La mala memoria
Querida mía, del éxito yo nada sé.
Del éxito en este mundo, en estos tiempos
de mutaciones, la fórmula
la deben conocer sobre todo las cucarachas
y los empresarios de la desolación
que según dicen
heredarán la tierra tarde o temprano.
Por lo que a mí respecta
ni siquiera estoy seguro de que fracasar
pronto en la vida sea lo peor.
Yo me di por vencido poco después
de cumplir los veinte años. Vestía con abandono,
iba mal afeitado y a pesar del dolor
—esa especie de juego de dolor
propio de esa edad— los días
tenían su sentido: eran grandes abismos
o desiertos terribles, palacios formidables
o sótanos helados y profundos.
Con el tiempo he sabido
que un tipo de personas —tal vez
a su pesar— se comportan así: dándose
por vencidos justo antes de empezar.
Son tipos, querida mía, poco habladores,
nunca ambicionan nada, con la vida
mantienen siempre una cierta distancia,
sus movimientos son lentos y jamás
se esfuerzan en lograr esa clase de cosas
por las que cualquier otro lucharía hasta el final.
Y es muy posible ya sabes
que yo me asemeje un poco a esos sujetos
esquivos, no lo sé. Quiero decir
que ignoro si he decidido algo,
si he tenido, en el fondo, que decidir en verdad
ser de esta manera y no de otra. Y me pregunto
si llegado el momento
no pudiera ocurrirte a ti algo parecido.
Con los años
uno va estando cada vez menos seguro
de las cosas que nos pasan, y sin embargo
lo mejor es que dejan de asustarnos.
Pero lo que quería decirte, niña mía,
nada tenía que ver con triunfar en la vida
y esos asuntos casi siempre turbios
y póstumos. Se trataba, con seguridad,
de algo más delicado,
aunque ahora
debo admitir que lo he olvidado por completo.
Nunca he dado demasiado valor a la memoria,
por últimamente
estoy empezando a preocuparme.
Lo olvido todo, y ni siquiera es eso
solamente: tampoco
doy importancia a las comidas, visto
de cualquier modo, duermo a deshora,
y en lo que se refiere al acto de escribir
me sucede algo parecido: cada día
me interesa menos
eso de andar perdiendo el tiempo escogiendo
el adjetivo insólito, la palabra brillante.
Y no obstante, al final,
lo que en realidad más difícil resulta
es precisamente eso, olvida.
Olvidar de verdad.
Quizá era esto lo que quería decirte
en un principio.
Olvidar todo ese montón de estupideces,
mentiras y temores,
—tanta finesse, tanta delicatesse
y tanto obispo con hombreras.
Yo ya no tengo fe, y sin embargo
estoy empezando a amar la vida justo ahora,
después de haberlo olvidado casi todo,
perdido casi todo,
casi todo,
incluso las viejas ilusiones.
("life vest under your seat")
martes, 31 de octubre de 2017
lunes, 30 de octubre de 2017
Jorge Enrique Adoum (1926/2009 )
Pont St. Michel
los jóvenes han invadido la tierra por parejas
un pescado abrazado a otro pescado
y en todos los rincones del desierto
el doble animal el montón único
ciegos que se reconocen oliéndose la oreja
o sordos que se oyen con la lengua
en esta fría devoración quién de los dos es ella
quién pondrá entre los dos una guitarra
quién envidioso los separará con una espada
o les dará colérico noticias de la guerra
(muro fb de daniel montoly)
los jóvenes han invadido la tierra por parejas
un pescado abrazado a otro pescado
y en todos los rincones del desierto
el doble animal el montón único
ciegos que se reconocen oliéndose la oreja
o sordos que se oyen con la lengua
en esta fría devoración quién de los dos es ella
quién pondrá entre los dos una guitarra
quién envidioso los separará con una espada
o les dará colérico noticias de la guerra
(muro fb de daniel montoly)
domingo, 29 de octubre de 2017
Uriel Martínez (1950 )
Tengo el don
Tengo el don de leer los labios
de los hombres que dormidos musitan
el abecedario de un padre que no llega,
del hijo que no encuentran, de un cuerpo
al cual asirse; de un ombligo insepulto.
Tengo el don de escudriñar los labios
de un ebrio cuya voz de profeta me advirtió
puertas por abrirse, dinteles palpitantes,
la entrada franca a este umbral, donde estás, de pie.
Tengo el don de encontrar las bocas
que a mis oídos depositan una promesa
como advertencia de puertos, playas
y desiertos encontrados.
Tengo el don de callar los secretos develados
por ebrios que ocultan un silencio, un cansancio.
("revista de poesía alforja", no.20, primavera 2002)
Tengo el don de leer los labios
de los hombres que dormidos musitan
el abecedario de un padre que no llega,
del hijo que no encuentran, de un cuerpo
al cual asirse; de un ombligo insepulto.
Tengo el don de escudriñar los labios
de un ebrio cuya voz de profeta me advirtió
puertas por abrirse, dinteles palpitantes,
la entrada franca a este umbral, donde estás, de pie.
Tengo el don de encontrar las bocas
que a mis oídos depositan una promesa
como advertencia de puertos, playas
y desiertos encontrados.
Tengo el don de callar los secretos develados
por ebrios que ocultan un silencio, un cansancio.
("revista de poesía alforja", no.20, primavera 2002)
sábado, 28 de octubre de 2017
Fabián Casas (1965 )
Música
Mi tía concilia el sueño a los ochenta años
escuchando viejas canciones en su radio portátil.
En su pieza, en lo oscuro,
el éter se ha transformado en algo vital.
Supongo que estas cosas pasan
y me pasarán también a mí.
Sobre el final de la vida
la única música que existe
está fuera de nosotros.
The Heart of Darkness
Después de cerrar el quiosco
el señor Kurz suele sentarse a comer
en ese rincón que ves allá.
Sí, ahí, bajo el cono de luz,
para degustar una pasta demoledora
acompañado por su litro y cuarto
de vino de la casa.
Anoche, mientras masticaba,
el señor Kurz se quedó hipnotizado
mirando a una vieja pareja de cacatúas,
hembra y macho, que comían en silencio.
Es en esos casos cuando el señor Kurz
—que es uno de los nuestros,
si se me permite la expresión—
se pone melancólico
y vuelve a sentir
en toda su dimensión,
el horror.
("otra iglesia es imposible")
Mi tía concilia el sueño a los ochenta años
escuchando viejas canciones en su radio portátil.
En su pieza, en lo oscuro,
el éter se ha transformado en algo vital.
Supongo que estas cosas pasan
y me pasarán también a mí.
Sobre el final de la vida
la única música que existe
está fuera de nosotros.
The Heart of Darkness
Después de cerrar el quiosco
el señor Kurz suele sentarse a comer
en ese rincón que ves allá.
Sí, ahí, bajo el cono de luz,
para degustar una pasta demoledora
acompañado por su litro y cuarto
de vino de la casa.
Anoche, mientras masticaba,
el señor Kurz se quedó hipnotizado
mirando a una vieja pareja de cacatúas,
hembra y macho, que comían en silencio.
Es en esos casos cuando el señor Kurz
—que es uno de los nuestros,
si se me permite la expresión—
se pone melancólico
y vuelve a sentir
en toda su dimensión,
el horror.
("otra iglesia es imposible")
viernes, 27 de octubre de 2017
Luis Arturo Guichard (1973 )
El orden de las cosas
Todo estaba repartido desde el principio
A la jirafa, un corazón de pozo profundo
A Ulises el divino, los nudos de su balsa
A cada siglo, su propio cuchillo afilado
A cada máscara, un solo personaje
Al agua, no pasar del cuello
Al vértigo, la inmovilidad si la desea
Al llanto de Demócrito, la risa de Heráclito
A los amigos, más de lo posible
A la hija única, todas las fotografías de su madre
A los padres de todos, que nada cambie demasiado
Al día, la amenaza del infinito
A las vacas de peluche, el mito de Europa
A la tierra plana, otras cosas bellas que no existen
A la ciudad, un círculo, una línea y buena suerte
A los libros, que valgan al menos lo mismo
que un minuto de realidad
Al camello, el reino de los cielos directamente
Al lugar en que se nace, una maleta con brújula
Al lugar en que se muere, otra (y juro que existen)
A la mierda, tantos años de hambre
A Narciso, un estanque limpio
A los caminos laterales, que se vuelvan centrales
(y a los centrales, que se vayan de fiesta)
A la luz, ser monopolio de un solo sentido
A los amantes, hacer largo su viaje
A los poetas jóvenes, tres manuales de métrica
A los poetas mayores, ver lo que veía Rilke
A la alegría, una manzana, un Buda y un relámpago
Al azar, todo lo demás
("los poetas liliputienses")
Todo estaba repartido desde el principio
A la jirafa, un corazón de pozo profundo
A Ulises el divino, los nudos de su balsa
A cada siglo, su propio cuchillo afilado
A cada máscara, un solo personaje
Al agua, no pasar del cuello
Al vértigo, la inmovilidad si la desea
Al llanto de Demócrito, la risa de Heráclito
A los amigos, más de lo posible
A la hija única, todas las fotografías de su madre
A los padres de todos, que nada cambie demasiado
Al día, la amenaza del infinito
A las vacas de peluche, el mito de Europa
A la tierra plana, otras cosas bellas que no existen
A la ciudad, un círculo, una línea y buena suerte
A los libros, que valgan al menos lo mismo
que un minuto de realidad
Al camello, el reino de los cielos directamente
Al lugar en que se nace, una maleta con brújula
Al lugar en que se muere, otra (y juro que existen)
A la mierda, tantos años de hambre
A Narciso, un estanque limpio
A los caminos laterales, que se vuelvan centrales
(y a los centrales, que se vayan de fiesta)
A la luz, ser monopolio de un solo sentido
A los amantes, hacer largo su viaje
A los poetas jóvenes, tres manuales de métrica
A los poetas mayores, ver lo que veía Rilke
A la alegría, una manzana, un Buda y un relámpago
Al azar, todo lo demás
("los poetas liliputienses")
jueves, 26 de octubre de 2017
Theo Dorgan (1953 )
Viaje de noche
En la cornisa que va por las Gargantas del Tam
cuando el coche derrapó en una curva lisa
y patinó hacia el abismo
sobre una rueda chirriante,
incluso entonces, rotas las barreras del pánico
no rompimos nuestro silencio de horas,
nuestra profunda confianza en el camino elegido.
Y si ahora digo que la profundidad del tiempo nos estremeció,
la visión de la gran concavidad a la que nos acercamos en un viraje,
es sólo para decir lo que aprendí de chico
—no hay lugar donde caerse
y la velocidad puede afianzar la voluntad—
cuando uno tiene adonde ir, sencillamente va.
("buenos aires poetry", trad.jorge fondebrider)
En la cornisa que va por las Gargantas del Tam
cuando el coche derrapó en una curva lisa
y patinó hacia el abismo
sobre una rueda chirriante,
incluso entonces, rotas las barreras del pánico
no rompimos nuestro silencio de horas,
nuestra profunda confianza en el camino elegido.
Y si ahora digo que la profundidad del tiempo nos estremeció,
la visión de la gran concavidad a la que nos acercamos en un viraje,
es sólo para decir lo que aprendí de chico
—no hay lugar donde caerse
y la velocidad puede afianzar la voluntad—
cuando uno tiene adonde ir, sencillamente va.
("buenos aires poetry", trad.jorge fondebrider)
miércoles, 25 de octubre de 2017
John Berger (1926 )
Una camisa colgada en una silla
Mi corazón nació desnudo
y fue envuelto en canciones de cuna.
Más tarde solo llevó
poemas por ropa.
A modo de camisa
cubrían mi espalda
los poemas que había leído.
Así viví durante medio siglo
hasta que nos encontramos y no hubo necesidad de palabras.
Por la camisa colgada en el respaldo de la silla
sé esta noche
cuántos años
de aprender de memoria
te he esperado.
("el azul de los lápices", s/c al trad.)
Mi corazón nació desnudo
y fue envuelto en canciones de cuna.
Más tarde solo llevó
poemas por ropa.
A modo de camisa
cubrían mi espalda
los poemas que había leído.
Así viví durante medio siglo
hasta que nos encontramos y no hubo necesidad de palabras.
Por la camisa colgada en el respaldo de la silla
sé esta noche
cuántos años
de aprender de memoria
te he esperado.
("el azul de los lápices", s/c al trad.)
lunes, 23 de octubre de 2017
Sara Teasdale (1884/1933 )
Amor enterrado
He venido a enterrar al amor
debajo de un árbol,
en el bosque negro y alto,
donde nadie pueda verlo.
No pondré flores en su cabeza,
ni una lápida a sus pies,
pues esos labios que tanto amaba
fueron amargos, nada.
No volveré al sepulcro,
pues el bosque es frío.
Reuniré toda la alegría
que mis manos puedan abarcar.
Estaré todo el día bajo el sol,
donde los salvajes vientos soplan,
pero lloraré por las noches,
cuando no haya nadie para escuchar.
("el espejo gótico", trad. sebastián berlingheli)
He venido a enterrar al amor
debajo de un árbol,
en el bosque negro y alto,
donde nadie pueda verlo.
No pondré flores en su cabeza,
ni una lápida a sus pies,
pues esos labios que tanto amaba
fueron amargos, nada.
No volveré al sepulcro,
pues el bosque es frío.
Reuniré toda la alegría
que mis manos puedan abarcar.
Estaré todo el día bajo el sol,
donde los salvajes vientos soplan,
pero lloraré por las noches,
cuando no haya nadie para escuchar.
("el espejo gótico", trad. sebastián berlingheli)
domingo, 22 de octubre de 2017
Juan Carlos Moisés (1954 )
Respuestas
Lejos los perros ladran
sobre el final del invierno
y se contestan
de un extremo a otro
del pueblo dormido
y también hay respuestas calladas
humanas
doloridas
de algunas voces que la noche cierra
como una mano
("la ficción del olvido")
Lejos los perros ladran
sobre el final del invierno
y se contestan
de un extremo a otro
del pueblo dormido
y también hay respuestas calladas
humanas
doloridas
de algunas voces que la noche cierra
como una mano
("la ficción del olvido")
María Victoria Atencia (1931 )
Casa de Blanca
No llamaré a tus puertas, aldaba de noviembre:
el árbol de las venas bajo mi piel se pudre
y una astilla de palo el corazón me horada.
Porque tú no estás, Blanca, tu costurero antiguo
se olvida de los tules, y el Niño de Pasión
va llenando de llanto el cristal de La Granja.
Tiene el regazo frío tu silla de caoba,
tiene el mármol tu quieta dulzura persistida
y bajo tu mirada una paloma tiembla.
Perdidamente humana pude sentirme un día,
pero un mundo de sombras desvaídas me llama
y a un sueño interminable tu cama me convoca.
("a media voz")
sábado, 21 de octubre de 2017
Gloria Fuertes (1917/1998 )
Minipoema
Todo el mundo tiene rejas.
Esta vida es una cárcel,
una jaula, una cisterna
y te ahogas cuando sales.
(muro de daniel montoly en fb)
Todo el mundo tiene rejas.
Esta vida es una cárcel,
una jaula, una cisterna
y te ahogas cuando sales.
(muro de daniel montoly en fb)
viernes, 20 de octubre de 2017
Richard Wilbur (1921/2017 )
Salmo
Da gracias por todas las cosas
en el punteo del laúd e igualmente
en el arpa de diez cuerdas.
Haz que la trompa alzada
resuene grandiosamente, y proclame
la bondad de haber nacido.
Préstales el aliento de la vida
a los agujeros de la flauta dulce
o del pífano travieso,
y di al tímpano
que cree, en el momento adecuado,
pandemonio.
Luego, con grave alivio,
alaba también nuestras penas
en el chelo del dolor compartido.
("por hache o por be", trad. de hilario barrero)
Da gracias por todas las cosas
en el punteo del laúd e igualmente
en el arpa de diez cuerdas.
Haz que la trompa alzada
resuene grandiosamente, y proclame
la bondad de haber nacido.
Préstales el aliento de la vida
a los agujeros de la flauta dulce
o del pífano travieso,
y di al tímpano
que cree, en el momento adecuado,
pandemonio.
Luego, con grave alivio,
alaba también nuestras penas
en el chelo del dolor compartido.
("por hache o por be", trad. de hilario barrero)
jueves, 19 de octubre de 2017
Elkin Restrepo (1942 )
8
Si me habla no lo escucho
si me mira no lo veo
tampoco me importa ni interesa
nada suyo
acabaría con él si llegara el caso
y sin embargo es mi igual
tiene un rostro
un alma
que pisotear no hace invisible
mi cercano mi hermano
mi aventura en el mundo
ángel custodio
que abre o cierra las puertas
del único y permitido paraíso
("círculo de poesía")
Si me habla no lo escucho
si me mira no lo veo
tampoco me importa ni interesa
nada suyo
acabaría con él si llegara el caso
y sin embargo es mi igual
tiene un rostro
un alma
que pisotear no hace invisible
mi cercano mi hermano
mi aventura en el mundo
ángel custodio
que abre o cierra las puertas
del único y permitido paraíso
("círculo de poesía")
miércoles, 18 de octubre de 2017
Jorge García Sabal (1948/1996 )
Los hombres y las mujeres de este pueblo...
Los hombres y las mujeres de este pueblo
andan descalzos, pisan desnudo.
Ni el sol ni la lluvia ni la sombra
los hace felices o tristes; ellos
pisan desnudo, sin codicia.
Los hombres y mujeres de este pueblo
afilan piedras, engendran, festejan
con vino, tienen sueños nocturnos, mueren.
En silencio miran y pisan la tierra desnuda,
la aprietan, amontonan huesos, los tapan.
La gente de este pueblo es pobre y no
piensa más allá, no habla al futuro:
sólo apisona, ni feliz ni triste, y
con huesos, piedras, sueños, cubre
y descubre lo que un día ha de nombrar:
memorias, involuntarios recuerdos, épicos
asuntos.
("marcelo leites")
Los hombres y las mujeres de este pueblo
andan descalzos, pisan desnudo.
Ni el sol ni la lluvia ni la sombra
los hace felices o tristes; ellos
pisan desnudo, sin codicia.
Los hombres y mujeres de este pueblo
afilan piedras, engendran, festejan
con vino, tienen sueños nocturnos, mueren.
En silencio miran y pisan la tierra desnuda,
la aprietan, amontonan huesos, los tapan.
La gente de este pueblo es pobre y no
piensa más allá, no habla al futuro:
sólo apisona, ni feliz ni triste, y
con huesos, piedras, sueños, cubre
y descubre lo que un día ha de nombrar:
memorias, involuntarios recuerdos, épicos
asuntos.
("marcelo leites")
martes, 17 de octubre de 2017
Horacio Castillo (1934/2010 )
Arriba y abajo
a Hölderlin
Arriba nada ha cambiado en todos estos años:
la luna sobre el álamo,
la cresta de los techos,
el altillo donde el señor Scardanelli
reverencia cada día a sus huéspedes.
Abajo crecieron y tuvieron hijos,
van y vienen por vituallas y noticias,
o vuelven como ahora de enterrar algún muerto
y saludan de paso al carpintero vecino
que tiene como inquilino a un dios.
("cuadernos orquestados")
a Hölderlin
Arriba nada ha cambiado en todos estos años:
la luna sobre el álamo,
la cresta de los techos,
el altillo donde el señor Scardanelli
reverencia cada día a sus huéspedes.
Abajo crecieron y tuvieron hijos,
van y vienen por vituallas y noticias,
o vuelven como ahora de enterrar algún muerto
y saludan de paso al carpintero vecino
que tiene como inquilino a un dios.
("cuadernos orquestados")
lunes, 16 de octubre de 2017
José Ángel Valente (1929/2000 )
El temblor
La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
("no me quites paz")
La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
("no me quites paz")
domingo, 15 de octubre de 2017
Uriel Martínez (1950 )
Como un rayo...
Como un rayo inesperado
derramé cloro en
mi ropa negra;
la estrella que tracé
involuntaria en ese
luto mío me abrió voz;
como una herida blanca
el cloro en mis ojos
horadó la noche,
rasgó silencios;
nunca más, dije, nunca
más un cuerpo yerto;
entonces mojé las manos,
la mollera del tierno;
conforme el cloro hizo
su tarea, yo abría puertas,
caminaba litorales y puertos,
me perdí en la distancia;
después llené un cuaderno.
[Inédito]
Como un rayo inesperado
derramé cloro en
mi ropa negra;
la estrella que tracé
involuntaria en ese
luto mío me abrió voz;
como una herida blanca
el cloro en mis ojos
horadó la noche,
rasgó silencios;
nunca más, dije, nunca
más un cuerpo yerto;
entonces mojé las manos,
la mollera del tierno;
conforme el cloro hizo
su tarea, yo abría puertas,
caminaba litorales y puertos,
me perdí en la distancia;
después llené un cuaderno.
[Inédito]
sábado, 14 de octubre de 2017
Alicia Silva Rey (1950 )
Quienes lloran consumen...
Quienes lloran consumen más energía que en ningún otro acto
a excepción del coito.
Llorar y coger estremecen
las fibras últimas del gemido.
Gemir: la más honda barrera
que puede establecerse ante otro.
¿Por qué se abrazan en las películas
cuando alguien gime sin paliativo?
Gemir excava todo. "No me toques",
dice Jesús a Magdalena
después de haber resucitado.
Cuando se adora tanto,
no me toques.
(muro fb de marina kohon)
Quienes lloran consumen más energía que en ningún otro acto
a excepción del coito.
Llorar y coger estremecen
las fibras últimas del gemido.
Gemir: la más honda barrera
que puede establecerse ante otro.
¿Por qué se abrazan en las películas
cuando alguien gime sin paliativo?
Gemir excava todo. "No me toques",
dice Jesús a Magdalena
después de haber resucitado.
Cuando se adora tanto,
no me toques.
(muro fb de marina kohon)
viernes, 13 de octubre de 2017
Manuel Ramos Otero (1948/1990 )
10
Tus manos José tus dedos José
tus brazos José tus hombros
tus labios José tus besos José
tus ojos José tu pelo
todo en mis manos José
todo tu cuerpo en mis manos
todo tu sudor José para mi único vaso
de carne cristal José de papel y de palabras
como un bolero de barcos que al puerto llegaron.
¿En qué fábrica José te hicieron como te hicieron?
Virgo de barro José huevo de hierro forrado
que no se atreve a nacer
por miedo a ser desplumado
y quiere seguir callado
cayendo de lado a lado
como borracho olvidado
de la Cuba que te trajo
hasta este exilio José
espejo del que te ha amado
y aquí está mi pelo plateado José
y mis besos y mis labios
y mis hombros y mis brazos
y mis dedos y mis manos
todo sudado José poema y cuerpo sudados.
("eldígoras")
Tus manos José tus dedos José
tus brazos José tus hombros
tus labios José tus besos José
tus ojos José tu pelo
todo en mis manos José
todo tu cuerpo en mis manos
todo tu sudor José para mi único vaso
de carne cristal José de papel y de palabras
como un bolero de barcos que al puerto llegaron.
¿En qué fábrica José te hicieron como te hicieron?
Virgo de barro José huevo de hierro forrado
que no se atreve a nacer
por miedo a ser desplumado
y quiere seguir callado
cayendo de lado a lado
como borracho olvidado
de la Cuba que te trajo
hasta este exilio José
espejo del que te ha amado
y aquí está mi pelo plateado José
y mis besos y mis labios
y mis hombros y mis brazos
y mis dedos y mis manos
todo sudado José poema y cuerpo sudados.
("eldígoras")
jueves, 12 de octubre de 2017
Raúl Gómez Jattin (1945/1997 )
El agresor oculto
Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo.
(muro fb de daniel montoly)
Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo.
(muro fb de daniel montoly)
miércoles, 11 de octubre de 2017
Jimena Arnolfi (1986 )
Hay leña
Fui al monte con la carretilla,
busqué madera para encender,
piñas, leña gruesa, fina y seca.
Acomodo los palos como quien quiere
hacer una mesa que no tambalee.
Cada leño en el lugar correcto,
paz en las piezas desarmadas.
Miro el color de las primeras brasas.
El cuerpo peligroso se acerca a la llama.
Soplo suave, se apaga si no se aviva.
De las cenizas nace un brote de mí,
frágil, pero dispuesto.
El fuego es sagrado, crea y destruye.
Me fundo de tanto estar encendida.
("marcelo leites")
Fui al monte con la carretilla,
busqué madera para encender,
piñas, leña gruesa, fina y seca.
Acomodo los palos como quien quiere
hacer una mesa que no tambalee.
Cada leño en el lugar correcto,
paz en las piezas desarmadas.
Miro el color de las primeras brasas.
El cuerpo peligroso se acerca a la llama.
Soplo suave, se apaga si no se aviva.
De las cenizas nace un brote de mí,
frágil, pero dispuesto.
El fuego es sagrado, crea y destruye.
Me fundo de tanto estar encendida.
("marcelo leites")
martes, 10 de octubre de 2017
David Mourao-Ferreira (1927/1996 )
Música de cama
X
Sobre de mí cabalgas
ciñéndome los flancos
Tomas de paso
la luz del instante
Con los dientes apretados
ondulas avanzas
estiras los brazos
comprimes las ancas
Después hacia el frente
te inclinas mirando
lo que entre dos vientres
ocurre entretanto
y por el mismo galope
en el que estás lanzada
Qué luna te empuña
Qué sol te embriaga
Luna y sol tú eres
mientras cabalgas
amazona y llegua
clavada la espuela
En el centro del cuerpo
Centaura alada
con los senos sueltos
como hechos de agua
Quería beberlos
cuando más te doblas
Los cabellos ésos
sorberlos ahora
Pero cada vez
que el rostro aproximas
ya es otra la sed
que me quema la lengua
La que en tus ojos
tan cerca de los míos
descubre el modo
de beber el cielo
("cara lusitania, poetas portugueses contemporáneos", trad. fco. cervantes, méx. 2010, aldvs)
X
Sobre de mí cabalgas
ciñéndome los flancos
Tomas de paso
la luz del instante
Con los dientes apretados
ondulas avanzas
estiras los brazos
comprimes las ancas
Después hacia el frente
te inclinas mirando
lo que entre dos vientres
ocurre entretanto
y por el mismo galope
en el que estás lanzada
Qué luna te empuña
Qué sol te embriaga
Luna y sol tú eres
mientras cabalgas
amazona y llegua
clavada la espuela
En el centro del cuerpo
Centaura alada
con los senos sueltos
como hechos de agua
Quería beberlos
cuando más te doblas
Los cabellos ésos
sorberlos ahora
Pero cada vez
que el rostro aproximas
ya es otra la sed
que me quema la lengua
La que en tus ojos
tan cerca de los míos
descubre el modo
de beber el cielo
("cara lusitania, poetas portugueses contemporáneos", trad. fco. cervantes, méx. 2010, aldvs)
lunes, 9 de octubre de 2017
César Cantoni (1951 )
Noche estival
Por la ventana abierta de mi cuarto
entra el viento encendido que viene del oeste,
entra el perfume de las flores del patio,
entran la luna y las estrellas,
y en medio del bochorno de la noche
entra también una mágica luciérnaga,
un minúsculo universo que se basta a sí mismo
y deja en la penumbra sus improntas de luz
para desvelo de la mente absorta.
Lo más digno de nosotros
Siempre pensé que los huesos, con su destello mineral
de piedra pulida por la lluvia, son lo más digno de nosotros:
sobreviven largamente a la putrefacción indecorosa de la carne
y no tienen la astucia ni la maldad del alma.
("cuaernos orquestados")
Por la ventana abierta de mi cuarto
entra el viento encendido que viene del oeste,
entra el perfume de las flores del patio,
entran la luna y las estrellas,
y en medio del bochorno de la noche
entra también una mágica luciérnaga,
un minúsculo universo que se basta a sí mismo
y deja en la penumbra sus improntas de luz
para desvelo de la mente absorta.
Lo más digno de nosotros
Siempre pensé que los huesos, con su destello mineral
de piedra pulida por la lluvia, son lo más digno de nosotros:
sobreviven largamente a la putrefacción indecorosa de la carne
y no tienen la astucia ni la maldad del alma.
("cuaernos orquestados")
domingo, 8 de octubre de 2017
Verónica G. Arredondo (1984 )
Trust no bitch
Orange is the New Black (2013)
Piper Chapman, último episodio, 3ra temporada.
Qué sería de nosotras, sin tu mano sobre la mía (entrelazadas) riendo frente a la
pantalla, de los lenchidramas de las carcelarias Piper y Alex. La complicidad en una
sonrisa, tuya y mía. Sin los minutos de silencio, de tu sutil reclamo, el punto sobre la i
que señalas o cuando deseas del cielo un cometa: una cometa o un avión de papel para
escapar de todo. Tu mirada recorre mis mejillas y labios para besarme, mientras ellas lo
hacen o cuando los otros no están mirando. Mi mano sobre la tuya engarza tu ojera de
cansancio, el tacón que retiras al final del día; la volatilidad de un pez entre tus dedos.
Trust no bitch, las letras de un tatuaje blanco en el brazo de Piper, sobre éste el sello en
carne viva a la traición, una esvástica. Adivino, ¿serás tú o yo la que traicione primero?
Lanzaré los dados. Recuestas tu cabeza en mis piernas: Trust, no bitch quiere decir:
Confía, sin perras (podría traducirse). Sonríes. Leo en tus labios (¡spoiler alert!): Ya vi este
capítulo, no quería decírtelo para que no enojaras, trust no bitch.
(texto inédito cedido por su autora)
Orange is the New Black (2013)
Piper Chapman, último episodio, 3ra temporada.
Qué sería de nosotras, sin tu mano sobre la mía (entrelazadas) riendo frente a la
pantalla, de los lenchidramas de las carcelarias Piper y Alex. La complicidad en una
sonrisa, tuya y mía. Sin los minutos de silencio, de tu sutil reclamo, el punto sobre la i
que señalas o cuando deseas del cielo un cometa: una cometa o un avión de papel para
escapar de todo. Tu mirada recorre mis mejillas y labios para besarme, mientras ellas lo
hacen o cuando los otros no están mirando. Mi mano sobre la tuya engarza tu ojera de
cansancio, el tacón que retiras al final del día; la volatilidad de un pez entre tus dedos.
Trust no bitch, las letras de un tatuaje blanco en el brazo de Piper, sobre éste el sello en
carne viva a la traición, una esvástica. Adivino, ¿serás tú o yo la que traicione primero?
Lanzaré los dados. Recuestas tu cabeza en mis piernas: Trust, no bitch quiere decir:
Confía, sin perras (podría traducirse). Sonríes. Leo en tus labios (¡spoiler alert!): Ya vi este
capítulo, no quería decírtelo para que no enojaras, trust no bitch.
(texto inédito cedido por su autora)
sábado, 7 de octubre de 2017
María Laura Decésare (1969 )
Madre
Aprendió de joven
a zurcir la vida.
Crecí viendo sobre la mesa
moldes y telas junto a la Singer
mientras ella tomaba medidas
para hacer vestidos de fiesta
o de uso casual.
Aprendí el oficio
pero me falla el pulso
a la hora de dar
con esa puntada justa.
("de sibilas y pitias")
Aprendió de joven
a zurcir la vida.
Crecí viendo sobre la mesa
moldes y telas junto a la Singer
mientras ella tomaba medidas
para hacer vestidos de fiesta
o de uso casual.
Aprendí el oficio
pero me falla el pulso
a la hora de dar
con esa puntada justa.
("de sibilas y pitias")
viernes, 6 de octubre de 2017
Charles Bukowski (1920/1994 )
Con el collar al cuello
Vivo
con una mujer y cuatro gatos
algunos días
me llevo muy bien
con todos ellos.
Cualquier día
tengo problemas con uno
de los gatos.
Otros días
con sólo dos de ellos.
Después con tres miembros
de la maldita
ganga!
Algunos días
me peleo con los cuatro felinos
y con la mujer también.
Diez ojos
mirándome todos, fijamente,
como si miraran
a un perro.
(tomado del muro fb de daniel montoly)
Vivo
con una mujer y cuatro gatos
algunos días
me llevo muy bien
con todos ellos.
Cualquier día
tengo problemas con uno
de los gatos.
Otros días
con sólo dos de ellos.
Después con tres miembros
de la maldita
ganga!
Algunos días
me peleo con los cuatro felinos
y con la mujer también.
Diez ojos
mirándome todos, fijamente,
como si miraran
a un perro.
(tomado del muro fb de daniel montoly)
jueves, 5 de octubre de 2017
Daniel Martínez (1963 )
Jardín de las mariposas enamoradas
2
Los marineros de Quing-Dao
por cada mujer que conocen se tatúan una estrella
en lo que llaman el cielo del amor
nadie puede mentir ya que la mentira
los condena a la soledad eterna después de muertos
algunos tienen los brazos llenos de estrellas
otros la espalda o el pecho
por cada hijo que tienen
se tatúan un sol
por cada hija una luna
así es como se reconoce a simple vista
a cualquier marinero de Quing-Dao.
("otra iglesia es imposible")
2
Los marineros de Quing-Dao
por cada mujer que conocen se tatúan una estrella
en lo que llaman el cielo del amor
nadie puede mentir ya que la mentira
los condena a la soledad eterna después de muertos
algunos tienen los brazos llenos de estrellas
otros la espalda o el pecho
por cada hijo que tienen
se tatúan un sol
por cada hija una luna
así es como se reconoce a simple vista
a cualquier marinero de Quing-Dao.
("otra iglesia es imposible")
miércoles, 4 de octubre de 2017
Manuel Ramos Otero (1948/1990 )
Éramos flores desterradas...
Éramos flores desterradas desde un Caribe ancho
y luminoso a un apartamento nocturno y estrecho.
Éramos un recuerdo distinto y similar de voces
amorosas que quedaron atrás encerradas en el
mar, jugando al escondite por bosques milenarios y
volcanes dormidos. Éramos todo eso y mucho más:
el eco de un espíritu sincero que cambió brisa
por humo, fuego de sol por ceniza, gente de carne
y hueso por máscaras anónimas, hombres de la
ciudad que en el amor volvieron a sus islas infinitas.
Cubanacán boricua y Borikén cubano, finalmente
abrazados, con las alas cortadas falsificando
vuelos, como cambiando pétalos por plumas.
Éramos boleristas de la misma loseta: vereda
tropical y niebla de riachuelo, un desvelo de amor
bajo Venus, olas y arenas de una nave sin rumbo,
besos de fuego para una canción desesperada,
yo era una flor y tú mi propio yo. Con lágrimas
de sangre quise escribir la historia que ahora escribo
con sangre, con tinta sangre, del corazón. Éramos
compañeros del desorden profundo, pasión de
vellonera hombres por fuera y por dentro, no
solamente cuerpos sino historia. Éramos la victoria
de amarnos sin prejuicios, sin posesión ni celos,
sabiendo que lo eterno dura un segundo. Éramos los
remeros de la misma galera en busca de esa isla que
al final los libera. Éramos mucho menos
de lo que ahora somos.
Éramos flores desterradas desde un Caribe ancho
y luminoso a un apartamento nocturno y estrecho.
Éramos un recuerdo distinto y similar de voces
amorosas que quedaron atrás encerradas en el
mar, jugando al escondite por bosques milenarios y
volcanes dormidos. Éramos todo eso y mucho más:
el eco de un espíritu sincero que cambió brisa
por humo, fuego de sol por ceniza, gente de carne
y hueso por máscaras anónimas, hombres de la
ciudad que en el amor volvieron a sus islas infinitas.
Cubanacán boricua y Borikén cubano, finalmente
abrazados, con las alas cortadas falsificando
vuelos, como cambiando pétalos por plumas.
Éramos boleristas de la misma loseta: vereda
tropical y niebla de riachuelo, un desvelo de amor
bajo Venus, olas y arenas de una nave sin rumbo,
besos de fuego para una canción desesperada,
yo era una flor y tú mi propio yo. Con lágrimas
de sangre quise escribir la historia que ahora escribo
con sangre, con tinta sangre, del corazón. Éramos
compañeros del desorden profundo, pasión de
vellonera hombres por fuera y por dentro, no
solamente cuerpos sino historia. Éramos la victoria
de amarnos sin prejuicios, sin posesión ni celos,
sabiendo que lo eterno dura un segundo. Éramos los
remeros de la misma galera en busca de esa isla que
al final los libera. Éramos mucho menos
de lo que ahora somos.
("blog del amasijo")
martes, 3 de octubre de 2017
Miguel Barnet (1940 )
Yo te espero
Yo te espero
bajo los signos rotos
del cine cantonés.
Yo te espero
en el humo amarillo
de una estirpe deshecha.
Yo te espero
en la zanja donde navegan
ideogramas negros
que ya no dicen nada.
Yo te espero a las puertas
de un restaurante
en un set de la Paramount
para una película que se filma a diario.
Dejo que la lluvia me cubra
con sus raíles de punta
mientras presiento tu llegada.
En compañía de un coro de eunucos,
junto al violín de una sola cuerda
de Li Tai Po,
yo te espero.
Pero no vengas
porque lo que yo quiero realmente
es esperarte.
("rua das pretas")
Yo te espero
bajo los signos rotos
del cine cantonés.
Yo te espero
en el humo amarillo
de una estirpe deshecha.
Yo te espero
en la zanja donde navegan
ideogramas negros
que ya no dicen nada.
Yo te espero a las puertas
de un restaurante
en un set de la Paramount
para una película que se filma a diario.
Dejo que la lluvia me cubra
con sus raíles de punta
mientras presiento tu llegada.
En compañía de un coro de eunucos,
junto al violín de una sola cuerda
de Li Tai Po,
yo te espero.
Pero no vengas
porque lo que yo quiero realmente
es esperarte.
("rua das pretas")
lunes, 2 de octubre de 2017
Janet Frame (1924/2004 )
Los cuervos
Temprano en la mañana el pasto es una espiral de azul humeante.
Las sombras jorobadas se derriten. La cera oscura
escurre del cielo y yace al pie de los árboles
absorbiendo la cálida impresión del sol.
La cosecha es luz. El invierno, rata que invade
el silo, roerá la semilla dorada.
Imagino que el fervor de las hojas por vivir
ha transformado a muchas mariposas y palomillas color paja
firmando aún su condena con su pasión por la luz,
aleteando como quienes enterrados en vida buscan salir de la tumba.
Los cuervos se ahogan con su propio graznido salvaje.
("pájaros lanzallamas", ed. uv-xalapa, 2015, trad. irene artigas, lorena saucedo y paula busseniers)
Temprano en la mañana el pasto es una espiral de azul humeante.
Las sombras jorobadas se derriten. La cera oscura
escurre del cielo y yace al pie de los árboles
absorbiendo la cálida impresión del sol.
La cosecha es luz. El invierno, rata que invade
el silo, roerá la semilla dorada.
Imagino que el fervor de las hojas por vivir
ha transformado a muchas mariposas y palomillas color paja
firmando aún su condena con su pasión por la luz,
aleteando como quienes enterrados en vida buscan salir de la tumba.
Los cuervos se ahogan con su propio graznido salvaje.
("pájaros lanzallamas", ed. uv-xalapa, 2015, trad. irene artigas, lorena saucedo y paula busseniers)
domingo, 1 de octubre de 2017
Uriel Martínez (1950 )
El silencio
quisiera abrazar la noche,
entregarle mis anteojos,
volver sobre mis pasos
como quien vuelve al cero;
quisiera también entregarle
el libro que no agoto,
el separador que indica
otro camino;
decirle que me espere
otro día, hablarle de la misa
celebrada por aquellos
que cayeron hace un año;
quisiera describirle la cicatriz
blanca, la que anuncia tormenta,
pero no despertar del sueño
si cae ya avanzada la media noche;
pero no quisiera hablarle
de ti, de mí, de ninguno;
sólo guardar silencio
después del último punto.
[Inédito]
quisiera abrazar la noche,
entregarle mis anteojos,
volver sobre mis pasos
como quien vuelve al cero;
quisiera también entregarle
el libro que no agoto,
el separador que indica
otro camino;
decirle que me espere
otro día, hablarle de la misa
celebrada por aquellos
que cayeron hace un año;
quisiera describirle la cicatriz
blanca, la que anuncia tormenta,
pero no despertar del sueño
si cae ya avanzada la media noche;
pero no quisiera hablarle
de ti, de mí, de ninguno;
sólo guardar silencio
después del último punto.
[Inédito]