miércoles, 11 de enero de 2012

El silencio de Marlon Brando

La carta, encontrada en 2005 y vendida recientemente en una subasta de Christie’s, acaba de ser publicada por primera vez en forma íntegra. Jack Kerouac, el escritor, símbolo de la generación Beat, quería llevar On the road (En el camino), su novela recién publicada a la pantalla grande, y protagonizar la película junto al gran actor Marlon Brando. Nunca se llegó a nada. La primera versión cinematográfica de la novela, que hoy es de culto, se conocerá este año en una película de Walter Salles, que ya dirigió Diarios de motocicleta “Estimado Marlon, te ruego que compres los derechos de On the Road y hagamos una película juntos”. Corre el año 1957 y Jack Kerouac le escribe a Brando. A pesar de su conocida timidez, el escritor revela sus ambiciones de astro cinematográfico. Kerouac al parecer quería que Brando hiciera una película basada en su novela, en la que actuarían los dos: el actor interpretaría el papel de Dean Moriarty –el personaje inspirado en su amigo Neal Cassady– y Kerouac interpretaría a Sal Paradise, el narrador y protagonista, una especie de alter ego del escritor.

“Ya me imagino las tomas excelentes que se podrían hacer con la cámara en el asiento delantero del auto, mostrando la ruta, de día y de noche, a medida que va deslizándose delante del parabrisas, mientras Sal y Dean charlan”, escribe Kerouac. El escritor tiene verdadera fe en el proyecto, quiere discutirlo con Brando, lo invita a reunirse para verlo juntos, en Florida, donde está él, o en Nueva York.
“Podría salir algo grandioso”, arriesga el escritor, aunque el factor económico no es menor: “Lo único que quiero es poder arreglar mi vida y la de mi madre, así tendré la libertad de irme de viaje por el mundo a escribir desde Japón, India, Francia, etc.”.
El tono es apremiante, confidencial, abierto: Kerouac habla del cine americano; desearía que fuera más espontáneo que el francés, al que considera superior porque deja más libertad a los actores. Y después el ruego final: “Vamos Marlon, no te quedes de brazos cruzados y respondéme”.
El pedido de Kerouac no es atendido: Brando, que unos años antes había ganado el Oscar por Nido de ratas no compró los derechos. Podría haber nacido una obra maestra quizá, pero no se hizo nada.
En el Camino llegará al cine este año, con dirección de Salles, que ya llevó a la pantalla grande otro gran viaje: Los diarios de motocicleta del Che.


(Seguramente las súplicas de Kerouac le dieron mala espina a Marlon Brando, cuando a éste le sonreía ya la buena fortuna con "Nido de ratas" y "Un tranvía llamado Deseo"; o simplemente no llegaba aún el mejor momento para el compañero de ruta de Allen Ginsberg y otros desharrapados de su grupo, herederos directos del padre de la poesía estadunidense, Walt Whitman. Nota tomada de revista Ñ, Clarín, argentino.)

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