jueves, 4 de abril de 2013

El Principito no envejece

La fábula de Antoine de Saint-Exupéry sobre ese niño sabio y humilde del Asteroide B-612 que se hace amigo de un piloto varado se metió en las vidas de varias generaciones de lectores en todo el mundo, con más de 150 millones de ejemplares vendidos, en 260 idiomas y dialectos. El Principito fue publicado por primera vez el 6 de abril de 1943, en Estados Unidos por la editorial Reynal & Hitchcock, luego Houghton Mifflin Harcourt, que estos días celebra su 70° aniversario con varias ediciones especiales, una de ellas con audiolibro leído por Viggo Mortensen.

Al comienzo de la historia, un piloto se estrella en el Sahara y pronto se le acerca un pequeño príncipe que parece venir de un asteroide. Durante ocho días, el principito va describiéndole de dónde viene y la gente que conoció en su viaje lejos de casa, con un motivo recurrente: los adultos son extraños. Aunque con frecuencia se lo etiqueta como un libro para niños, El Principito está lleno de reflexiones filosóficas, donde se inscribe su frase más famosa, hablada por el zorro: "No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".

La atmósfera encantadora e intrigante de El Principito se explica por su maravillosa historia, por sus ilustraciones y la fascinante vida de su autor. Nacido en Lyon, Francia, Saint-Exupéry escribió su novela más famosa en Nueva York, durante un exilio autoimpuesto de dos años. Saint-Exupéry era aviador, y hacía vuelos de reconocimiento para Francia antes de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. En 1935, al tratar de romper el récord de velocidad para unir París y Saigón, se estrelló en el Sahara. Muchos creen que esta experiencia inspiró fragmentos del libro. También durante su exilio el autor creó todas las ilustraciones en acuarela. Y un año después de la publicación, el autor desapareció en el Mediterráneo mientras volaba en una misión de reconocimiento para su escuadrón aéreo francés. Dejó un legado que incluye ocho libros, entre ellos Correo del Sur, Vuelo Nocturno, y Viento, arena y estrellas.

Originalmente escrita en francés, El Principito tiene pasajes inolvidables, como el que retrata a la rosa de la que el protagonista se enamoró o el del zorro que conoció en la Tierra. Además de un best seller mundial, y el mejor trabajo literario de un autor francés en todo el siglo XX, la Fundación Saint-Exupéry reveló que la novela es también la más traducida de la historia, después de La Biblia.


(Amigo Manuel Herrera Castañeda: gracias a ti tuve otros ojos y otros tímpanos para leer y escuchar este libro breve e interminable: me decías que la frase "bebo para olvidarme que bebo" no era para el entendimiento de un niño, que era necesaria la intervención de un adulto en esa lectura entre líneas. Y esa frase la repetí en un programa de televisión matutina en Torreón, a fines de los años ochenta del siglo pasado. Sí, ya ha llovido en esa milpa; sí, ya hace años que nos dejaste, pero sólo en apariencia pues sigues cerca de nosotros, como Saint-Exupéry. Nota calcada del sitio "revista ñ", Clarín, Bs.As.)

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