Gota de agua
Me dicen que en alguna ciudad
divaga mi doble como dos
gotas de agua; que lo espere.
He pasado por los jardines
del mediodía y en cada
sombra frondosa alguien busca
o espera.
Son cuerpos como sombras
agotadas por la luz, como
gotas de rocío rotas de sol.
Despacio, atento, he observado
la fila de taxis que llegan
y esperan viajeros.
Se acerca la hora del amigo,
el tiempo del almuerzo, el agua
de cebada y los vasos de hielo.
Me paso el paliacate por la
fisonomía del doble que no llega,
por el cuello sudoroso y los pliegues.
De pronto cae junto a mi sombra
procurada, la cadencia de acordeones
y guitarras antiguas como laúd.
Es genial este poema. No es pretencioso, es poesía strictu sensu.
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