jueves, 12 de septiembre de 2013

Décadas de sobredosis

Gram Parsons se encontraba absolutamente deprimido y cautivo de las drogas al filo del verano de 1973. El músico que había 'inventado' el 'country-rock' en los Byrds y, más tarde, con la creación de The Flying Burritos, no tenía ninguna respuesta a su vida. Para colmo, por no apagar una collilla, había incendiado y carbonizado su casa en Topanga Canyon, arriba, en las colinas de Malibú. Sólo pudo rescatar una guitarra y su viejo Jaguar, el coche que que veneraba desde su estancia en Londres, en casa de su gran amigo, Keith Richards. El único refugio que le hacía feliz era el Parque Nacional de Joshua Tree, el de los famosos árboles que inmortalizó U2. El mismo parque en que acostumbraba pasar la noche con los cactus y divisar "platillos volantes" junto a Keith Richards. Gram Parsons decidió pasar unos días en el hotel que acostumbraba. Es decir, el Joshua Tree Inn, un modesto motel de carretera de camino al pueblo del parque, en el 29 de Palms Highway.
Gram Parsons llegó al motel el lunes 17 de septiembre de 1973. Hace 40 años. Le acompañaba Margaret Fisher, su novia del colegio, con la que había vuelto tras su divorcio con la actriz Gretchen Burrell (la que había vivido el 'infierno' de Altamont, cuando los Flying Burritos habían sido teloneros de los Rolling Stones). También los acompañaba su poco menos que 'guardaespaldas', Michael Martin, y su chica, Dale McElroy. Al día siguiente, martes, Martin tuvo que volver a Los Ángeles, a dos horas de coche, porque se habían olvidado de la marihuana. Mientras lo esperaban, tras el almuerzo, Gram sacó una botella de un litro de tequila. La novia de Martin acababa de tener hepatitis y no estaba por el rollo de alcohol y drogas de Gram. El guitarrista, el hombre que se decribía como el inventor de la "cósmica música americana", se metió bastante heroína por la nariz. La mezcló con morfina que se había 'agenciado' de una farmacia. Siete horas después, Martín llamó a la puerta de la habitación numero 8 del Joshua Tree Inn. Nadie contestó y echó la puerta abajo. Gram estaba tirado en el suelo, inconsciente. Lo llevaron rápidamente a una habitación más grande, la numero 1. Allí, Martin tenía remedios para las sobredosis. Con hielo y un supositorio de agua pudo milagrosamente recuperarlo.
Alrededor de las 22.00 horas, la novia de Martin, que vigilaba a Parsons, mientras estaban cenando los demás, se dio cuenta de que el músico no respiraba apenas. Como no tenía ni idea de cómo recuperar un paciente de sobredosis, empezó a hacerle la respiración artificial, tratándole de reanimar boca a boca. Inmenso error. Media hora después, determinaron que lo mejor era llamar a un ambulancia. No tardó mucho la ayuda, pero era demasiado tarde. A Gram Parsons le dieron por muerto a las 12.15 horas del miercoles, 19 de septiembre de 1973, en el Hospital Hi-Desert de Yucca.
 
A la prensa y a la policía les dijeron que Parsons había muerto por causas naturales. Pero el comisario tuvo que encargar una autopsia y ésta reveló que el músico había muerto a causa de la alta toxicidad de las drogas que había ingerido. Gram sólo tenía 26 años. Sólo le faltaron días para incluirse en el macabro 'club de los 27 años', como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse.
Martin, su novia y Margaret, la chica de Gram, llamaron desde el hospital a Phil Kaufman, que ejercía de mánager del cantante, cuando en realidad no era más que un 'pipa' al que Parsons había conocido en los tiempos de 'Let it bleed', cuando trabajaba para los Rolling Stones. Después, intimaron en las grabaciones de 'Exile on Main Street', en la Costa Azul, donde Gram pasó semanas con su amigo Keith Richards, hasta que Mick Jagger lo metió en un coche y lo expulsó, porque intoxicaba a Keith.
Aquella noche, tras declarar a la policía, todos se quedaron en el motel. A Kaufman le dio tiempo de tirar en el desierto todas las drogas de Gram. Cuando volvió la policía, los interrogatorios demostraron que los testigos no tenían una única versión de la muerte de Gram Parsons. Así comenzaba la leyenda del músico que 'inventó' a los Eagles, por ejemplo. El músico culpable de que los Rolling Stones hicieran canciones como 'Wild horses' o 'Country Honk'.
El jefe de familia de Gram Parsons era su padrastro Bob Parsons, que había adoptado al chico cuando sólo tenía 10 años. ¿Por qué? La madre y la hermana de Parsons eran herederos del gran magnate de la fruta en Florida, John A. Snively. Las compañías de Snively llegaron a tener las tres cuartas partes de la produción de cítricos en Florida. El hijo del magnate, Cecil, padre de Gram, se había suicidado y el 'listo' del padrastro sólo quería hacerse con la fortuna de la familia. Vamos, como una obra de Tennesse Williams. Legalmente, Bob Parsons se hizo con la potestad para reclamar el cadáver del chico y reclamarlo en Nueva Orleáns, porque podía demostrar que había vivido un tiempo en Louisiana.
El 'pipa'-mánager Phil Kaufman se enteró que el féretro ya estaba en el aeropuerto de Los Ángeles, a punto de salir en un vuelo hacia Nueva Orleáns, preparado por el padrastro. Entonces, Kaufman decidió robar el cadáver para cumplir una promesa que le había hecho a Gram. Reclutó al 'guardaespaldas' Martin para viajar hacia el aeropuerto y recuperar el cuerpo del amigo, al que habían prometido y jurado que, si moría, lo quemarían en el desierto del Joshua Tree, en su lugar mágico. No quería ser enterrado en cualquier otro lado. La promesa data del funeral por un miembro de la banda de Parsons al que había matado un borracho: Gram le dijo a Kauffman quería que a su muerte se emborracharan y le quemaran en el desierto del Joshua Tree. Kaufman y Martin para recuperar el féretro pensaron que lo mejor era 'disfrazarse' de traje y corbata, como las personas serias. Pero después se dijeron "a la mierda". "Iremos como le hubiera gustado a Gram, con nuestros vaqueros, botas de cowboy y sombrero de cowboy". Se abastecieron de Jack Daniel's y cervezas y, en poco más de dos horas, ya estaban en el aeropuerto de Los Ángeles. Kaufman convenció al oficial del aeropuerto, con algunos papeles de Parsons, de que la familia había cambiado de idea y de que no quería que el féretro volara hacia Nueva Orleáns. Y todo ello, a pesar del estado de embriaguez de Kaufman.
 
Mientras, el 'pipa' firmaba con nombre falso los formularios, llegó un policía y con su coche tapó la salida del hangar. Kaufman pensó que todo se iba al traste, pero tuvo los arrestos para plantarse delante del agente, enseñarle los papeles que había firmado con nombre falso y pedirle que apartara su coche. Increíblemente, el policía pidió perdón, se apartó e incluso ayudó a Kauffman a meter el féretro en la parte de atrás de un coche fúnebre sin licencia y lleno de botellas de alcohol. Los dos ladrones de cadáveres, borrachos, partieron raudos hacia Joshua Tree.
Llegaron muy de noche al Monumento del Parque, pero siguieron conduciendo en el desierto, hasta que no pudieron seguir de lo bebidos que estaban. Dicen que pararon cerca del famoso Cap Rock, un lugar mágico y religioso para los apaches. Sacaron el féretro del coche, lo pusieron en el suelo y sacaron el cadáver de Gram. Kaufman dicen que lo regaron con más de 10 litros de gasolina que llevaban en bidones. Kaufman aseguró que Gram estaba desnudo, porque le habían hecho la autopsia y tenía dos extrañas 'cassettes' en su mano. Todo quedó carbonizado, hasta que vieron un coche a los lejos. Sin duda, el fuego y el humo habían alertado a los guardas del Parque. Salieron a escape y en tres horas estaban en Los Ángeles. En la actualidad, el supuesto lugar de la cremación de Gram Parson es un lugar intermitente de pregrinación. En algunas rocas hay graffitis de todo tipo. Pero un guarda de Cap me aseguró que el lugar exacto de donde quemaron a Parsons está a media milla de donde se suele creer. El peregrinaje a Cap Rock está equivocado. Kaufman y Martin penetraron en el desierto un cuarto de milla más, por lo menos. El robo del cadáver y la cremación de Gram Parsons se ha convertido en una de la historias más fantásticas del mundo del rock. Más o menos, la historia que he contado, está reflejada en un interesante filme de Johnny Knoxville del año 2003, titulada 'Grand theft Parsons'. Con la historia tal como el propio Kauffman la contó.
El robo del cadáver, acabó con una multa para Kaufman y Martin. Los ladrones de cadáveres tuvieron que pagar 300 dólares y 708 dólares por los daños que le habían hecho ataúd. Parte de los huesos de Parsons de los que pudo recuperar la policía viajaron finalmente a Nueva Orleáns, para el padrastro. Hay una tumba en el cementerio del 'Garden of Memories' de Louisiana. Otros restos de Gram se dicen que están justo delante de la puerta del motel Joshua Tree Inn. Margo Paolucci, su actual propietaria, que compró el motel en el año 2002, dice que en la famosa habitación numero 8, donde estuvo Gram, sólo queda un espejo de todo el mobiliario de hace 40 años. Nos dice que sólo alquila la habitación a los que le demuestran un amor especial por Parsons.

En realidad, el Joshua Tree Inn es la zona cero del turismo que Parsons atrae al Paque Nacional. Un tráfico incesante entre fanatismo y el ocultismo, porque se dice que aún se pueden oir las voces de Gram. El Tree Inn es un hotel muy modesto con tan sólo 10 habitaciones y cuatro bungalows. En la recepción se venden camisetas de Parsons. Hay también una pintura con su retrato. Es como un lugar mágico, liderado con la figura muy a los Jesús, con la cruz a la espalda de su traje crema vaquero. La figura mesiánica de un rey de la música vaquera con toques psicodélicos. Como su álbum póstumo, "un ángel serio".


(Reportaje de Julián Ruiz, "Quemadme en Joshua Tree", calcado del sitio "el mundo".)

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