Dichoso el corazón enamorado
Dichoso el corazón enamorado
que en sólo Dios ha puesto el pensamiento,
por Él renuncia todo lo criado,
y en Él halla su gloria y su contento.
Aún de sí mismo vive descuidado,
porque en su Dios está todo su intento,
y así alegre pasa y muy gozoso
las ondas de este mar tempestuoso.
("zendalibros")
sábado, 31 de agosto de 2019
viernes, 30 de agosto de 2019
Enrique González Llorca (1870/1929 )
Fin
a rodolfo gonzález llorca
Ríos de llanto y ríos de veneno
he bebido en mi cáliz de amargura,
y en cien partes hendida mi armadura
por cien bocas desángrase mi seno.
He bregado en vórtices de cieno
con el crimen, el odio y la locura,
y a despecho de tanta desventura,
aún alienta en mi espíritu algo bueno.
Que si pena infinita me devora
y con saña el malvado la escarnece,
la esperanza me alumbra con su aurora.
¡Y del dolor entre la roja pira
mi corazón llagado resplandece
y abrillanta las notas de mi lira!
("poesía", ediciòn uv-xalapa, ver., mèx., 2008 )
a rodolfo gonzález llorca
Ríos de llanto y ríos de veneno
he bebido en mi cáliz de amargura,
y en cien partes hendida mi armadura
por cien bocas desángrase mi seno.
He bregado en vórtices de cieno
con el crimen, el odio y la locura,
y a despecho de tanta desventura,
aún alienta en mi espíritu algo bueno.
Que si pena infinita me devora
y con saña el malvado la escarnece,
la esperanza me alumbra con su aurora.
¡Y del dolor entre la roja pira
mi corazón llagado resplandece
y abrillanta las notas de mi lira!
("poesía", ediciòn uv-xalapa, ver., mèx., 2008 )
jueves, 29 de agosto de 2019
María Luisa Iglesias
Herencia
Todas las noches
deshilo la luna
para tejer
una sábana de luces
y al alba la destejo
para bordar
con hilos de plata
los ojos del día
Todas las noches deshila la luna
Se le descompuso el amor con garantía de por vida
Secó la humedad de los besos en el tendedero
Desdobló los abrazos y los tendió como mantel sobre la mesa
Endulzó el café con palabras amorosas
Sazonó la sopa con hojas de olvido
Trapeó el residuo de soles antiguos
Remendó el corazón deslavado
Lo guardó en un cajón del buró junto a la cama
Algunas noches
Su monótono latir le quita el sueño
("atardecer del séptimo dìa", edición iced, col. cielo de palabras, durango, méx., 2005)
Todas las noches
deshilo la luna
para tejer
una sábana de luces
y al alba la destejo
para bordar
con hilos de plata
los ojos del día
Todas las noches deshila la luna
Se le descompuso el amor con garantía de por vida
Secó la humedad de los besos en el tendedero
Desdobló los abrazos y los tendió como mantel sobre la mesa
Endulzó el café con palabras amorosas
Sazonó la sopa con hojas de olvido
Trapeó el residuo de soles antiguos
Remendó el corazón deslavado
Lo guardó en un cajón del buró junto a la cama
Algunas noches
Su monótono latir le quita el sueño
("atardecer del séptimo dìa", edición iced, col. cielo de palabras, durango, méx., 2005)
miércoles, 28 de agosto de 2019
María Mercedes Carranza (1945/2003 )
Oda al amor
Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.
("poesiacuatro")
Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.
("poesiacuatro")
martes, 27 de agosto de 2019
Àlvaro Mutis (1923/2013 )
Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.
(en muro fb de enzia verduchi)
lunes, 26 de agosto de 2019
Conrado Nalé Roxlo (1898/1971 )
Lo imprevisto
Señor nunca me des lo que te pida.
Me encanta lo imprevisto, lo que baja
de tus rubias estrellas; que la vlda
me presente de golpe la baraja
contra que he de jugar. Quiero el asombro
de ir silencioso por mi calle oscura,
sentir que me golpean en el hombro,
volverme, y ver la faz de la aventura.
Quiero ignorar en dónde y de qué modo
encontraré la muerte. Sorprendida,
sepa el alma a la vuelta de un recodo,
que un paso atrás se le quedó la vida.
("poesiacuatro")
Señor nunca me des lo que te pida.
Me encanta lo imprevisto, lo que baja
de tus rubias estrellas; que la vlda
me presente de golpe la baraja
contra que he de jugar. Quiero el asombro
de ir silencioso por mi calle oscura,
sentir que me golpean en el hombro,
volverme, y ver la faz de la aventura.
Quiero ignorar en dónde y de qué modo
encontraré la muerte. Sorprendida,
sepa el alma a la vuelta de un recodo,
que un paso atrás se le quedó la vida.
("poesiacuatro")
sábado, 24 de agosto de 2019
Luisa Futoransky (1939 )
Lik, la de la foto
Un animal inquieto en su radiante madurez
un manojo de luz que se derrama con intermitencia de faro,
de estrella tan remota.
Y te duermes, nena, con tus juguetes acariciados con largueza
los nombres de ciudades ultramarinas donde pierdes leyes y ceñidores
ebria de absoluto en zoológicos y bazares donde impera desconcierto
Sobria, la foto retiene y revela la escueta timidez
en la arrogancia de algún gesto
En cambio tus lágrimas que nunca dejan presa
asoman detrás de la sombra, las perras
van así, de peñasco en peñasco, construyendo nido
en la comisura alzada de tu sonrisa
y alojándose en tu repentino desfallecimiento
Un escalofrío inextricable revelará, a deshoras
tu melancolía,
sin remedio.
Repican los grillos en los llanos del sur.
La más cálida aguarda el brazo de su abrazo y tiene dispuesto para el asombro, cree, el más secreto amor.
Desde la otra orilla el remolino parece un sistema solar.
Pajitas, troncos, serpientes de río, ahogados, bagres y viejas, bronca, esperanzas, marcos desquiciados; en el estuario, todo vale.
Hasta los hoyos negros del firmamento que no te ofrezco.
Te desgrané en las aspas de loas y blasfemias, de crónica y cantigas. Atrapando nada.
("poetas argentinos")
jueves, 22 de agosto de 2019
Dolores Etchecopar (1956 )
Hay palabras preciosas
hay palabras preciosas
gemas que se abren misteriosamente
cuyas facetas destellan algo que se quiebra
antes de completarse
así es la palabra aquiescencia
difícil de pronunciar
esquiva como un hilo de agua
que fluye entre las aristas filosas
de la palabra no
("poetas argentinos")
miércoles, 21 de agosto de 2019
Enrique González Llorca (1870/1929 )
El tahúr
Pálido rostro, con crispada mano
sobreel tapete su jornal coloca,
y a la fortuna con afán invoca,
pero la invoca el miserable en vano.
La baraja es su dios. Vil e inhumano
los mudamientos del deber sofoca,
y en el garito la honradez apoca
y de ser criminal se siente ufano.
Y mientras èl enloquecido juega,
abrumadora y arrollando todo,
a su hogar, imperiosa el hambre llega.
La seducción trabaja, el oro esplende,
y al lecho conyugal mancilla el lodo
o la primicia virginal se vende.
("poesía", edición uv-xalapa, veracruz, méxico, 2008)
Pálido rostro, con crispada mano
sobreel tapete su jornal coloca,
y a la fortuna con afán invoca,
pero la invoca el miserable en vano.
La baraja es su dios. Vil e inhumano
los mudamientos del deber sofoca,
y en el garito la honradez apoca
y de ser criminal se siente ufano.
Y mientras èl enloquecido juega,
abrumadora y arrollando todo,
a su hogar, imperiosa el hambre llega.
La seducción trabaja, el oro esplende,
y al lecho conyugal mancilla el lodo
o la primicia virginal se vende.
("poesía", edición uv-xalapa, veracruz, méxico, 2008)
martes, 20 de agosto de 2019
Toni Morrison (1931/2019 )
LAS ESPALDAS
Él conocía las espaldas, las observaba determinantemente, porque en las espaldas se descubría todo. No en los ojos, no en las manos, ni tampoco en las bocas, sino en las espaldas, porque se limitaban a estar allí, completamente al descubierto, sin protección y sin posibilidad de manipulación, como la espalda de Marinero, tensa como el camastro de un galpón donde podían pasar la noche los vagabundos. Una espalda en la que se había depositado el dolor de cada llaga, de cada nervio pellizcado entre las vértebras de la nuca, de cada dolor de muelas, de cada tren de regreso a casa que no había alcanzado a coger, cada buzón vacío, cada estación de autobuses cerrada, cada cartel de no-molesten y este-asiento-está-reservado que habían existido desde que Dios creó las aguas.
("la isla de los caballeros", ediciones b, trad. mireia bofill, barcelona, 1988, col. biblioteca de autor)
lunes, 19 de agosto de 2019
Sebastián Bianchi (1966 )
La novia del futbolista
Cuando la muchacha vampiro
vio que el sol asomaba entre las nubes,
una infinita tristeza anegó su corazón
y de sus ojos cayó una lágrima.
El futbolista yacía con el cuerpo desnudo en su regazo;
lo acarició lánguida, calladamente
y dejó guardado un beso en el labio superior.
El joven despertó con la conciencia aún velada por el sueño.
Hizo esfuerzos desesperados por levantarse,
pero de momento parecía dominar la modorra.
Ésta, con imaginarias cuerdas, lo sujetó hasta el mediodía.
Es cosa sabida en la naturaleza que al tomar el sol mayor altura,
mayor es la temperatura que proyecta con su luz.
Los animales, enterados de la situación,
aguardaban en sus madrigueras.
Las plantas doblaban los tallos para buscar protección.
Y las piedras indefensas,
¿a quién esperaban en medio del calor?
El futbolista dejó que la tarde se extinguiera
y salió con la pelota hacia el campo enemigo.
Pasaban a su lado árboles de pasto a gran velocidad.
Lo que producía fricción con el viento,
sacaba viento a los costados
El césped, así, onduló suavemente.
Una torcaza silbó compañera.
El cielo se cubrió de blanco.
Un sol parecido a una torta
y un niño que parece que se lo come.
Es dios,
está contento e inventa una nube.
El viento mostró en harapos lugares del cielo.
En su lastimadura titilaron plateadas las estrellas.
La luna, trepada al alambrado,
no sabía cómo hacer para bajar.
Para manifestarse el sentimiento requiere de sus partes.
Entraron en uso,
fueron abandonadas a la espontaneidad
que la vida se cuida de guardar en sus criaturas.
("poetasargentinos")
Cuando la muchacha vampiro
vio que el sol asomaba entre las nubes,
una infinita tristeza anegó su corazón
y de sus ojos cayó una lágrima.
El futbolista yacía con el cuerpo desnudo en su regazo;
lo acarició lánguida, calladamente
y dejó guardado un beso en el labio superior.
El joven despertó con la conciencia aún velada por el sueño.
Hizo esfuerzos desesperados por levantarse,
pero de momento parecía dominar la modorra.
Ésta, con imaginarias cuerdas, lo sujetó hasta el mediodía.
Es cosa sabida en la naturaleza que al tomar el sol mayor altura,
mayor es la temperatura que proyecta con su luz.
Los animales, enterados de la situación,
aguardaban en sus madrigueras.
Las plantas doblaban los tallos para buscar protección.
Y las piedras indefensas,
¿a quién esperaban en medio del calor?
El futbolista dejó que la tarde se extinguiera
y salió con la pelota hacia el campo enemigo.
Pasaban a su lado árboles de pasto a gran velocidad.
Lo que producía fricción con el viento,
sacaba viento a los costados
El césped, así, onduló suavemente.
Una torcaza silbó compañera.
El cielo se cubrió de blanco.
Un sol parecido a una torta
y un niño que parece que se lo come.
Es dios,
está contento e inventa una nube.
El viento mostró en harapos lugares del cielo.
En su lastimadura titilaron plateadas las estrellas.
La luna, trepada al alambrado,
no sabía cómo hacer para bajar.
Para manifestarse el sentimiento requiere de sus partes.
Entraron en uso,
fueron abandonadas a la espontaneidad
que la vida se cuida de guardar en sus criaturas.
("poetasargentinos")
domingo, 18 de agosto de 2019
Uriel Martínez (1950 )
El tobogán
Ves aquel bosque de nopales,
Ahí vi la luz primera
Del mundo;
Si te adentras en esa danza
De árboles de pencas
Llenas de espinas
Encontrarás la mezquitera,
En cada brazo hay una
Historia de ahorcados
Muertos como péndulos
Por voluntad propia
Casi por desidia;
Nadie te dará razón de sus razones
Para cerrar sus días
En silencio,
Es sólo un modo de abandonarse
En pendiente, en el tobogán
Que te lleva por inercia
Es otro modo de cerrar callado el telón.
(Inédito)
sábado, 17 de agosto de 2019
Pablo García Casado (1972 )
Padre
en el ford por carreteras del norte
viajando junto a sara mi hija de ocho años
frías estaciones de servicio largos cafés con cristaleras
donde ella sopla una y otra vez las velas de una tarta
la veo crecer perdiéndose entre las mesas hablando con desconocidos
quedándose más tarde de las ocho luego de las diez luego de las doce
y yo buscándola en mac donalds hospitales comisarías
y ella gritando de rabia por qué te follaste a mamá
cabrón hijo de puta
demasiado cobarde
para buscar casa pagar impuestos un día detuve el coche
en mitad de la nieve puse el volante entre sus manos
saqué mi equipaje y mis pocas pertenencias
y ella se alejó en mi ford
Número seis
me besa me desnuda hace de mí lo que quiere
estoy borracha todo me da vueltas tengo que ir
al baño dos veces para no vomitarle encima
se marcha temprano a toda prisa no hay despedida
nota justificativa o teléfono de contacto sólo dudas
todos los hombres son príncipes a las cinco de la mañana
todas las putas son tú cuando despiertas y no hay nadie
("eldígoras")
en el ford por carreteras del norte
viajando junto a sara mi hija de ocho años
frías estaciones de servicio largos cafés con cristaleras
donde ella sopla una y otra vez las velas de una tarta
la veo crecer perdiéndose entre las mesas hablando con desconocidos
quedándose más tarde de las ocho luego de las diez luego de las doce
y yo buscándola en mac donalds hospitales comisarías
y ella gritando de rabia por qué te follaste a mamá
cabrón hijo de puta
demasiado cobarde
para buscar casa pagar impuestos un día detuve el coche
en mitad de la nieve puse el volante entre sus manos
saqué mi equipaje y mis pocas pertenencias
y ella se alejó en mi ford
Número seis
me besa me desnuda hace de mí lo que quiere
estoy borracha todo me da vueltas tengo que ir
al baño dos veces para no vomitarle encima
se marcha temprano a toda prisa no hay despedida
nota justificativa o teléfono de contacto sólo dudas
todos los hombres son príncipes a las cinco de la mañana
todas las putas son tú cuando despiertas y no hay nadie
("eldígoras")
viernes, 16 de agosto de 2019
Rocío González (1962/2019 )
Neurología 211
Tengo una cámara fría con paredes de hielo,
si te llevo, podría congelarte, hacerte finos cortes
que me hablaran de ti, de dónde vienes,
en qué estertor de mi memoria te fundaste.
Todo se congela en esa habitación,
en medio del calor, es un oasis;
antes de hacerse sólida, el agua en la garganta
es una redención y un hormigueo. Meto la mano en ella
y se pone morada, las gotas que salpican se ríen de mí.
Todo esto pasa mientras abren mi cráneo,
el frío del bisturí es el mismo de aquellas tardes,
sumerjo todo el cuerpo en ese recipiente de aluminio
rectangular y quepo exacta, como es exacto el corte
que empieza a separarte del cerebro. Yo juego
a las escondidas, oigo que gritan mi nombre,
me hago pequeña, no respiro, no quiero que me encuentren.
La operación es lenta y se ha trazado un mapa,
es vital que te extirpen completo, que no te hayas
convertido en rizoma, que no crezcas,
que yo tenga ocho años para seguir jugando.
A punto de volverme un bloque de hielo,
salgo de mi escondite
sé que he ganado el juego:
¡uno, dos, tres por mí y por todos mis amigos!
("neurologìa 211", trilce ediciones, méx., 2013)
Tengo una cámara fría con paredes de hielo,
si te llevo, podría congelarte, hacerte finos cortes
que me hablaran de ti, de dónde vienes,
en qué estertor de mi memoria te fundaste.
Todo se congela en esa habitación,
en medio del calor, es un oasis;
antes de hacerse sólida, el agua en la garganta
es una redención y un hormigueo. Meto la mano en ella
y se pone morada, las gotas que salpican se ríen de mí.
Todo esto pasa mientras abren mi cráneo,
el frío del bisturí es el mismo de aquellas tardes,
sumerjo todo el cuerpo en ese recipiente de aluminio
rectangular y quepo exacta, como es exacto el corte
que empieza a separarte del cerebro. Yo juego
a las escondidas, oigo que gritan mi nombre,
me hago pequeña, no respiro, no quiero que me encuentren.
La operación es lenta y se ha trazado un mapa,
es vital que te extirpen completo, que no te hayas
convertido en rizoma, que no crezcas,
que yo tenga ocho años para seguir jugando.
A punto de volverme un bloque de hielo,
salgo de mi escondite
sé que he ganado el juego:
¡uno, dos, tres por mí y por todos mis amigos!
("neurologìa 211", trilce ediciones, méx., 2013)
jueves, 15 de agosto de 2019
Jaime Reyes (1947/1999 )
La Tora
9
E imposible será que traduzcáis el dormido lenguaje que bajo la tierra está cerrando puertas y ventanas cuya razón de ser nunca existió, y vano será vuestro peregrinar, ya vana será también la tierra que con vuestros hijos hayáis regado, y llegará el día y ningún testimonio quedará, pues el testimonio será un campo de sangre y ruinas en vientres de cuyo halo blanquecino pretenderéis cogeros y caeréis, pero en verdad, en verdad ya no habrá caída.
("isla de raìz amarga, insomne raíz", ed. era, mèx., 1976, col. alacena)
miércoles, 14 de agosto de 2019
María Luisa Iglesias
El secreto de decir lo que no se oye
El silencio no crece
se petrifica
Sueñan los fósiles con ser peces de colores
saltar fuera de la boca
en busca de un mar que ya no existe
("atardecer del séptimo día", ed. iced, durango, méx 2005, col. cielo de palabras)
El silencio no crece
se petrifica
Sueñan los fósiles con ser peces de colores
saltar fuera de la boca
en busca de un mar que ya no existe
("atardecer del séptimo día", ed. iced, durango, méx 2005, col. cielo de palabras)
martes, 13 de agosto de 2019
William Ospina (1954 )
El geólogo
Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, mas la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.
(muro fb de daniel montoly)
Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, mas la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.
(muro fb de daniel montoly)
lunes, 12 de agosto de 2019
José Carlos Cataño (1954/2019 )
Amores ilustres
Yo también podría decir algo acerca de eso. Guardaos
vuestras estrellas polares, vuestras interminables
noches de amor, vuestras damas exquisitas, vuestras
hembras calientes como una mañana por Nyangabulé.
Tanto me da.
Acaso el amor sea el instante en que tiemblan dos
cuerpos demorando derramarse el uno en el otro, los
ojos en los ojos, la lengua en el secreto previo al
desfallecimiento.
Su rostro no era hermoso y era persona de pocas
palabras. Tenía desde noviembre no sé qué semilla en
agua, y ayer, como quien dice, se convirtió en un
tallo finísimo, imparable, en la alegría de la casa.
Tanto me río de lo que sobrevive al verano, que ya sé
lo que es suficiente.
("amediavoz")
Yo también podría decir algo acerca de eso. Guardaos
vuestras estrellas polares, vuestras interminables
noches de amor, vuestras damas exquisitas, vuestras
hembras calientes como una mañana por Nyangabulé.
Tanto me da.
Acaso el amor sea el instante en que tiemblan dos
cuerpos demorando derramarse el uno en el otro, los
ojos en los ojos, la lengua en el secreto previo al
desfallecimiento.
Su rostro no era hermoso y era persona de pocas
palabras. Tenía desde noviembre no sé qué semilla en
agua, y ayer, como quien dice, se convirtió en un
tallo finísimo, imparable, en la alegría de la casa.
Tanto me río de lo que sobrevive al verano, que ya sé
lo que es suficiente.
("amediavoz")
domingo, 11 de agosto de 2019
Jesús Cárdenas Sánchez (1973 )
Dejar de ser unidad
Quiere ser una mota de polvo más,
un grupo de moléculas reunidas.
Quiere contar con una habitación
iluminada, un ajetreo cálido,
formar parte de un grupo,
salir al encuentro de la muchedumbre
hasta ser insufrible.
Se aleja de los actos solitarios,
se informa de las reuniones locales,
se apunta al gimnasio, a idiomas, a talleres.
Va al encuentro de la tertulia,
al roce de una tasca o una bodega.
Busca ser murmullo de vida,
caer en esas trampas comunes.
Busca en foros, en chats otros iguales,
la señal de palabras enlazadas.
Busca, en realidad, el equilibrio en los otros,
alguien a quien poder aferrarse ahora.
Aún entonces no da gracias a la vida,
pues dejará de ser una quimera
mientras solo un mantel aguante
con un cubierto y un vaso.
("portal de poesía")
Quiere ser una mota de polvo más,
un grupo de moléculas reunidas.
Quiere contar con una habitación
iluminada, un ajetreo cálido,
formar parte de un grupo,
salir al encuentro de la muchedumbre
hasta ser insufrible.
Se aleja de los actos solitarios,
se informa de las reuniones locales,
se apunta al gimnasio, a idiomas, a talleres.
Va al encuentro de la tertulia,
al roce de una tasca o una bodega.
Busca ser murmullo de vida,
caer en esas trampas comunes.
Busca en foros, en chats otros iguales,
la señal de palabras enlazadas.
Busca, en realidad, el equilibrio en los otros,
alguien a quien poder aferrarse ahora.
Aún entonces no da gracias a la vida,
pues dejará de ser una quimera
mientras solo un mantel aguante
con un cubierto y un vaso.
("portal de poesía")
sábado, 10 de agosto de 2019
Jesús Cárdenas Sánchez (1973 )
Llegar a un pueblo de la sierra
Llegas con la astilla hendida
de los que dejan que el amor se mueva por inercia
con la mirada lejana, con el olfato de un cazador,
sin escuchar el rumor del río
ni siquiera la labor de las cigüeñas.
Llegas con el temblor de la primera vez,
de una de tantas ciudades dormitorio,
demasiado ligero de ropa y con el pelo alborotado.
Fumas con aire de desprendido, queriendo agradar,
en busca de los bares típicos de los pueblos;
pronto deseas ser uno más, amante de lo ajeno.
Llegas de fuera y quieres comparar
lunas y crepúsculos, lugares y climas,
el aire y hasta la tierra,
cómo arde la luz;
el ritmo infinitamente distinto.
Intuyes que esto empieza bien.
Llegas con la herida profunda
sin frenos inmediatos,
con ganas de morder la guinda,
de acariciar la misma luna,
de sentirte cerca de la piel extranjera.
No sé si te conducirán a la nostalgia
este frío poco dócil
y la lluvia que vendrá pálida
y la humedad adherida,
de algunas palabras que buscan la soledad.
("portal de poesía")
Llegas con la astilla hendida
de los que dejan que el amor se mueva por inercia
con la mirada lejana, con el olfato de un cazador,
sin escuchar el rumor del río
ni siquiera la labor de las cigüeñas.
Llegas con el temblor de la primera vez,
de una de tantas ciudades dormitorio,
demasiado ligero de ropa y con el pelo alborotado.
Fumas con aire de desprendido, queriendo agradar,
en busca de los bares típicos de los pueblos;
pronto deseas ser uno más, amante de lo ajeno.
Llegas de fuera y quieres comparar
lunas y crepúsculos, lugares y climas,
el aire y hasta la tierra,
cómo arde la luz;
el ritmo infinitamente distinto.
Intuyes que esto empieza bien.
Llegas con la herida profunda
sin frenos inmediatos,
con ganas de morder la guinda,
de acariciar la misma luna,
de sentirte cerca de la piel extranjera.
No sé si te conducirán a la nostalgia
este frío poco dócil
y la lluvia que vendrá pálida
y la humedad adherida,
de algunas palabras que buscan la soledad.
("portal de poesía")
viernes, 9 de agosto de 2019
Rocío González (1962/2019)
Neurocirugía 211
Amanecì con un lobo hambriento en la cabeza,
tan asustado como yo,
tensa sus músculos,
mira sin parpadeos,
jadea...
tal vez ocupa tu lugar, astrocitoma,
ahora que te has ido.
Tiene un secreto
y escupe trozos que te ha robado,
se alimenta de lo que ya no eres,
en la falsa creencia de envenenarse con tu mal.
Ignora nuestro pacto
(que no se afilie el mar con tu cabello,
reminiscencia de la deformidad,
todo es uno y lo mismo: olas que van y vienen
¡Ese olor!
ese saber de nadie para nadie),
a tientas encuentro su pelaje
y lo acaricio,
incrédulo, se debate entre el instinto
y el amor,
se va
("neurología 211, trilce ediciones, mèx., 2013)
Amanecì con un lobo hambriento en la cabeza,
tan asustado como yo,
tensa sus músculos,
mira sin parpadeos,
jadea...
tal vez ocupa tu lugar, astrocitoma,
ahora que te has ido.
Tiene un secreto
y escupe trozos que te ha robado,
se alimenta de lo que ya no eres,
en la falsa creencia de envenenarse con tu mal.
Ignora nuestro pacto
(que no se afilie el mar con tu cabello,
reminiscencia de la deformidad,
todo es uno y lo mismo: olas que van y vienen
¡Ese olor!
ese saber de nadie para nadie),
a tientas encuentro su pelaje
y lo acaricio,
incrédulo, se debate entre el instinto
y el amor,
se va
("neurología 211, trilce ediciones, mèx., 2013)
jueves, 8 de agosto de 2019
Alfonso Costafreda (1926/1974 )
El silencio
No puedo hablar; aunque quisiera
no puedo hablar con alegría.
¿Qué he de decir? Ni tan siquiera
presentar puedo una página limpia.
No puedo hablar, sólo tinieblas crecieran
sobre la hierba maldita.
He de callar, pero yo diera
mi vida.
("zenda libros")
No puedo hablar; aunque quisiera
no puedo hablar con alegría.
¿Qué he de decir? Ni tan siquiera
presentar puedo una página limpia.
No puedo hablar, sólo tinieblas crecieran
sobre la hierba maldita.
He de callar, pero yo diera
mi vida.
("zenda libros")
miércoles, 7 de agosto de 2019
Adam Zagajewski (1945 )
Maleta
Cracovia nublada por la mañana, las colinas humeaban.
En Múnich llovía, los Alpes, invisibles
y pesados, descansaban en los valles como piedras.
Hasta Atenas no vimos el sol que
provocó que el aire, todo el aire,
toda una inmensa flota de aire
se transformara en oro tembloroso.
Como dicen los escritores religiosos: de repente
me convertí en otra persona.
Soy tan sólo un turista en el mundo visible,
una de entre esas miles de sombras que
deambulan por las salas inmensas de los aeropuertos-
y detrás de mí como un perro fiel con sus pequeñas ruedas
tengo a mi maleta verde.
Soy tan sólo un turista distraído,
pero amo la luz.
("sureando", s/c al traductor)
Cracovia nublada por la mañana, las colinas humeaban.
En Múnich llovía, los Alpes, invisibles
y pesados, descansaban en los valles como piedras.
Hasta Atenas no vimos el sol que
provocó que el aire, todo el aire,
toda una inmensa flota de aire
se transformara en oro tembloroso.
Como dicen los escritores religiosos: de repente
me convertí en otra persona.
Soy tan sólo un turista en el mundo visible,
una de entre esas miles de sombras que
deambulan por las salas inmensas de los aeropuertos-
y detrás de mí como un perro fiel con sus pequeñas ruedas
tengo a mi maleta verde.
Soy tan sólo un turista distraído,
pero amo la luz.
("sureando", s/c al traductor)
martes, 6 de agosto de 2019
Juan Carlos Mestre (1957 )
Agosto
El verano
ha dejado solos
en la ciudad
a los muertos
y a los vendedores de helados
‘
todos
se han ido
incluso los demás
‘
en los andenes
vacíos del metro
permanece el lenguaje
visitado por el amor
‘
la chica
mastica chicle
a la puerta del Centro
de Reclusión Penal
‘
El gendarme
mira a su alrededor
quita la telaraña
seca la brocha
se encoge de hombros
‘
se han ido
los fotógrafos
y los novios
pisan las colillas
olvidan sus nombres
‘
personalmente
no tengo nada
contra agosto
las fresas
se pudren en los senderos
‘
la noche desnuda
la Luna
un objeto perdido
("trianats")
El verano
ha dejado solos
en la ciudad
a los muertos
y a los vendedores de helados
‘
todos
se han ido
incluso los demás
‘
en los andenes
vacíos del metro
permanece el lenguaje
visitado por el amor
‘
la chica
mastica chicle
a la puerta del Centro
de Reclusión Penal
‘
El gendarme
mira a su alrededor
quita la telaraña
seca la brocha
se encoge de hombros
‘
se han ido
los fotógrafos
y los novios
pisan las colillas
olvidan sus nombres
‘
personalmente
no tengo nada
contra agosto
las fresas
se pudren en los senderos
‘
la noche desnuda
la Luna
un objeto perdido
("trianats")
lunes, 5 de agosto de 2019
Abigael Bohórquez (1936/1995 )
Reincidencia
dejó sus cabras el zagal y vino,
qué resplandor de vástago sonoro,
qué sabia oscuridad sus ojos mansos,
qué ligera y morena su estatura,
qué galanura enhiesta y turbadora,
qué esbelta desnudez túrgida y sola,
qué tamboril de niño sus pisadas,
dejó sus cabras el zagal y vino...
ah libertad amada dije
éste es mi cuerpo: laberinto, avena,
maduro grano que arderá en tus dientes,
esquila, choza, baladora oveja,
tecórbito y aceite, paja y lumbre;
baja a llamarme, a reprenderme, a herirme,
a serenar turbadas hendiduras;
baja, pupila de avellana, baja
rústico centelleo, ráfaga de rocío,
colibrí de ardimentos,
soy también tu ganado, ven, congrégame,
descíñete, descúbreme
asido a tu cintura, dulce ramo,
caramillo de azahares en mi boca.
y ante mis ojos,
como un tañido de frescura,
triunfal y apasionado desconcierto,
emergió de sus piernas trascendiendo
hacia todos mis dedos como galgos,
liebre espejeante, mórbida espesura,
la suntuosa epidermis respirando,
temblando, endureciéndose
en la gallarda péndola,
el orgulloso, endurecido bronce,
de su intocada parte de varón;
estallido, mordisco, ávida lengua, indómito pistilo,
dulzorosa penetración, pródigo arquero, novilúnido
semen,
pleamar de su espasmo,
de su primer licor, abeja de oro,
se me quedó en el pecho, pecho a tierra,
un gemido de manso entre los árboles.
Luego estuvimos mucho tiempo mudos,
vencedores vencidos,
acribillados, cómplices sobre las pajas ásperas,
él junto a mí, sonando todavía,
y yo, mi cara sobre sus genitales de salvaje pureza.
Recordé que se olvida.
Que no se dijo nada más.
Dejó sus cabras el zagal y vino.
Qué balnco, que copioso y dul
ce
vino.
("poesida y otros poemas homoeróticos", coed. uacm-sría. cultura cdmx, 2019)
dejó sus cabras el zagal y vino,
qué resplandor de vástago sonoro,
qué sabia oscuridad sus ojos mansos,
qué ligera y morena su estatura,
qué galanura enhiesta y turbadora,
qué esbelta desnudez túrgida y sola,
qué tamboril de niño sus pisadas,
dejó sus cabras el zagal y vino...
ah libertad amada dije
éste es mi cuerpo: laberinto, avena,
maduro grano que arderá en tus dientes,
esquila, choza, baladora oveja,
tecórbito y aceite, paja y lumbre;
baja a llamarme, a reprenderme, a herirme,
a serenar turbadas hendiduras;
baja, pupila de avellana, baja
rústico centelleo, ráfaga de rocío,
colibrí de ardimentos,
soy también tu ganado, ven, congrégame,
descíñete, descúbreme
asido a tu cintura, dulce ramo,
caramillo de azahares en mi boca.
y ante mis ojos,
como un tañido de frescura,
triunfal y apasionado desconcierto,
emergió de sus piernas trascendiendo
hacia todos mis dedos como galgos,
liebre espejeante, mórbida espesura,
la suntuosa epidermis respirando,
temblando, endureciéndose
en la gallarda péndola,
el orgulloso, endurecido bronce,
de su intocada parte de varón;
estallido, mordisco, ávida lengua, indómito pistilo,
dulzorosa penetración, pródigo arquero, novilúnido
semen,
pleamar de su espasmo,
de su primer licor, abeja de oro,
se me quedó en el pecho, pecho a tierra,
un gemido de manso entre los árboles.
Luego estuvimos mucho tiempo mudos,
vencedores vencidos,
acribillados, cómplices sobre las pajas ásperas,
él junto a mí, sonando todavía,
y yo, mi cara sobre sus genitales de salvaje pureza.
Recordé que se olvida.
Que no se dijo nada más.
Dejó sus cabras el zagal y vino.
Qué balnco, que copioso y dul
ce
vino.
("poesida y otros poemas homoeróticos", coed. uacm-sría. cultura cdmx, 2019)
domingo, 4 de agosto de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Verano
Antes que el cielo se abatiera en témpanos de agua
esperé tu respuesta como quien desea
aparezca el sol después de la tormenta
de verano.
Esperé, esperé y esperé mientras
las calles se anegaban y el asfalto
se volvía cientos de arroyos
que nunca fueron a la mar.
Es cierto: luego dormí como bebé fuera
de cuna, sin babero, sin teta,
sin leche recién hervida,
sin sonaja al alcance.
Luego desperté y el temporal ya no era,
era la serenidad del que vuelve
del cementerio con sandalias agotadas,
con los focos apagados.
Era un viernes de julio sin vacaciones
en puerta, sin murciélagos para cerrar
la noche, con lápices de punta negra,
y una hoja blanca que aún latía.
(Inédito)
sábado, 3 de agosto de 2019
Rocío González (1962/2019 )
Neurología 211
Mi hermana y yo jugamos a las comiditas
con flores del jardín: un pollo es una buganvilla
y la pequeña flor central, su corazón;
las gardenias, pescado fileteado
y los crotos, con su piel multicolor,
la ensalada de frutas del eterno verano.
Tù serías un tesoro en nuestro juego,
deforme como eres tientas a la imaginación
de nuestra infancia para devorarte de múltiples
maneras: está delicioso este guisado, señorita,
espere usted a probar los sesos con pimienta,
¿no seràn muy pesados, me harán daño?
¿cómo cree? Tómelos con sangrita
("neurología 211", ediciones trilce, mèxico, 2013)
viernes, 2 de agosto de 2019
Manuel Espinosa Sainos (1972 )
Ha comenzado el eclipse
Y crece tu vientre,
has bebido el agua del
pozo, te pones la faja roja,
proteges la semilla de tu vientre.
En tu cántaro de barro, conservas la
sonrisa de la luna, la que hace
madurar las manos, la que hace
madurar los ojos,
la que hace madurar los pies,
la que hace madurar los labios.
En el espejo del pozo cantor
vuelves a beber el agua,
la luna lanza flores rojas,
se opaca su pálido rostro,
es hora de volver a casa,
el eclipse ya comenzó.
Wamaka pa’pa’
Stakma min pan,
kgotnant kpuchuchut,
waliya xatsusokgo militampachi,
matliwakglha talhtsi kmimpulakni’.
Kmiagrasawat makiya xtalitsin pa´pa’,
wanti makatliy makan, wanti makatliy
lakgastapu, wanti makatliy tantun,
wanti makatliy kilhpín wanti makatliy
tawakat.
Amakgtam kgotnampalaya kxa walhten
puchuchut, liakgayuja pa’pa
lagtsutsokgon xanat, taxapay xlakan
kpuchuchut, katatsekgt, kapita kminchik,
ay nawakan pa’pa.
("cantan los totonacos", PDF)
Y crece tu vientre,
has bebido el agua del
pozo, te pones la faja roja,
proteges la semilla de tu vientre.
En tu cántaro de barro, conservas la
sonrisa de la luna, la que hace
madurar las manos, la que hace
madurar los ojos,
la que hace madurar los pies,
la que hace madurar los labios.
En el espejo del pozo cantor
vuelves a beber el agua,
la luna lanza flores rojas,
se opaca su pálido rostro,
es hora de volver a casa,
el eclipse ya comenzó.
Wamaka pa’pa’
Stakma min pan,
kgotnant kpuchuchut,
waliya xatsusokgo militampachi,
matliwakglha talhtsi kmimpulakni’.
Kmiagrasawat makiya xtalitsin pa´pa’,
wanti makatliy makan, wanti makatliy
lakgastapu, wanti makatliy tantun,
wanti makatliy kilhpín wanti makatliy
tawakat.
Amakgtam kgotnampalaya kxa walhten
puchuchut, liakgayuja pa’pa
lagtsutsokgon xanat, taxapay xlakan
kpuchuchut, katatsekgt, kapita kminchik,
ay nawakan pa’pa.
("cantan los totonacos", PDF)
jueves, 1 de agosto de 2019
David Castañeda (1984 )
Derrrelictos
1
Quizá siempre estamos a la deriva. Y flotamos como un pedazo de madera que luego se pudre con el agua. No lo sé con certeza. Dudo que perduren hasta la marea alta los cien pasos que di en torno de esta ciudad sin murallas. Naufrago, de eso sí estoy seguro. Y todo cuanto amé flotará sin rumbo fijo, y todos mis esfuerzos se borrarán como huellas en la playa.
La ola se lleva
un fragmento de mí
mi voz, mis huellas
("bitácoras de un desasosiego", izc, ed. texere, zacatecas, mèx., 2019)
1
Quizá siempre estamos a la deriva. Y flotamos como un pedazo de madera que luego se pudre con el agua. No lo sé con certeza. Dudo que perduren hasta la marea alta los cien pasos que di en torno de esta ciudad sin murallas. Naufrago, de eso sí estoy seguro. Y todo cuanto amé flotará sin rumbo fijo, y todos mis esfuerzos se borrarán como huellas en la playa.
La ola se lleva
un fragmento de mí
mi voz, mis huellas
("bitácoras de un desasosiego", izc, ed. texere, zacatecas, mèx., 2019)