jueves, 27 de junio de 2013

Augusto Pinochet, bibliófilo

El exdictador chileno Augusto Pinochet atesoró a costa del erario público lo que podría ser una de las mayores bibliotecas privadas de América Latina, alimentada por un afán compulsivo con el que buscó tapar su precariedad intelectual, según una investigación periodística publicada en Chile. Su monumental biblioteca "es como una suerte de escenografía que Pinochet hace para sí mismo, para reconocerse como un hombre importante y culto", afirmó Cristóbal Peña, el periodista autor del libro "La secreta vida literaria de Augusto Pinochet".

Repartida entre sus distintas casas, la existencia de esta colección salió a la luz pública recién en 2004, cuando se descubrió que Pinochet mantenía una fortuna oculta de más de 20 millones de dólares en bancos de Estados Unidos, abriéndose por primera vez una investigación judicial sobre sus bienes. Esa investigación logró contabilizar cerca de 50.000 libros, que fueron valorados –de forma prudente, según Peña– en unos tres millones de dólares. "Cuando se supo, fue sorpresivo que este personaje, que se supone que leía poco y nada, un inculto en apariencia, apareciera con esta biblioteca que es una de las más importantes de Chile y probablemente de Latinoamérica", explicó Peña.

Pinochet, según Peña, acaparaba compulsivamente libros. No los compartía, ni dejaba entrar prácticamente a nadie a sus bibliotecas. Esa obsesión habría surgido de un íntimo reconocimiento de su mediocridad intelectual, que contrasta con la brillantez de sus pares, agrega el autor. "Él mismo explicaba que era alguien que tenía dificultad para el estudio. Fue dos veces rechazado en la Escuela Militar, sufría de jaquecas severas cuando estudiaba en exceso, y tenía calificaciones regulares que estaban en la medianía", contó Peña.

"Pinochet era consciente que era menospreciado por sus pares. Cuando asalta el poder a partir de septiembre de 1973, se empeña en eliminar a quienes le podían hacer sombra", aseguró el periodista, ganador del premio Nuevo Periodismo Iberoamericano por una crónica sobre la biblioteca de Pinochet.

La mayoría de los libros de la biblioteca de Pinochet fueron adquiridos por el exdictador a antiguos libreros del centro de Santiago, a través de fondos públicos y hoy están bajo embargo judicial. En su gigantesca biblioteca no hay nada de literatura de ficción, ni poesía. Pinochet sólo coleccionaba libros de historia, geografía y también de marxismo, la ideología que su dictadura buscó aniquilar, según Peña.

Pinochet coleccionaba además enciclopedias, atlas y diccionarios. Tenía bastantes libros en francés y obras de Napoleón –su máximo ídolo–, junto a libros de historia de Chile, que eran los que más le apasionaban. Peritos que analizaron su biblioteca encontraron también varias cajas de libros sin abrir, títulos sin clasificar y "miles de libros antiguos y en apariencia valiosísimos que se hacían un lugar entre adornos, recuerdos, chocolates y objetos personales", reseña el libro de Peña.

Entre las obras más valiosas figuran la "Histórica relación del Reyno de Chile", escrito por el jesuita Alonso de Ovalle a mediados del siglo XVII, y dos ejemplares de 1733 y 1776 de "La Araucana", de Alonso de Ercilla. El dictador, quien fue profesor de la academia castrense, escribió también libros de geopolítica. Según Peña, fueron obras "bastante mediocres, que no fueron un aporte ni resistieron el paso del tiempo, y que si bien volvieron a publicarse, fue porque Pinochet se empeñó e ello cuando llegó al poder".

Algunos de las obras requisadas por su dictadura, llegaron a manos de libreros que más tarde los revenderían al mismo Pinochet, "que reunió una colección bien importante de textos de marxismo y de izquierda", según Peña. Pinochet nunca catalogó los libros que acumuló, y el peritaje de la justicia se limitó a analizar una muestra de toda su colección. "Nunca vamos a llegar a saber qué tuvo Pinochet y cuánto tuvo", dijo Peña.


(Para los que nunca han leido "Nocturno de Chile", de Roberto Bolaño, ahí se recrean episodios en que se da cuenta de las reuniones intelectuales del dictador con sus achichincles. Nota de agencia afp en el sitio "revista ñ".)

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