miércoles, 20 de noviembre de 2013

Constantino Cavafis (1863/1933 )

La tumba de Lanis

El Lanis que amaste no está aquí, Marcos,
en la tumba donde vienes a llorar, tantas horas.
El Lanis que amaste lo tienes más cerca
cuando en tu casa te encierras mirando su retrato,
ese que algo conservó de lo que tú has amado.

Recuerda, Marcos, cuando trajiste del palacio
del procónsul a aquel pintor famoso de Cirene,
y él, con astucia de artista,
al ver a tu amigo quiso convencerlos
de que debía pintarlo como Jacinto
(de tal forma, más conocida sería su pintura).

Pero Lanis no prestaba su belleza;
con firmeza y contrariado dijo
no ser Jacinto, no ser ningún otro,
sino Lanis, hijo de Ramético, un alejandrino.


(texto tomado del blog "otra iglesia es imposible", traducción de Nina Anghelidis y Jorge García Sabal.)

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