martes, 26 de febrero de 2013

Nicanor Parra (1914 )

Creo no renegar...

Creo no renegar de mis principios
si relato sin malas intenciones
los pormenores de una aventura romántica
que me fue confiada por un sacerdote
prácticamente desde el lecho de muerte
en un rapto de suprema armonía:
años atrás en un pueblo del sur
una vez una rubia despampanante
-virgen naturalmente-
se desmayó por el exceso de incienso
mientras el sacerdote decía misa
con la mayor inocencia del mundo
sin sospechar el triunfo del Demonio
pero mejor será que me quede callado
qué gano yo con poner en tela de juicio
la conducta de los seres humanos
y de un sacerdote en particular
símbolo de virtud y pureza
preferible pensar en otra cosa
máxime si se tiene en consideración
que la muchacha no se dio cuenta de nada
por hallarse en estado cataléptico.


(texto tomado de Poemas para combatir la calvicie, antología, Julio Ortega, compilador, edición Fondo de Cultura Económica, México, 1993.)

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