sábado, 19 de octubre de 2013

Robert Desnos (1900/1945 )

 

 
La furtiva


La furtiva se sienta en el pasto crecido

para descansar de un recorrido agotador

a través de un campo desierto.

Perseguida, acosada, espiada, denunciada, vendida,

fuera de toda ley, de todo alcance.

A la misma hora en que se ponen las cartas sobre la mesa

y un hombre dice a otro:

«Hasta mañana».

Pero mañana estará muerto o se habrá ido lejos.

En la hora en que tiemblan las cortinas blancas en la noche profunda,

cuando el lecho trastornado de las montañas

abierto ante su invitada desaparecida

espera a algún gigante de más allá del horizonte,

la furtiva se sienta, se duerme la furtiva.

No hagan ruido, dejen descansar a la furtiva

en una esquina de esta página.

Teman que se despierte,

más enloquecida que un pájaro que se golpea contra los muros.

Teman que muera en su casa,

teman que pulverice todas las ventanas rotas,

teman que se esconda en un ángulo oscuro,

teman despertar a la furtiva dormida.
 
 
(texto tomado del sitio "el placard, versión de Jorge Fernández.)



 

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