XIII
Apenas saco la cabeza
por debajo de tu zapato;
mi epitafio, Flaca, ya legible,
escrito en tu suela me acongoja.
Pero ellas pasan, minuciosas
de las minucias que despiertan
el secreto de los sostenes,
el restiramiento de las faldas.
Esas minucias, en su número,
mínimas; máximas, sin número,
en sus variedades convincentes;
enrejadas por los imanes
de las cárceles donde se acendran,
hoy, encandilado, me convocan.
Como fe de bautismo nueva,
ellas mi salvación escriben:
que meta, a fondo, la cabeza
por debajo de su zapato.
(texto tomado de Calacas, editorial El Colegio Nacional, México, 2003.)
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