El cardenal de la diócesis de Guadalajara, México, Juan Sandoval Íñiguez, como tantas figuras públicas de nuestra farsa política se sigue pasando de verga, como ya es costumbre en los bajos mundos del clero religioso mexicano.
No contentos los purpurados con acceder a escuchar los excesos de nuestros distintos tipos de càncer social, como paso previo al "perdón de los pecados" y el acceso a sus carteras y caudales, poppers y drogas duras, nuevamente arremeten contra las minorías sexuales de este país de agachados.
Ahora resulta que en vez de combatir la pobreza que asuela a vastos territorios del mismo México, de promover la educación en sus lenguas indígenas de las distintas etnias que van de Chihuahua, Sonora, Coahuila y Sinaloa hasta el sureste; en lugar de solicitar a su patrón -un patrón quizá más sanguinario que nuestras deidades prehispànicas- compasión por los deshauciados de enfermedades prevenibles; en vez de abogar por que se aclaren los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, que se destituyan y castiguen las omisiones de Juan Molinar Horcasitas y el Karam por los 49 niños muertos en la guardería ABC de Hermosillo. Ahora resulta, decía, que truena contra el fallo de la SCJN por autorizar los matrimonios entre personas del mismo sexo y el derecho de adopción.
Y lo hace con figuras de retórica que envidiarían nuestros poetas Ramón López Velarde, Renato Leduc y Efraín Huerta, lo hace con metáforas influenciadas por la vena de Góngora, Lope y Quevedo, pero todo tamizado por el habla de nuestros eximios lectores de noticias Ferriz de Con, López Dóriga y Javier Alatore: les llamó ministros "maiceados" y a las minorías de este país de agachones les dijo "maricones"; y al pronuniciar estos calificativos, alguien vio, le chorreaban diamantes de las comisuras con tufo a tequila.
Pues bien, a este bandido de siete suelas que a menudo se pasa de lanza pronto se lo cargará la rechingada pues fue demandado ante el CONAPRED por el uso de términos racistas en ofensa de las minorías sexuales. Todo por pasarse, como ya decía, de verga. Si no crees, guacha, carnal.
http://mesterdejoteria.blogspot.com/2010/08/sandoval-iniguez-demandado-ante.html
La autora tambien andava rabiosa, pero con causa, la eclesiastica se pasa de la raya.
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