domingo, 9 de enero de 2011

FRANCISCO VILLA, OTRA VEZ

I

“Para los humildes que se debatían bajo el látigo esclavista,Villa era un vengador; para los despojados por el amo, Villa era la justicia; para aquellos cuya sangre hervía aún por el ultraje del 47, Villa era el alma de México frente a Pershing; para quienes especulan con la tierra y con la sangre, Villa era un bandido y un monstruo”, decía un editorial del periódico El Demócrata el 21 de julio de 1923 (citado por Friedrich Katz en “Imágenes de Francisco Villa”; Edit. Era/ICED/Conaculta).

En “El secreto sucio de nuestra cultura” (Proceso, Nº 1783) Sabina Berman nos informa que hoy “el 48% de los mexicanos no se interesa en la cultura. 86% nunca ha pisado un museo. 57% no ha entrado a una librería. 73% no ha leído un libro el último año.“La política cultural no toca las vidas de la mayor parte de los
mexicanos. Sus clientes, durante los últimos 21 años, han sido los artistas y los intelectuales, no la sociedad.
“En la capital del país se concentran más museos, librerías, teatros, cines, casas de cultura, que en varios estados juntos.
En cambio, los nayaritas, -y los duranguenses, agregamos -nosotros- ven mucha TV, poco cine, apenas leen y en su gran mayoría nunca han cruzado el umbral de un espacio cultural, además la densidad de los espacios culturales es casi nula”; en Durango hay 2 teatros, uno construido hace más de 200 años, otro hace más de 100, cuando la ciudad era muy pobre y con muchísimo menos habitantes. Estos teatros han sido usados repetidas veces para informes de gobernadores y presidentes municipales que han destruido infraestructura cultural, como lo fue hace pocos años hasta dos veces sucesivamente la galería de artes plásti cas del Teatro Ricardo Castro.“En algunas partes hay bibliotecas públicas visitadas por 7 personas a la semana”, y directores de éstas que llegan a su trabajo a la una de la tarde y se retiran a “cabildear” en beneficio personal dos horas después. “Hay también auditorios convertidos en salones de mítines para sindicatos”, y galerías-museos convertidas en oficinas de cabildos municipales.

“Ciudadanizar la cultura” o “Hacer llegar el arte y la cultura a la mayoría posible de los mexicanos” han sido eslóganes inútiles del CONACULTA, del INBA, y también del ICED y del IMAC, que privilegian el espectáculo masivo y popular, el “show”, sobre el cultivo artístico e intelectual de la población.

II.
La crisis nacional que se vive actualmente se debe a la pésima educación, misma que ya ni la iglesia católica imparte desde el púlpito, con cardenales viviendo lujosamente, ofendiendo a la población, y coludidos con las clases políticas más corruptas. Villa decía que los curas “podrán enseñar las doctrinas de Cristo, pero eso no quiere decir que porque enseñan lo que es bueno, ellos puedan romper casi todos los mandamientos como me dice mi experiencia que siempre han hecho”. De ahí que el demonio sigue suelto desde la Revolución y que hoy se cometan tantos crímenes, de ahí y de la falta de cultura, educación moral y oportunidades de trabajo para la mayoría de los mexicanos, que están hoy igual o peor que los años previos a la Revolución Mexicana de 1910: Esas son las razones por la que hoy los jóvenes se arman y matan, se ligan a los carteles de la droga y a grupos criminales, ante la falta de líderes sociales verdaderos, aunque tal vez algunos hay que desde una forzada clandestinidad luchan por los de abajo, como los “Misteriosos Desaparecedores” (del abucheado misterioso reaparecido, Diego Fernández de Ceballos) y/o “Red por la Transformación Global”, en cuyos comunicados se deja entrever la mano de algún o algunos intelectuales, como también se ha dejado ver, aunque menos, entre algunos carteles de la droga nacionales, particularmente michoacanos. El día en que carteles y guerrilleros logren la capacidad de acción y pensamiento, intelectual y cultural,  del Sub Comandante Marcos, el número de refugiados en USA aumentará exponencialmente, particularmente el de ricos gobernantes y empresarios sátrapas. Hoy, casi igual que en tiempos del joven Villa, las “mentiras difundidas ampliamente por los medios de comunicación forman parte de la violencia cultural que promueve, legitima y justifica la violencia directa que el gobierno sostiene; la violencia del hambre, del desempleo, de la migración, de la delincuencia infantil y juvenil, de la trata de blancas. En fin, es posible afirmar que la alta burocracia y los sectores reaccionarios de la clase política, son quienes forman parte de las mafias más criminales en nuestro país, los verdaderos delincuentes, los de cuello blanco, que se enriquecen y adquieren la facultad de poner y quitar gobiernos”, como señalan en la primera
parte de sus comunicadosprevios a la liberación del “Jefe Diego”, los “Misteriosos Desaparecedores”. “Lapobreza –continúan señalando más adelante-, para muchos la miseria, es una constante amenaza de muerte y es mucho más poderosa que todos los grupos de sicarios juntos; la vida es reducida a su condición de supervivencia sin ninguna posibilidad de un desarrollo auténticamente humano. “Así, la violencia cultural es promovida y sustentada por los gobiernos; El gobierno es mafioso porque protege los intereses de los grandes ricos, de los dueños de todo, de los que saquean nuestros recursos naturales y trafican con todo, desde personas hasta armas, drogas e influencias. “Desde allí operan por dentro y por fuera de la ley grandes intereses económicos y políticos, en un entramado múltiple de lazos familiares, de compadrazgo, de arreglos de conveniencia, secretos, pactos, complicidades, bendecidos por la cúpula de poder de la Iglesia católica”.Sin embargo, lo sabemos todos luego de conocer la historia de nuestra Revolución, “la violencia es constructiva cuando es rebeldía frente a la amenaza de muerte, cuando enfrenta a la muerte personificada por quienes nos someten a la miseria. Pero lo violento es presentado como lo antiestatal; la única política permitida es la act-ividad esencialmente no-política, acompañada de la resignación”, agregan en dicho comunicado -que fue considerado por el Presidente Calderón como “puro rollo” de “criminales”-, y siguen: “La violencia cultural es la más sofisticada porque guarda al Estado bajo un marco de ‘aceptabilidad’ y muestra a los enemigos de quienes lo comandan, o sea, a los que luchan contra el mal gobierno, como enemigos de toda la sociedad. El ejercicio de la violencia es para Nosotros un recurso ineludible, pero necesita de un proyecto en el que su uso sea solamente un medio necesario”. Luego nos dicen –parte dos de
su comunicado- que a la Iglesia “como aparato aliado de las elites y parte fundamental de és -tas a través de la historia se le permitió acumular (desde Salinas y con ayuda del “Jefe Diego”) bienes materiales heredables, además de la facultad de inte-rvenir en la educación”.

III

El siguiente párrafo del documento citado es apabullante: “Más de 30,000 muertos sin contar a aquellos que deambulan en el anonimato (¿20,000?); más de 200, 000 encarcelados por haber encontrado como opción de vida la delincuencia; casi 8 millones de jóvenes desocupados que bien podrían alimentar los grupos delincuenciales, de esquiroles o la drogodependencia. “La pérdida progresiva de visión de futuro y de perspectiva para los jóvenes que miran como opción de vida el enriquecimiento rápido a través de su inserción dentro del mágico mundo de la ‘cultura de las televisoras’ o dentro de las huestes del narcotráfico. La extinción de fuerzas de trabajo para defender los intereses de Ellos, a través de la privatización de empresas y recursos del país; la pauperización de condiciones de trabajo y de salarios para mantener fuentes de empleo.

La militarización del país, la criminalización de la disidencia política, la paramilitarización de las policías, la extinción de los derechos humanos bajo argucias legales y extralegales, entre éstas la impunidad de los militares bajo el concepto de ‘fuero militar’, el incumplimiento de las garantías individuales ‘plasmadas en la Constitución’ para dar paso a la inconstitucional figura del ‘arraigo’”.

“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

“¿O es mucho soñar con que las riquezas de México (concluyen así, fraternalmente, quienes redactaron en este invierno el comunicado de la “Red por la Transformación Global”, sucintamente citado en este texto, y publicado íntegramente por La Jornada el 29/12/10) sean para la mayoría de los mexicanos? ¿Es ambicioso soñar con un país productivo que pueda dar trabajo y remuneración digna a sus hijos?

¿Es un sueño guajiro pensar que somos los 90 millones de pobres quienes debemos tener la posibilidad real de tomar las decisiones importantes en el modelo económico, político y cultural que deseamos? ¿Es mucho pedir un México para todos los mexicanos?

Yo creo que los sentimientos de las clases populares se expresan hoy en los narcocorridos, como antes se expresaron los sentimientos de estas clases hacia Villa, y que ambos se cantan en todo México (parafraseando a Friedrich Katz). Finalmente: ¿Es mucho pedir ciudadanizar la cultura?


(texto reproducido íntegro de la revista on line "a fondo", de Fernando Andrade Cancino, desde la ciudad de Durango.)

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