martes, 29 de junio de 2010

VIOLENCIA CONTRA REPORTEROS

Por cuestiones profesionales y familiares emigraste de la Comarca Lagunera en mayo de 1997, en ese entonces aún estaba reciente la desaparición de Cuauhtémoc Ornelas Campos, un colega periodista que editaba una revista artesanal de contenido diverso, principalmente ocupada en tratar asuntos policíacos y de política.
En la conferencia de prensa ofrecida por su familia, externaron que esa mañana Ornelas, como lo hacía por rutina, salió en su coche al bosque Venustiano Carranza, en Torreón, Coahuila, con tenis y short para ejercitarse antes de comenzar su jornada de trabajo. Pero ya no regresó a casa ni volvió a saberse nada de él.
La esposa, de unos 29 años de edad, informó a los asistentes que en el coche se encontaron sus prendas de vestir, los zapatos de lona, las llaves del coche pero ningún mensaje que informara de su destino o propósito de "volverse humo", de "desvanecerse" del medio periodístico en que él se desenvolvió hasta ese día.
Esta breve pero significativa historia se ha repetido, con variantes, de manera inexorable desde entonces y hasta hoy día: no sólo en entidades dominadas por la violencia al norte del país sino en regiones del centro, sur y sureste de México, sin que los hecho delictivos se hayan investigado de oficio ni se hayan rendido cuentas ni a los deudos ni a la opinión pública.
Lo cierto es que la violencia, hace lustros, ha desbordado al Estado y a las autoridades que lo representan, no hay en quién confiar y las quejas reiteradas de organizaciones como Reporteros sin Fronteras no encuentran eco en las instancias a las que recurren en este país; las recomendaciones de agrupaciones como la CNDH o la Interamericana de Derechos Humanos no conducen a nada. Al parecer, a nadie en el gobierno le interesa la llamada "libertad de expresión", incluso hay medios electrónicos e impresos que sólo atienden la "libertad de lucro"; y así como se dice que cada pueblo tiene el teatro que se merece, lo mismo puede afirmarse acerca de la prensa, las autoridades (en los tres órdenes de gobierno) y los candidatos.
Este alegato obedece a la muerte a balazos que sufrió, en la víspera, la pareja de periodistas caídos en Coyuca de Benítez, Estado de Guerrero, Juan Francisco Rodríguez Ríos y su esposa Ma. Elvira Hernández Galeana. Hechos que se suman a la lista de cuatro reporteros asesinados este 2010 y seis desaparecidos.
En seguida se oferta la liga de la nota aparecida en el diario español La Vanguardia, donde su corresponsal Joaquín Ibarz da fe del sucedido.

Asesinado un matrimonio de periodistas en el estado mexicano de Guerrero

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