miércoles, 16 de diciembre de 2015

Gabriel Ferrater (1922/1977 )

El mutilado


Ya sé que no le quieres.

No lo digas a nadie

Los tres, si tú me ayudas,

guardamos el secreto.

Nadie más ha de ver

lo que tú y yo hemos visto.

Se esconderá de todas

las personas y cosas

que antes eran amigas.

Vendrán días de invierno,

muy lejos de las mesas

donde os servían antes

ostras y vino blanco.

En los días lluviosos

no mirará el asfalto

donde os habíais visto

cuando ibais a pie

porque no había taxis.

No abrirá más los libros

que le hablaron de ti:

ignorará qué dicen

cuando no hablan de ti.

Y sobre todo, puedes

estar segura, nunca

sabremos dónde está.


Él se irá confinando

en muy lejanas tierras.

Caminará por bosques

oscuros. No verá

la azagaya de luz

de la memoria súbita.

Y cuando esté tan lejos

que ya parezca muerto

podremos recordarle,

decir que no le amabas.

Ya no nos dolerá

ver que te necesita.

Será como un espectro

sin dolor y sin vida.

Tal la foto macabra

de una Gueule Cassie,

que orna un escaparate

y no nos sobresalta.

Pero ahora, silencio:

no alarmemos a nadie,

que no vean la herida

sangrante y purulenta.

Demos tiempo al olvido.

Callemos, y que nadie

-ni siquiera yo mismo-

recuerde que soy yo.


("javier díaz gil", versión de pere gimferrer)


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