a tus mensajeros blandos.
Se puede huir de tu beso piadoso,
de tus reproches gentiles,
de tus bálsamos secretos,
de tu casta y divina melancolía,
de los tenebrosos círculos
de tu altar ceñido de testas en pleno recogimiento,
de tu sonrisa que iluminan sólo
las lámparas rojas de tus cinco heridas.
Mas hete aquí la Muerte. Es la última,
es la grosera, es la mensajera baja.
De su casa primaveral y transparente
vino el Príncipe al mundo, y detrás suyo
senescales, mayordomos, gente de lo más florido.
Ya sólo queda la Muerte, que es la encargada
del establo, la fe del descreído.
Pero como todavía tu voluntad la manda,
te ofrezco acción de gracias
por la Muerte terrible que hacia Ti tira
de nos en el silencio negro. ¡Demasiado
hemos cedido a otro imperativo placentero!
¡Hay en nuestro hartazgo el olvido de Ti
y parece que Tú te empañes en nuestra fiesta!
Se ha desperdigado el Ayer detrás de mí.
Y ya que no me llevaron a la gracia nueva
ni la noche oscura ni el día carmesí
ni los regalos del gozo y de la prueba,
no merezco, Señor, sino morir.
Mas, viéndome Tú ennegrecido por el vicio,
¿no me expulsarás de tu claridad?
Si he perdido mi anillo esponsalicio,
reconocerme, oh Señor, ¿cómo podrás?
Yo sé que me condenaría tu justicia.
Ah, ¿qué cosa mía mejor te implorará?
¡No el oído, pleno de avaricia
ni los ojos, que sólo miran para envidiar;
la frente no, labrada por un rencor sañudo,
y la boca menos, donde reluce el adulterio
sino la mano que en mi crimen ponía
delante de mis ojos, avergonzado de Ti!
(en muro fb de orlando guillén, traducción suya)
II
No es que te plazca el gemido de vidas enlutadas,
¡oh dulce Señor de los palacios radiantes!
Nomás es que en vano agotaste
a tus mensajeros blandos.
Se puede huir de tu beso piadoso,
de tus reproches gentiles,
de tus bálsamos secretos,
de tu casta y divina melancolía,
de los tenebrosos círculos
de tu altar ceñido de testas en pleno recogimiento,
de tu sonrisa que iluminan sólo
las lámparas rojas de tus cinco heridas.
Mas hete aquí la Muerte. Es la última,
es la grosera, es la mensajera baja.
De su casa primaveral y transparente
vino el Príncipe al mundo, y detrás suyo
senescales, mayordomos, gente de lo más florido.
Ya sólo queda la Muerte, que es la encargada
del establo, la fe del descreído.
Pero como todavía tu voluntad la manda,
te ofrezco acción de gracias
por la Muerte terrible que hacia Ti tira
de nos en el silencio negro. ¡Demasiado
hemos cedido a otro imperativo placentero!
¡Hay en nuestro hartazgo el olvido de Ti
y parece que Tú te empañes en nuestra fiesta!
Se ha desperdigado el Ayer detrás de mí.
Y ya que no me llevaron a la gracia nueva
ni la noche oscura ni el día carmesí
ni los regalos del gozo y de la prueba,
no merezco, Señor, sino morir.
Mas, viéndome Tú ennegrecido por el vicio,
¿no me expulsarás de tu claridad?
Si he perdido mi anillo esponsalicio,
reconocerme, oh Señor, ¿cómo podrás?
Yo sé que me condenaría tu justicia.
Ah, ¿qué cosa mía mejor te implorará?
¡No el oído, pleno de avaricia
ni los ojos, que sólo miran para envidiar;
la frente no, labrada por un rencor sañudo,
y la boca menos, donde reluce el adulterio
sino la mano que en mi crimen ponía
delante de mis ojos, avergonzado de Ti!
(en muro fb de orlando guillén, traducción suya)
jueves, 22 de septiembre de 2016
Janet Frame (1924/2004 )
Poetas
Si los poetas mueren jóvenes
le legan dos tercios de su vida a los críticos
para pastar y engordar
en pastos visionarios.
Si los poetas mueren viejos
viven su propia vida
escriben sus propios poemas
son sus propios pudieron-haber-sido.
Los poetas muertos en flor son cometas premiados.
Los críticos hacen fila con sus vagones vacíos listos para engancharse.
Los poetas viejos que aún viven
permanecen fielmente camuflados en su propio cielo.
Incluso puede olvidarse que han estado brillando por tanto tiempo.
El recordatorio llega a su caída
extinguidos en la tierra.
El cielo queda vacío, el sol y la luna se han ido lejos,
no hay suficientes farolas, luciérnagas, bichitos de luz que alumbren
y por un tiempo parece que ya no habrá estrellas.
("huesos de jilguero", ed. uv-xalapa, ver., méx., trad. irlanda villegas)
Si los poetas mueren jóvenes
le legan dos tercios de su vida a los críticos
para pastar y engordar
en pastos visionarios.
Si los poetas mueren viejos
viven su propia vida
escriben sus propios poemas
son sus propios pudieron-haber-sido.
Los poetas muertos en flor son cometas premiados.
Los críticos hacen fila con sus vagones vacíos listos para engancharse.
Los poetas viejos que aún viven
permanecen fielmente camuflados en su propio cielo.
Incluso puede olvidarse que han estado brillando por tanto tiempo.
El recordatorio llega a su caída
extinguidos en la tierra.
El cielo queda vacío, el sol y la luna se han ido lejos,
no hay suficientes farolas, luciérnagas, bichitos de luz que alumbren
y por un tiempo parece que ya no habrá estrellas.
("huesos de jilguero", ed. uv-xalapa, ver., méx., trad. irlanda villegas)
miércoles, 21 de septiembre de 2016
José Alcaraz (1983 )
Orden del día
No desatiendas nunca ni la tierra ni el cielo.
Cuida de tus principios, educa tus finales.
En un cuaderno limpio mantén al día siempre
tus sentimientos. Llora, para limpiar la atmósfera
de malas emociones. Y si algún día tiemblas
sin remedio, convéncete de que tú sólo vibras.
("las afinidades electivas")
No desatiendas nunca ni la tierra ni el cielo.
Cuida de tus principios, educa tus finales.
En un cuaderno limpio mantén al día siempre
tus sentimientos. Llora, para limpiar la atmósfera
de malas emociones. Y si algún día tiemblas
sin remedio, convéncete de que tú sólo vibras.
("las afinidades electivas")
martes, 20 de septiembre de 2016
Donizete Galvâo (1955 )
Pregunta a un druida
El último bosque virgen se encuentra devastado
la última tribu fue descubierta por las cámaras de TV
los satélites radiografiaron las intimidades de la tierra
las ratas y los hombres disputan los basurales
¿qué conjuro mantendrá la vida en marcha?
("marcelo leites", trad. martín palacio gamboa)
El último bosque virgen se encuentra devastado
la última tribu fue descubierta por las cámaras de TV
los satélites radiografiaron las intimidades de la tierra
las ratas y los hombres disputan los basurales
¿qué conjuro mantendrá la vida en marcha?
("marcelo leites", trad. martín palacio gamboa)
lunes, 19 de septiembre de 2016
Ho Xuan Huong (1772/1822 )
Paisaje
Bajo la fina lluvia se vislumbran unas cataratas.
Reto a quienquiera a describir este paisaje desolado:
Viejos árboles verde oscuros despliegan altos sus doseles,
el gran río blanco y brillante luce su cinta siempre inmóvil,
el cuerno del boyero resuena y se extiende por el campo desierto,
tendida al viento está la red del pescador en la playa de compactas arenas.
¿Qué campana es aquélla que suena por allí de vez en cuando?
("marcelo leites", versión jesús munárriz)
Bajo la fina lluvia se vislumbran unas cataratas.
Reto a quienquiera a describir este paisaje desolado:
Viejos árboles verde oscuros despliegan altos sus doseles,
el gran río blanco y brillante luce su cinta siempre inmóvil,
el cuerno del boyero resuena y se extiende por el campo desierto,
tendida al viento está la red del pescador en la playa de compactas arenas.
¿Qué campana es aquélla que suena por allí de vez en cuando?
("marcelo leites", versión jesús munárriz)
domingo, 18 de septiembre de 2016
Adán Echeverría (1975 )
Para que pueda poner al día todas mis ideas
Es el aire
y la tristeza en remolino
dentro de la piel
en mis ojos
el diablo
dice que no somos Pensantes
sino hechos en fábrica
clonados frente al ordenador
junto a las ventanas virtuales
esperando siempre
El diablo nos mira desde el ojo de la cámara
pequeñito como ha sido siempre
pobre diablo de arrugadas alas
celofán
pobre diablo de mirada musical
caído de tan viejo
en el objetivo de la cámara
sueña que lo reconozcamos en cada nuevo rostro
donde somos el aire
la virtualidad
mirándonos en el otro
vigilantes calladitos y ensimismados
por el teclado
somos la idea detenida
el mismo ser humano que no deja de aullar
su para qué para qué para qué
ad infinitum.
("otra iglesia es imposible")
Es el aire
y la tristeza en remolino
dentro de la piel
en mis ojos
el diablo
dice que no somos Pensantes
sino hechos en fábrica
clonados frente al ordenador
junto a las ventanas virtuales
esperando siempre
El diablo nos mira desde el ojo de la cámara
pequeñito como ha sido siempre
pobre diablo de arrugadas alas
celofán
pobre diablo de mirada musical
caído de tan viejo
en el objetivo de la cámara
sueña que lo reconozcamos en cada nuevo rostro
donde somos el aire
la virtualidad
mirándonos en el otro
vigilantes calladitos y ensimismados
por el teclado
somos la idea detenida
el mismo ser humano que no deja de aullar
su para qué para qué para qué
ad infinitum.
("otra iglesia es imposible")
sábado, 17 de septiembre de 2016
Juan Carlos Flores (1962/2016 )
El ermitaño
El ermitaño/ se construyó una ermita/ la rodeó con un
sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada/ quise ser ermitaño/ construirme una ermita/
rodearla con un sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada/ pude ser ermitaño/ construirme una ermita/
rodearla con un sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada: Ser quien escribe o quien habla es habitar en un cementerio, pero dentro de una fosa común.
("diario de cuba")
El ermitaño/ se construyó una ermita/ la rodeó con un
sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada/ quise ser ermitaño/ construirme una ermita/
rodearla con un sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada/ pude ser ermitaño/ construirme una ermita/
rodearla con un sembrado de hortalizas/ yo/ por morder el mordido/ la lombriz
segmentada: Ser quien escribe o quien habla es habitar en un cementerio, pero dentro de una fosa común.
("diario de cuba")
viernes, 16 de septiembre de 2016
Jorge García Sabal (1948/1996 )
Charla del viejo
Habla de aquello que no hizo,
lo que estuvo al alcance de la mano
y no pudo tocar.
Es confuso ese parloteo que sólo él entiende,
es áspero cuando dice ¨eso sí valía la pena¨.
Habla de aquello que no hizo,
como esas tortugas al revés,
expuestas al sol, la panza blanca,
las uñas arañando el aire.
("al pial de la palabra")
Habla de aquello que no hizo,
lo que estuvo al alcance de la mano
y no pudo tocar.
Es confuso ese parloteo que sólo él entiende,
es áspero cuando dice ¨eso sí valía la pena¨.
Habla de aquello que no hizo,
como esas tortugas al revés,
expuestas al sol, la panza blanca,
las uñas arañando el aire.
("al pial de la palabra")
jueves, 15 de septiembre de 2016
Amalia Bautista (1962 )
Cuéntamelo otra vez
Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar de los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.
("el hacedor de sueños")
Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar de los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.
("el hacedor de sueños")
miércoles, 14 de septiembre de 2016
Eugenio Montale (1896/1981 )
Siria
Opinaban los antiguos que la poesía
es escala hacia Dios. Tal vez no es así
si tú me lees. El día, sin embargo,
que recobré por ti la voz lo supe,
ligero en un rebaño de nubes y de cabras
que sobre un risco en equilibrio mordisqueaban
rebabas de espinos y de zarzas. Los rostros
del sol y de la luna, demacrados, se fundían,
el coche estaba averiado y una flecha
de sangre en una piedra señalaba
el camino hacia Alepo.
Opinaban los antiguos que la poesía
es escala hacia Dios. Tal vez no es así
si tú me lees. El día, sin embargo,
que recobré por ti la voz lo supe,
ligero en un rebaño de nubes y de cabras
que sobre un risco en equilibrio mordisqueaban
rebabas de espinos y de zarzas. Los rostros
del sol y de la luna, demacrados, se fundían,
el coche estaba averiado y una flecha
de sangre en una piedra señalaba
el camino hacia Alepo.
("el hacedor de sueños", trad.favio morábito)
martes, 13 de septiembre de 2016
Horacio Benavides (1949 )
Lecho seco
Las piedras no olvidan
Rumora el río
tatuado en sus cinturas
El pardo y rojo otoño
el hondo bosque
donde el pez
frisa de amapola
su penumbra
La frescura de un cielo
que no acaba de pasar
Podríamos inclinarnos
y saciar nuestra sed
o sentarnos en la orilla
y soltar cuerda a nuestra alma
Mas alejémonos
el relámpago anuncia
el tropel de la crecida.
("antonio miranda")
Las piedras no olvidan
Rumora el río
tatuado en sus cinturas
El pardo y rojo otoño
el hondo bosque
donde el pez
frisa de amapola
su penumbra
La frescura de un cielo
que no acaba de pasar
Podríamos inclinarnos
y saciar nuestra sed
o sentarnos en la orilla
y soltar cuerda a nuestra alma
Mas alejémonos
el relámpago anuncia
el tropel de la crecida.
("antonio miranda")
lunes, 12 de septiembre de 2016
Jaime Gil de Biedma (1929/1990 )
Volver
Mi recuerdo eran imágenes,
en el instante, de ti:
esa expresión y un matiz
de los ojos, algo suave
en la inflexión de la voz,
y tus bostezos furtivos
de lebrel que ha maldormido
la noche en mi habitación.
Volver, pasados los años,
hacia la felicidad
-para verse y recordar
que yo también he cambiado.
("a media voz")
Mi recuerdo eran imágenes,
en el instante, de ti:
esa expresión y un matiz
de los ojos, algo suave
en la inflexión de la voz,
y tus bostezos furtivos
de lebrel que ha maldormido
la noche en mi habitación.
Volver, pasados los años,
hacia la felicidad
-para verse y recordar
que yo también he cambiado.
("a media voz")
domingo, 11 de septiembre de 2016
Uriel Martínez (1950 )
El silencio cada noche
el silencio cada noche
como una luz que expira,
la calle como testigo
de un cuerpo ardiente,
la mejilla como prueba
de una brasa que espera,
la voz como un deseo
formulado garganta adentro,
el cuerpo como testimonio
irrefutable de llagas latentes,
la sombra como puerta
abierta a ningún lado,
los latidos como alarma
de alguien que pretende,
los ojos como latidos
de una pared que sube,
el frío de sábanas como harina
que ansía el fuego, la quemadura,
el silencio que reina y se desangra
desde la corona, desde la flama.
[Inédito]
el silencio cada noche
como una luz que expira,
la calle como testigo
de un cuerpo ardiente,
la mejilla como prueba
de una brasa que espera,
la voz como un deseo
formulado garganta adentro,
el cuerpo como testimonio
irrefutable de llagas latentes,
la sombra como puerta
abierta a ningún lado,
los latidos como alarma
de alguien que pretende,
los ojos como latidos
de una pared que sube,
el frío de sábanas como harina
que ansía el fuego, la quemadura,
el silencio que reina y se desangra
desde la corona, desde la flama.
[Inédito]
sábado, 10 de septiembre de 2016
José María Fonollosa (1922/1991 )
Avenue of the Americas
Que con ella no iría más le dije.
(Ella anduvo a mi lado hasta mi cuarto.)
Que no la abrazaría más le dije.
(Ella puso mis brazos a su espalda.)
Que no la escucharía más le dije.
(Sus palabras vertía ella en mi boca.)
Que no haría el amor a ella le dije.
Y ahora está descansando sobre mi hombro.
("a media voz")
Que con ella no iría más le dije.
(Ella anduvo a mi lado hasta mi cuarto.)
Que no la abrazaría más le dije.
(Ella puso mis brazos a su espalda.)
Que no la escucharía más le dije.
(Sus palabras vertía ella en mi boca.)
Que no haría el amor a ella le dije.
Y ahora está descansando sobre mi hombro.
("a media voz")
viernes, 9 de septiembre de 2016
Diane di Prima (1934 )
Nana para un bebé neonato
Cielo
cuando te abras paso
encontrarás
una poeta
apenas la opción ideal.
No puedo prometerte
que nunca pasarás hambre
o que no estarás triste
en este mundo
descuartizado
y reducido a cenizas
pero puedo enseñarte
cielo
a amar tanto
que tu corazón se rompa
por siempre jamás
("trianarts", trad. annalisa martí pegrum)
Cielo
cuando te abras paso
encontrarás
una poeta
apenas la opción ideal.
No puedo prometerte
que nunca pasarás hambre
o que no estarás triste
en este mundo
descuartizado
y reducido a cenizas
pero puedo enseñarte
cielo
a amar tanto
que tu corazón se rompa
por siempre jamás
("trianarts", trad. annalisa martí pegrum)
jueves, 8 de septiembre de 2016
Raúl Gómez Jattin (1945/1997 )
Dios terrible
El encierro es brutal
sin embargo aquí
me acoge la comodidad
de un pan y un lecho
No tengo nada
de que quejarme
y aunque hubiera
tampoco lo haría
¿Si no me quejo de tener
un Dios terrible en las entrañas
por qué me dolería
de mi encierro?
("amanecer en el valle del sinú", fce, colombia, 2005)
El encierro es brutal
sin embargo aquí
me acoge la comodidad
de un pan y un lecho
No tengo nada
de que quejarme
y aunque hubiera
tampoco lo haría
¿Si no me quejo de tener
un Dios terrible en las entrañas
por qué me dolería
de mi encierro?
("amanecer en el valle del sinú", fce, colombia, 2005)
miércoles, 7 de septiembre de 2016
Robert Frost (1874/1963 )
El peligro de la esperanza
Es justo allí
a mitad de camino entre
el huerto desnudo
y el huerto verde,
cuando las ramas están a punto
de estallar en flor,
en rosa y blanco,
que tememos lo peor.
Pues no hay región
que a cualquier precio
no elija ese tiempo
para una noche de escarcha.
("trianarts", trad. carlos lópez narváez)
Es justo allí
a mitad de camino entre
el huerto desnudo
y el huerto verde,
cuando las ramas están a punto
de estallar en flor,
en rosa y blanco,
que tememos lo peor.
Pues no hay región
que a cualquier precio
no elija ese tiempo
para una noche de escarcha.
("trianarts", trad. carlos lópez narváez)
martes, 6 de septiembre de 2016
Eugenio Montejo (1938/2008 )
La simetría
El poeta tiene en común con la araña el arte de crear forma. Otros animales también lo hacen, como los pájaros al fabricar sus nidos o las abejas en su panal, pero en el poeta, como en la araña, la forma es segregada sin auxilio ajeno, en total soledad. La simetria con que la araña reproduce cierto orden innato, es la base de subsistencia de su especie, , como también en el poeta preestablece el lenguaje una secreta simetría, que constituye una parte ciertamente vital para la pervivencia de todos.
("geometría de las horas, una lección antológica", uv-xalapa, ver. méx., 2006)
El poeta tiene en común con la araña el arte de crear forma. Otros animales también lo hacen, como los pájaros al fabricar sus nidos o las abejas en su panal, pero en el poeta, como en la araña, la forma es segregada sin auxilio ajeno, en total soledad. La simetria con que la araña reproduce cierto orden innato, es la base de subsistencia de su especie, , como también en el poeta preestablece el lenguaje una secreta simetría, que constituye una parte ciertamente vital para la pervivencia de todos.
("geometría de las horas, una lección antológica", uv-xalapa, ver. méx., 2006)
lunes, 5 de septiembre de 2016
César Simón (1932/1997 )
Los ruidos
Cuando uno se ha sumergido largos días
en las cosas, pasando los ojos por las aristas
de los muebles, por las superficies;
cuando uno ha estado largo rato detenido
en cualquier lugar de tránsito, un pasillo,
o en el cuarto de baño, de pie, frente al espejo,
contemplando vagamente el blanco
del lavabo,
sin pensar en realidad en nada,
inmerso en los rumores que van llegando:
una moto lejana,
una puerta metálica, al cerrarse,
el melancólico silbo del tren;
uno se dice: esto... Yo..., A palpas,
con un telo en los ojos, tal vez abiertos
a un mundo más lejano, como un radar orientado
a lo más decisivo: el vago gesto
de alguien que dijera: arriba,
el mar, los años, esas piedras
de los pretiles.
("a media voz")
Cuando uno se ha sumergido largos días
en las cosas, pasando los ojos por las aristas
de los muebles, por las superficies;
cuando uno ha estado largo rato detenido
en cualquier lugar de tránsito, un pasillo,
o en el cuarto de baño, de pie, frente al espejo,
contemplando vagamente el blanco
del lavabo,
sin pensar en realidad en nada,
inmerso en los rumores que van llegando:
una moto lejana,
una puerta metálica, al cerrarse,
el melancólico silbo del tren;
uno se dice: esto... Yo..., A palpas,
con un telo en los ojos, tal vez abiertos
a un mundo más lejano, como un radar orientado
a lo más decisivo: el vago gesto
de alguien que dijera: arriba,
el mar, los años, esas piedras
de los pretiles.
("a media voz")
domingo, 4 de septiembre de 2016
Ellen Kennedy (1989 )
Naranja
quisiera que mi vida consistiese únicamente
en conducir mi bicicleta contigo
montaña abajo sin parar
mientras escuchamos música
en medio de la nada
sin nadie alrededor
excepto unas pocas luces parpadeantes y tranquilas sobre el cielo
parecidas a las estrellas pero más brillantes
y más naranjas
quisiera que mi vida consistiese únicamente
en conducir mi bicicleta contigo
montaña abajo sin parar
mientras escuchamos música
en medio de la nada
sin nadie alrededor
excepto unas pocas luces parpadeantes y tranquilas sobre el cielo
parecidas a las estrellas pero más brillantes
y más naranjas
("emma gunst", trad. luna miguel)
sábado, 3 de septiembre de 2016
ShuntaroTanikawa (1931 )
Un Chagall y una hoja de roble
He gastado todos mis ahorros en una litografía de Chagall
y la he puesto junto a una hoja de roble que encontré en el camino.
Algo a lo que podemos ponerle precio
junto a algo a lo que no podemos ponérselo.
Algo que es producto de una mano y un corazón humanos
y algo que es obra de la naturaleza.
El Chagall es hermoso.
La hoja de roble es hermosa.
Me levanto y preparo té
mientras una suave luz vespertina ilumina la mesa.
Mirando el Chagall
pienso en los días pasados cuando ella regresó junto a mí.
Mirando la hoja de roble
pienso en la delicadeza de lo creado.
Una hoja de roble y un Chagall,
ambos preciosos, irreemplazables.
El sonido de Ravel en el piano crece.
El hoy se transforma en uno con la eternidad
Igual que cuerpo y alma se deshacen en uno
en el cielo azul tras la ventana.
Y estas lágrimas, ¿por quién serán?
("el cultural", versión martín lópez-vega)
He gastado todos mis ahorros en una litografía de Chagall
y la he puesto junto a una hoja de roble que encontré en el camino.
Algo a lo que podemos ponerle precio
junto a algo a lo que no podemos ponérselo.
Algo que es producto de una mano y un corazón humanos
y algo que es obra de la naturaleza.
El Chagall es hermoso.
La hoja de roble es hermosa.
Me levanto y preparo té
mientras una suave luz vespertina ilumina la mesa.
Mirando el Chagall
pienso en los días pasados cuando ella regresó junto a mí.
Mirando la hoja de roble
pienso en la delicadeza de lo creado.
Una hoja de roble y un Chagall,
ambos preciosos, irreemplazables.
El sonido de Ravel en el piano crece.
El hoy se transforma en uno con la eternidad
Igual que cuerpo y alma se deshacen en uno
en el cielo azul tras la ventana.
Y estas lágrimas, ¿por quién serán?
("el cultural", versión martín lópez-vega)
viernes, 2 de septiembre de 2016
Jaime Gil de Biedma (1929/1990 )
Noches del mes de junio
a luis cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
("a media voz")
a luis cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
("a media voz")
jueves, 1 de septiembre de 2016
Estela Figueroa (1946 )
La enamorada del muro
I
La enamorada del muro
no sabe cómo es el muro.
pero seguro siente su humedad
cuando ha llovido.
Su aridez
en tiempo seco.
La enamorada del muro
depende del muro.
A él se aferra.
Si el muro se cae
ella se desparrama
como una cabellera sin cabeza.
A veces es tímida
y cubre sólo la base
como una mujer arrodillada
que abraza las piernas de un hombre.
Y a veces –qué deseo
y qué orgullo caben en ella–
cubre no sólo el muro
sino toda la casa.
("un poco de fiebre" blogspot)
I
La enamorada del muro
no sabe cómo es el muro.
pero seguro siente su humedad
cuando ha llovido.
Su aridez
en tiempo seco.
La enamorada del muro
depende del muro.
A él se aferra.
Si el muro se cae
ella se desparrama
como una cabellera sin cabeza.
A veces es tímida
y cubre sólo la base
como una mujer arrodillada
que abraza las piernas de un hombre.
Y a veces –qué deseo
y qué orgullo caben en ella–
cubre no sólo el muro
sino toda la casa.
("un poco de fiebre" blogspot)