sábado, 5 de julio de 2014

Irma Cuña (1932/2004 )

No podrás dos veces retomar el sueño

 
III
No podrás dos veces retomar el sueño.
Cuídate de su agua.
Una vez cae el corazón entre los muertos
    con la pesadez grave de los espacios:
sólo una vez naces así
sin rosa
sin pez
sin fruto.
Todos los días del hambre se suceden después inexorables.


Tú no creerás que has partido
hasta apretar el viento entre los dedos,
y yo me desespero para decirte que huyas río arriba
con tu única siembra.
Ahora.


Nunca después remontarás las fuentes.


Y te crecerán alas invisibles
    en la región del alma donde no hay aire,
y una aleta triangular buscará el filo inútil de las olas,
y un dedal de acero guardará la espina de las primaveras
    cuando el sol salga por occidente.


Nada retorna.
Tú dormías
y pasaban los coros de la ofrenda.
Más te valiera dormir ahora.
(En el andén rectangular se despiden parejas y se besan.
En el muelle respiran los viajeros.
Una playa redonda
se recuesta a dormir bajo la arena.
Alto, sonríe el bosque visionario.)

Tú estás en la marea enloquecida de las algas.
Nada vuelve.


(fuente: "otra iglesia es imposible")

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