sábado, 17 de septiembre de 2011

EL EPICENTRO DE LA MIERDA

"Está chingón el mundo, se está yendo a la mierda", dice con sarcasmo el artista mexicano Artemio, que come apio a la sombra, en el Matadero de Madrid, mientras habla de la cruda realidad de Ciudad Juárez. Es uno de los 14 artistas que forman parte de la exposición Proyecto Juárez, comisariada por Mariana David. Esa esquinita del planeta, de la que sólo recibimos noticias desde el horror desde que en 1993 se encontraron las primeras mujeres asesinadas, ha suministrado todas las prohibiciones a EEUU, ya sean armas, alcohol, amapola o marihuana. Junto a Artemio, Carlos Amorales, Gustavo Artigas, Democracia, Iván Edeza, Enrique Jezik, Ramón Mateos, Yoshua Okón, Antonio de la Rosa, Artur Zmijeski y Santiago Sierra hablan de poderosos, hablan de narcotráfico, de corrupción y matanzas.
En el año 2006 se estableció residencia en la ciudad para todos ellos con el propósito de que miraran la ciudad fronteriza con EEUU más importante, privilegiada para el contrabando gracias al río Bravo. Y qué es lo que vieron: un banco de pruebas, donde el capitalismo más salvaje convirtió la localidad en "el epicentro del dolor". "El interés del beneficio está por encima de todo, la miseria y las armas han generado un espacio de violencia tremendo", subraya Mariana para aclarar que lo que pasa en Ciudad Juárez no sucede al margen del resto del mundo. Es una consecuencia.
Proyecto Juárez, que abre este domingo hasta el 13 de noviembre, "nace como una reflexión sobre las formas de dominación y discriminación, interesada en explorar la relación entre la construcción de la masculinidad, el ejercicio de la violencia y las formas de poder", cuenta la comisaria. Por eso todos los artistas son hombres.

Una postura inevitable

Repiten varias veces que son conscientes de que no van a cambiar el mundo. Incluso ironizan: "Me gustaría hacer exposiciones bonitas sobre el cielo azul. Pero ahora toca generar debates en otros foros". "Claro, algunos artistas asumimos que debemos dar una opinión, en la manera en que el capitalismo ha abolido la rebeldía", explica Artemio. ¿Corre el peligro Ciudad Juárez de convertirse en una moda fuera de Ciudad Juárez? "Desde luego", confirma Mariana y explica cómo una conocida marca de maquillaje empleó las muertas de Juárez para la publicidad de sus nuevos productos. Iván Edeza ha encontrado resonancias de Ciudad Juárez, como el comercio de personas o la inmigración. "Son fenómenos que se reproducen en todo el mundo".
El propio Edeza, con la pieza Especulación, monta una campaña publicitaria en la que utiliza algunas imágenes de los edificios derruidos en el centro histórico para levantar un "plan de regeneración" que acabó con los espacios de reunión y convivencia de la ciudad. "La frontera sólo funciona de sur a norte; de norte a sur sólo hay desprecio", dice Ramón Mateos que presenta la videoinstalación Juárez Sound System III. Artemio ha levantado un montón de tierra de 27 toneladas extraída de la ciudad, justo el peso que corresponde a los 488 cadáveres encontrados, según las ridículas cifras oficiales, y tomando un promedio de 55 kilos por mujer. Santiago Sierra quiso incendiar un letrero gigante en el que se leía "Sumisión", pero las autoridades mexicanas se lo prohibieron en el último momento.


(entrevista tomada del diario Público.)

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