El nixtamal hierve
El aroma a pescadería lo torturaba tanto como el dolor de testículos y recrudecía su sensación de impotencia, , más hiriente a medida que Fabiola, exangüe y desmorecida, se acercaba al paroxismo con una secuencia de gritos cortos y agudos primero, largos y roncos después, que culminó con un prolongado lamento de cante jondo, la rúbrica sonora de un orgasmo espectacular.
(fuente: El miedo a los animales, ed. Punto de Lectura, México, 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario