sábado, 26 de julio de 2014

Mauricio Contreras Hernández (1960 )

San Sebastián y sus lebreles corporales

Ahí está de nuevo.
Adivino su presencia tras las cortinas de la ventana
que permanece cerrada.

Me vigila con insistencia me busca me encuentra.
Sé que quiere acariciarme
pero no me dice nada.

En la casa me repiten que no hable con extraños,
vive cerca y todas las mañanas nos cruzamos.
El aroma del perfume que usa me trastorna,
su mirada acezante me sonroja y apuro el paso para alejarme,
pero quisiera quedarme.

Cómo cansan diez y seis años.
¿Por qué no me habla?
¿Cómo debo comportarme?

Sólo sus miradas.
Saetas como lebreles lamiendo mi costado,
cosquilleo que sube por mi espalda.


(fuente: Harold Alvarado Tenorio, Ajuste de cuentas. La poesía colombiana del siglo XX, editorial Agatha, Palma de Mallorca, 2014.)

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