sábado, 1 de mayo de 2010

SALAMANDRA

Me duele una salamandra
en todo el cuerpo
y en el centro gravitacional
del alma, el fuego.

En las ingles una humedad
que repta minuciosa
desde que saliste de cuajo
de la habitación solar.

Donde el torso se bifurca
en lentas mareas
y los labios musitan
tu cuerpo, un hielo persiste.

Pese a su quietud, me quema la lengua
si pronuncio tu nombre en balde;
si lo separo por sílabas, laten.

Me arde una salamandra
en cada poro cuando deletreo
aquel combate silencioso.

1 comentario:

  1. Amigo, felicidaes por estar ya publicando en tu blog, espero ver material tuyo muy seguido. Estaré al pendiente de tus relatos.
    Bye!

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