El aseo
me visto tu pijama
y calzo tu calor ausente,
el aroma de tus ingles
y labios cerrados;
me lavo la boca con jabón
que lavaron tus manos,
que rozaron vellos,
canillas y dedos;
me paso por la yugular
la Guillette que redondeó
tu perfil, las tijeras
que cuadraron pómulos;
los filos que delinearon
la manzana de Adán
pasan lentos
por mi piel;
ya muy noche, cuando el silencio
acentúa tu ausencia, cansado
me tiendo, me eclipso,
te espero.
Respetable poema. Poema respetable.
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