Imagina
imagina el día dividido
en tres etapas: la de un sol
infernal, la niebla de tarde
y el resto nublado
imagina que antes de ocultarse
el día un ave atraviesa
desde lo más alto como flecha
callada y certera
luego imagina las horas
previas al sueño en que nadie
-nadie, oíste- toca, ni entra
ni pasa la noche ahí
supón luego que llega
la mañana queda, el agua
cristalina, las piedras
calladas de siempre
entonces, con el otro día encima,
imagina de nuevo el fuego,
el cenit, las brasas,
tus mapas.
[Inédito]
Encantador
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