jueves, 31 de octubre de 2013

Eugenio Montale (1896/1981 )

Después de la lluvia

Sobre la arena mojada aparecen ideogramas
como patas de gallina. Miro hacia atrás
pero no veo refugios o asilos de aves.
Habrá pasado un pato cansado, quizá cojo.
No sabría descifrar ese lenguaje
aunque fuera chino. Bastará un soplo
de viento para borrarlo. No es cierto
que la Naturaleza sea muda. Habla sin ton ni son
y la única esperanza es que no se ocupe
demasiado de nosotros.


(texto tomado del blog "otra iglesia es imposible", versión de Carlos Vitale.)

miércoles, 30 de octubre de 2013

Michoacán: otro Estado "fallido"

El obispo de Apatzingán, Miguel Patiño, reveló que la ola de violencia que azota a Michoacán ha cobrado la vida de 5 sacerdotes y  ha complicado la labor social de la iglesia en el estado.
El prelado dijo que la situación que predomina en el estado es complicada, pues la ciudadanía no cuenta con las garantías de seguridad necesarias para que realice sus tareas cotidianas e incluso desconfían de las propias autoridades para levantar una denuncia cuando son víctimas de algún crimen.
Además de estos hechos violentos, el obispo denunció que la Iglesia no puede acudir a las comunidades de Tierra Caliente a realizar tareas de labor social “porque la misma gente de ahí nos pide que no lo hagamos porque la zona no es segura” y afirmó que Michoacán tiene todas las características de un estado fallido y que los hechos que han ocurrido en los últimos días corroboran que el gobierno no tiene el poder para regresar la paz al estado.
El día de ayer  los cuerpos de cinco jornaleros asesinados aparecieron abandonados en una camioneta en la carretera que va desde La Piedad  hasta El Salto, en el municipio de La Piedad, Michoacán, informaron las autoridades mexicanas a la agencia DPA. Las víctimas eran originarias del vecino estado de Guerrero.
Desde mayo pasado el gobierno mexicano implementó una estrategia de seguridad en Michoacán, en el marco de la cual desplegó miles de militares y policías en el área para que contrarresten las acciones del crimen organizado pero la violencia ha continuado.


(Hay quienes sostienen que la violencia en todo México ha alterado el orden del universo, nota depurada del sitio "sin embargo")

John F. Deane poeta


Fugitivo
 
El viejo, en su bata bordada, de color ciruela madura,
está sentado en silencio, en su propio mundo; más allá
                                                        /de las altas ventanas
hay tulipanes de un encendido rojo sangre, narcisos
fúnebres, desordenados por el viento. El amor llega
tambaleándose a su alrededor; él se contiene ausente,
                                                                /resuelto a partir,
me abandona a la mitad de la oración, mis palabras
cada una de ellas, como pétalos, cayendo alrededor de mis pies.
 
 
(texto tomado del blog "ogham", versión: Esteban Moore)  

martes, 29 de octubre de 2013

Sharon Olds, poeta




El barquero

Tres años después de su muerte, mi padre
vuelve a trabajar. Después de veinticinco años
desempleado, está muy contento
de haber sido contratado, llega puntual,
trabajador incansable. Se sienta
en la proa de la barca, dulce timonel,
de espalda a los pasajeros. Está muerto,
pero se arrodilla erguido, mirando hacia delante,
a la otra orilla. Alguien ha cerrado
su boca, de modo que se lo ve más cómodo
—ni sediento, ni necesitado— los ojos
abiertos, bajo el iris la línea negra
que apareció con su muerte. Está tranquilo.
Su nuevo empleo es una broma entre los dos,
le encanta bromear conmigo, no ha perdido
su cara de póquer. Mascarón de proa de marfil,
hombre alto, demacrado, costillas, pezones, labios,
cada vez que traigo a alguien
y lo pongo en el barco y lo empujo,
mi padre lo lleva remando a través del río
hacia la lejana orilla. No hablamos:
él sabe que se trata de alguien
de quien me quiero deshacer, alguien
que me hace sentir fea y asustada. No le digo
como lo hacías tú. Él conoce el oficio
y lo disfruta. Cuando arrojo a alguien dentro
él no mira hacia atrás: lo lleva directamente
al infierno. Quiere trabajar para mí
hasta que yo muera. Sabe que entonces
iré hasta él, subiré a su barca
y me dejaré llevar, estiraré mi mano amplia
hacia la suya, lo ayudaré a desembarcar,
nos abrazaremos como dos que nunca nacieron,
desnudos, sin respirar, nos cubriremos
hasta los labios con el oscuro manto de la tierra
y descansaremos juntos al final de la jornada.

(texto tomado del blog "otra iglesia es imposible", traducción de Mori Ponsowy.)

lunes, 28 de octubre de 2013

Lou Reed total

Tenía pésimo carácter, era manipulador y lo odiaban casi todos lo que habían trabajado con él, con Andy Warhol a la cabeza. Sin embargo, ninguno de ellos podía dejar de reconocer la dimensión extraordinaria de su obra, su cualidad única para lograr que la poesía, el rock y la vanguardia musical salieran juntos a dar un paseo por el lado salvaje de Nueva York, del mundo, de la vida. Lou Reed, que falleció ayer a los 71 años por causas todavía no determinadas –-había sido sometido a un trasplante de hígado en mayo pasado– fue eso y mucho más, en cinco décadas de carrera que transformaron no sólo al rock sino a la cultura occidental toda. Sin Velvet Underground, la banda que lideró a fines de los ’60, no podría siquiera imaginarse al glam, al punk ni al rock alternativo. Así de monumental fue la influencia de Reed, poeta del rock y rockero poético. Y así lo reconocieron siempre David Bowie, Kraftwerk, Luca Prodan, los Strokes, los Ramones, U2, Iggy Pop, Patti Smith, Duran Duran, Television, R.E.M., Sonic Youth, Pixies y Morrissey, entre muchísimos otros colegas.
Así de enorme, también, es el agujero que deja su fallecimiento en los corazones de miles de seguidores en todo el mundo: la relación con la obra de Reed casi nunca podía ser casual, más allá de que haya tenido algunas canciones que sonaron en las radios. Con él había que ir a lo profundo, dejar que sus palabras lacerantes volvieran a cortar esa llaga mal cicatrizada, hacer propios dolores ajenos como forma de aprendizaje, sufrir y gozar los latigazos, asomarse (desde lejos, en lo posible) a los abismos del suicidio y la adicción, sentir el desgarro de que te arranquen a un hijo de las manos, percibir la espada de Damocles del cáncer sobre tu cabeza, enamorarse de la persona más equivocada posible, teñir de nostalgia un día perfecto, tener sexo en los lugares más cochambrosos, dejar correr la adrenalina del que va a pegar drogas a los barrios bajos, meterse en las orgías más zarpadas... Reed lograba eso con sus canciones. Y no precisaba mirar desde un púlpito ni pretender identificaciones vacuas: era un tipo culto que escribía desde las tripas, como pocos lo han hecho en la historia del rock.
Antes de formatear buena parte de la música contemporánea con el primer álbum de The Velvet Underground, Lou Reed ya había pagado derecho de piso en el mundo de las letras y en el de las melodías. Nacido en Brooklyn el 2 de marzo de 1942, Lewis Allan
Reed se crió en el seno de una típica familia judía de clase media y aprendió a tocar la guitarra por el interés que le despertaban las canciones que escuchaba por la radio. Como al personaje de su canción “Rock’n’roll”, lo que se colaba por el éter le salvó la vida. Y después, cuando se fue a estudiar literatura a la Universidad de Syracuse –donde tuvo como mentor al poeta Delmore Schwartz–, primero se propuso ser escritor, pero enseguida descubrió que podía hacer que las canciones dijeran algo más que “nena, ¿quieres bailar?”. “Pensé que todos los compositores sólo escribían sobre una pequeñísima parte de la experiencia humana”, contó Reed. “Considerando que un disco podía ser como una novela, podías escribir sobre otras cosas. Era tan obvio que me maravillaba que no estuviera haciéndolo todo el mundo. ¡Agarremos Crimen y castigo y convirtámoslo en una canción de rock and roll!”
Mientras, debió soportar que sus padres lo sometieran a tratamientos de electroshock para “curarle” su bisexualidad y, de paso, esas ideas locas de dedicarse a vivir con una guitarra eléctrica colgando encima de su campera de cuero negra. Cuando salió del hospital, contó más tarde, se había “convertido en un vegetal”. “No podés leer un libro porque llegás a la página 17 y tenés que ir de vuelta a la 1. O dejás el libro durante una hora y cuando querés seguir donde habías terminado, no podés porque no te acordás de lo que leíste. Tenés que empezar todo de nuevo. Si dabas una vuelta a la manzana, te olvidabas de dónde estabas.” Más tarde, Reed volcó en la canción “Kill Your Sons” ese extremo sentimiento de sentirse traicionado por sus padres.
Durante el último semestre en la universidad, mientras tomaba drogas y tocaba con su bandita de la época, Reed compuso dos de las canciones que cambiarían el panorama del corpus literario rockero unos años más tarde, cuando las publicara en el debut de The Velvet Underground: “Heroin” y “I’m Waiting for the Man”. La primera era la descripción de los vaivenes emocionales de un shoot de heroína; la segunda, el cúmulo de sensaciones al ir a pegar esa droga a Harlem. Con ese bagaje, Reed se recibió, volvió a casa de sus padres en Freeport y de allí se fue a Nueva York, donde consiguió trabajo componiendo canciones que remedaran los estilos de moda en el sello Pickwick. Era como una fábrica de temas-chorizo en la que cobraba 25 dólares por semana y no recibía derechos de autor. Las canciones sonaban prefabricadas, compuestas a las apuradas y grabadas con recursos mínimos. Sin embargo, en ese contexto hostil, Reed se formó como compositor, metió algunas letras y sonidos interesantes y conoció a un músico galés que se codeaba con lo más granado de la avant garde neoyorquina pero cobraba unos verdes para grabar en Pickwick: John Cale.
Con el agregado del guitarrista Sterling Morrison y la baterista Maureen Tucker (Angus McLise, el batero original, no llegó a grabar), The Velvet Underground estuvo listo para cruzar la alta poesía con la podredumbre de los callejones y la vanguardia con el más básico rock’n’roll. Entonces Andy Warhol, que ya era toda una estrella, descubrió a la banda y le propuso asociarse a un proyecto llamado Exploding Plastic Inevitable: el cuarteto, hierático y con rigurosos lentes oscuros, tocaba mientras se proyectaban sobre los músicos varias películas del artista plástico en simultáneo, se usaban luces estroboscópicas (una novedad en los ’60) y algunas “estrellas” de la Factory warholiana subían al escenario a bailar y agitar látigos. La entrada de la modelo alemana Nico, que tenía pocos antecedentes como cantante, fue sugerencia de Warhol. Y también fue él quien “produjo” The Velvet Underground and Nico y quien diseñó la banana despegable de su portada.
Las canciones del debut de Velvet Underground, aparecido en marzo de 1967, iban de la placidez de “Sunday Morning” al ruido extremo de “The Black Angel’s Death Song”, del submundo de las drogas de “Heroin” y “I’m Waiting for the Man” a la declaración de amor de “I’ll Be Your Mirror”, de las chicas malas de “Femme Fatale” y “Run Run Run” al sadomasoquismo de “Venus in Furs”. Es una obra monumental, un cachetazo bien neoyorquino al hippismo de la costa oeste, tan influyente como los discos de Los Beatles, los Stones y Bob Dylan. Pero, claro, no vendió demasiadas copias, dada la temática y lo avanzado de su propuesta. Es todo un lugar común, a esta altura, decir que los pocos que compraron el disco comenzaron su propia banda. Un lugar común con mucho fundamento, por cierto.
Si Lou Reed no hubiera vuelto a grabar una sola canción en su vida, igual ese debut de Velvet Underground alcanzaría para ubicarlo bien alto entre los máximos creadores de la historia del rock. Pero hizo mucho, mucho más, incluso a la altura de semejante obra maestra. Con el cuarteto grabó tres álbumes más: el abrasivo White Light, White Heat (’68), The Velvet Underground (’69, ya con Doug Yule en lugar de Cale) y Loaded (’70), antes de refugiarse nuevamente en la casa paterna a ver el horizonte. Algunas de las canciones contenidas en esos álbumes son clásicos de Reed, como “Sister Ray”, “Candy Says”, “Pale Blue Eyes” (la que él prefería entre las de su cosecha), “Sweet Jane” y “Rock’n’roll”.
Lou Reed (’72), su primer disco solista, traía varias de las canciones que habían quedado inéditas en VU, pero su sonido de rock genérico no ayudó a su suerte. Quien sí lo hizo fue uno de sus admiradores, David Bowie, quien le propuso producirle su próximo trabajo. Transformer (‘72) mostraba una cara glam de Reed y la ambigüedad sexual estaba expuesta en primer plano. “Mi primer álbum estaba lleno de canciones de amor, en éste son todas canciones de odio”, dijo el cantante. “Perfect Day”, “Vicious”, “Satellite of Love” y especialmente “Walk on the Wild Side” llevaron al disco a los charts, algo impensado para el poeta oscuro del rock. “Cualquier canción que mencione el sexo oral, la prostitución masculina, las drogas y el valium, y así y todo la pasen por la radio tiene que ser muy cool”, dijo el crítico Nick Kent respecto del “Walk...”.
Si el mundo esperaba otro disco accesible después de Transformer, Reed ciertamente lo decepcionó: Berlin (1973) es la desgarradora historia de una pareja de junkies en la que hay niños que lloran, un suicidio, todo mal... Y así y todo, ese disco conceptual producido por Bob Ezrin es otra obra maestra de Reed. El álbum recién fue tocado en vivo y en orden más de treinta años después de su salida. Ese patrón de “disco comercial” versus “obra artística difícil de digerir” se repetiría más adelante en la carrera de Reed, lo que quizás haya boicoteado sus posibilidades de ventas, pero que ciertamente estableció sus credenciales como artista que se cagaba en las concesiones.
Reed hizo giras en las que simulaba inyectarse mientras cantaba “Heroin”. Se tiñó el pelo de rubio. Bajó a tierra. Dejó las drogas. Volvió a las drogas. Volvió a dejarlas. Estuvo en pareja con una transexual. Se dejó ganar por la vida burguesa. Se casó con una fan. Reapareció como poeta rockero. La muerte de Andy Warhol lo llevó a juntarse con John Cale, lo que desembocó en un regreso bastante pobre (en términos artísticos) de Velvet Underground. Se divorció. Puteó a los republicanos y a los más extremos los acusó de incestuosos. Se casó con la cantante y artista multimedia Laurie Anderson. Grabó un disco basado en Edgar Allan Poe, otro para hacer tai chi y uno con Metallica.
Y en el medio, dejó otra cantidad de obras de una altura difícil de empardar. Por ejemplo, Metal Machine Music (’75), que también es difícil de escuchar: un vinilo doble cuyas cuatro caras solamente contienen ruido blanco y manipulaciones electrónicas. “No hay paneos. No hay sincronización. No”, decía en una suerte de manifiesto el sobre interno de ese álbum que tantos fueron a devolver y que el crítico Lester Bangs declaró el mejor disco de la historia. O The Blue Mask (’78), con una dupla de guitarras impresionante junto a Robert Quine. Y, claro, el enorme New York (’89), en el que retrató como nadie el esperpento del final de la era Reagan-Bush. Y “Magic and Loss” (’92), sobre cómo lidiar con la enfermedad y las pérdidas. Y hasta Ecstasy (2000), que lo trajo a Buenos Aires por segunda vez (la primera había sido en 1996, para la presentación de Set the Twilight Reeling; volvió en 2008 para acompañar a su esposa en un par de temas).
En 1987, hablando sobre su carrera con un periodista de RollingStone, Reed dijo una frase que puede sonar pedante, pero que no está exenta de realidad: “Siempre pensé que si se la veía como un libro, entonces ahí tenés la Gran Novela Norteamericana, cada disco como un capítulo. Están todos en orden cronológico. Agarrá todo, apilalo y escuchalo en orden: ahí está mi Gran Novela Norteamericana”. ¿Habrá sido una tardía justificación para su mentor Delmore Schwartz, que odiaba el rock? ¿O el arrepentimiento por no haber cumplido su sueño juvenil de consagrarse como escritor? Como fuera, su obra, amplificada por el poder de la música, trasciende esas carencias. Pero la idea de escucharla en orden sí tiene sentido. Tal vez sea la mejor manera de despedir a un artista tan crucial que, a pesar de haber sido acusado de convertir a varias generaciones en zombies drogones, les salvó la vida a unos cuantos. Igual que le pasó a él cuando el rock’n’roll le llegó desde la radio.


(semblanza de Roque Casciero tomada íntegra del sitio "página/12".)

Donald Justice (1925/2004 )

Variaciones sobre un texto de Vallejo

Me moriré en París con aguacero…

Moriré en Miami bajo el sol,
un día en que el sol sea muy brillante,
un día como los días que recuerdo, un día como otros,
un día que nadie conoce ni recuerda todavía,
y el sol brillará entonces en las gafas oscuras de los desconocidos
y en los ojos de unos pocos amigos de infancia
y en los de los primos sobrevivientes junto a la tumba,
mientras los sepultureros, a cierta distancia, en la sombra inmóvil de las palmeras,
apoyados en sus palas, y fumando,
hablan en español en voz baja, por consideración.

Creo que será un domingo como el de hoy,
sólo que brillará el sol, la lluvia se habrá detenido,
y el viento que hoy hace que todos los arbustos se pongan de rodillas;
y creo que será un domingo porque hoy,
cuando saqué este papel y empecé a escribir,
nunca antes nada me había parecido tan en blanco,
mi vida, estas palabras, el papel, el gris domingo;
y mi perro, temblando bajo una mesa a causa de la tormenta,
levantó la vista hacia mí, sin comprender,
y mi hijo leía en silencio, y mi esposa dormía.

Donald Justice está muerto. Un domingo salió el sol ,
brillaba en la bahía, brillaba en los edificios blancos,
los coches bajaban por la calle lentamente, como siempre, eran tantos,
algunos con los faros encendidos a pesar del sol,
y al cabo de un rato los sepultureros con sus palas
regresaron junto a la tumba bajo la luz del sol,
y uno de ellos hundió la pala en la tierra
para levantar unos pocos terrones de la negra arcilla calcárea de Miami,
y esparció la tierra, y escupió,
volviendo la cara repentinamente, por consideración.


(texto tomado del blog "otra iglesia es imposible",versión de Jonio González.)

domingo, 27 de octubre de 2013

Terrorismo en Michoacán

Miles de michoacanos se quedaron sin energía eléctrica la madrugada de este domingo, con apagones en al menos 10 municipios, luego de una serie de ataques a subestaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por parte de presuntos grupos del crimen organizado.
Además, en Morelia sujetos intentaron incendiar tres gasolinerías, así como en el municipio de Tarimbaro.
Cerca de las 3:00 horas la energía eléctrica fue cortada en subestaciones eléctricas de varios municipios como Zamora, La Piedad, Zamora, Zacápu, Jacona, Maravatío, Álvaro Obregón, Zitácuaro, Tarímbaro, Apatzingán y Morelia.
Tras los ataques sólo hubo daños materiales, confirmó el gobierno del estado esta mañana a través de su cuenta oficial de Twitter, y agregó que ya se trabajaba para restablecer la energía en los municipios afectados.
A través de llamados de emergencia, la Secretaría de Seguridad Pública supo de diversos hechos en varios municipios del estado, donde se intentó sabotear las subestaciones de la CFE.
Según un comunicado, se implementaron operativos policiacos para resguardar las instalaciones de la CFE, que reporta daños en por lo menos nueve subestaciones. Las mayores afectaciones son en Zamora, La Piedad, Apatzingán, Zinapécuaro y Uruapan.
Elementos de la Policía Federal vigilan la subestación ubicada en la salida a Salamanca, frente al Tecnológico de Morelia, luego de que un grupo armado intentara arrojar bombas molotov a dicho complejo.
En el lugar, de acuerdo a la información de autoridades policiales, fueron abandonadas un total de 131 bombas caseras, que aparentemente serían lanzadas contra transformadores de la CFE.
Por otro lado, por ser instalaciones federales, la Procuraduría General de la República (PGR) será la encargada de realizar las indagatorias en torno al ataque contra la CFE.
De acuerdo con lo informado por autoridades estatales, la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, colaborará con las investigaciones y rendirá un informe de los datos en su poder.
Por lo pronto, autoridades estatales y federales mantienen vigilancia extrema en instalaciones de la CFE.
En tanto, tres gasolinerías de Morelia y otra en Tarímbaro fueron atacadas también esta madrugada por sujetos que intentaron incendiarlas con bombas molotov.
Aproximadamente a las 1:30 horas varios hombres armados llegaron a la estación El Trébol, sobre la carretera que conduce a Álvaro Obregón, y arrojaron los artefactos sin lograr que se consumieran las bombas despachadoras.
Simultáneamente y del mismo modo fueron atacadas las gasolinerías El Pípila, Estadio y Santa María, lo que dejó cuantiosos daños materiales.
Elementos de las policías Federal y Estatal implementaron un operativo en otras estaciones, en prevención de más atentados.


(despacho tomado del sitio "proceso")

El placer de comprar basura

Sólo experimentamos una auténtica felicidad cuando gastamos inútilmente, algo que se debe a que siempre queremos estar seguros de la inutilidad de nuestro derroche, sentirnos lo más lejos posible del mundo serio en el que el aumento de recursos es la regla.” Eso decía en 1949 el novelista y ensayista francés Georges Bataille, en un artículo de título abarcador: “La felicidad, el erotismo y la literatura”. Para entonces, la industria cultural estaba lejos de ser la máquina ambiciosa y compulsiva en que se ha convertido hoy, y el afán de producir novedades estaba atado a otros ritmos. Luego vendría la avalancha de agentes de prensa, productores sabios y expertos en márketing. Pero justamente la ingente tarea de dotar el mercado de una irremediable sobredosis de oferta hace que esa industria carezca de una teoría para ofrece a sus consumidores reglas y modos de disfrutar de las ofertas o para guiarse en la multitud de productos que los convocan.
La sensación de cualquier consumidor cultural, al entrar en una disquería, una librería o algún lugar de grandes superficies, es que allí hay mucho más que lo que se puede disfrutar. El derroche ha dejado de pertenecer a la esfera privada –como imaginaba Bataille—para formar parte de la oferta cultural, algo que la digitalización terminó por consolidar.
Por ejemplo, en su versión en DVD, una película de culto de los años 70 como The Rocky Horror Picture Show, trae un CD adicional con escenas no incluidas. Lo mismo ocurre con un filme de gran éxito como La guerra de las galaxias, y el DVD de El rey Arturo se anuncia como aquel filme cuyo montaje quedó en manos del director (sin mejoras evidentes). Otro tanto ocurre con la música: toda reedición que se precie trae sus altérnate takes, que en la mayoría de los casos fueron descartes de los intérpretes. Incluso hay discos recientemente grabados que incluyen estos adicionales, anunciados como bonus track (algo que se recibe gratuitamente). La quintaescencia de este procedimiento fue Anthology, de The Beatles. Una suma de ensayos y errores como marco de la aparición de un par de inéditos. También el cuarteto de Liverpool protagonizó otro experimento digital: el Let it be naked, despojado de las orquestaciones de Phil Spector, más un CD adicional de material de ensayo.
Pero no todo ocurre favorecido por las nuevas tecnologías que permiten la inclusión de gran cantidad de información en formatos reducidos. Lo mismo sucede en el terreno editorial, donde nada de lo que haya salido de alguna pluma célebre queda inédito, y al final de muchas películas se incluyen las tomas fallidas (algo parodiado en el filme Bichos). También la televisión incluye sus fallidos – bloopers—como una forma de producir comicidad. Obviamente este fenómeno tiene que ver con exprimir las posibilidades de venta de cualquier celebridad, pero no deja de generar sus efectos.
Por lo pronto, estos productos destinados a un público masivo tienen la estructura de un objeto académico. Agregados, material descartado, el camino del ensayo y el error, hasta llegar a la instancia deseada. Todo esto forma parte de lo que reúne cualquier investigador para desentrañar su objeto de estudio. Hoy todo eso ya viene envasado, se pone a disposición tanto de entendidos como de profanos, el camino que llevó desde la intervención de Strawbery Fields a la versión definitiva incluida en el disco. Podemos seguir paso a paso al artista en la concreción de su idea. Cada canción, cada novela, cada toma se revela como un palimpsesto transparente en el que se pueden contemplar las capas de pintura. Cada una de las pinceladas.
Pero la diferencia de públicos marca modos alternativos de consumo. El estudioso dispone de una teoría (cierta o errónea) para encarar su material, al lego esos agregados suelen no decirle demasiado. Por otra parte, el iniciado no juzga: la versión definitiva es el horizonte, el punto de partida y el de llegada. Para el consumidor, la versión válida puede ser más de una.
El agregado, el desperdicio, resulta la mayor parte del tiempo opaco, porque lo que se pierde es la instancia de jerarquización. Los Beatles o Duke Ellington eran autoridades, por ser autores, que decidían sobre su propia obra. Eventualmente un antólogo –a quien Borges asimilaba a un autor—podía decidir qué era lo valioso y qué era lo circunstancial. Al no haber nadie a quien se considere con la legitimidad para poder establecer la frontera entre lo que debe permanecer y lo que está destinado al olvido, se tiende a anular la escala de valores. Todo tiene la misma importancia y por lo tanto pierde interés.
Es un extraño juego con sólo dos opciones: todo o nada. Porque esa pérdida de interés convive con el mensaje terrorista de que hay que tener disponible hasta la última nota que haya ejecutado John Lennon, la más mínima toma que haya registrado Francis Ford Coppola o los registros de presión arterial de Franz Kafka. Allí puede residir una verdad irrebatible, nueva luz sobre una obra que parecía cerrada y que sólo su consumo podía dotar de nuevos significados. Al entregarnos todo, o la fantasía de que hay un lugar que lo contiene todo –pequeños alephs prefabricados—lo que se cierra es la precariedad, la única condición que hace que valga la pena emprender la aventura del sentido.
El derroche ya no nos pertenece como placer, no nos provee esa alegría del momento en que creemos apartarnos del mundo inmediato. Ahora hay que usar toga para escuchar a los Beatles.
 
 
(1. Luego de que murió RB, su viuda "oficial" y su editor Jorge Herralde decidieron publicar obras "olvidadas" en la compu del autor de "Amuleto", pero todavía faltan sus cartas, sus conversaciones grabadas en la contestadora y sus apuntes escritos al margen de sus libros de cabecera y al margen del margen de sus cuadernos.
2. Luego de su fallecimiento, la mujer de RC decidió que su editor publicara los manuscritos originales del autor de "Catedral" porque sus fans se quedaron sedientos de su literatura encajonada bajo la etiqueta de "realismo sucio". Más tarde aparecerán los poemas inéditos que están olvidados en el rincón de alguna alacena.
3. Cuando falleció FK y se anunció la publicación de sus cartas, Felice y Milena y Brod pusieron el grito en el cielo: ninguno quería que el mundo conociera las entretelas amorosas del autor de "El castillo". Y así sucesivamente. Ensayo de Marcos Mayer, "La cultura nos vende incluso sus errores", en el sitio "revista ñ", Clarín, Buenos Aires.)

sábado, 26 de octubre de 2013

Eugenio Montejo, poeta


Adiós al siglo XX 

a Alvaro Mutis

Cruzo la calle Marx, la calle Freud;
ando por una orilla de este siglo,
despacio, insomne, caviloso,
espía ad honorem de algún reino gótico,
recogiendo vocales caídas, pequeños guijarros
tatuados de rumor infinito.
La línea de Mondrian frente a mis ojos
va cortando la noche en sombras rectas
ahora que ya no cabe más soledad
en las paredes de vidrio.
Cruzo la calle Mao, la calle Stalin;
miro el instante donde muere un milenio
y otro despunta su terrestre dominio.
Mi siglo vertical y lleno de teorías...
Mi siglo con sus guerras, sus posguerras
y su tambor de Hitler allá lejos,
entre sangre y abismo.
Prosigo entre las piedras de los viejos suburbios
por un trago, por un poco de jazz,
contemplando los dioses que duermen disueltos
en el serrín de los bares,
mientras descifro sus nombres al paso
y sigo mi camino.



(texto tomado del blog "otra iglesia es imposible")


             

viernes, 25 de octubre de 2013

Efraín Huerta (1914/1982 )

Canción

La luna tiene su casa
Pero no la tiene
la niña negra
la niña negra de Alabama

La niña negra sonríe
y su sonrisa
brilla como si fuera
la cuchara de plata
de los pobres

La luna tiene su casa
Pero la niña no tiene casa
la niña negra
la niña negra de Alabama


(texto tomado de Poesía 1935/1968, ed. JM/SEP, col. Lecturas Mexicanas, 2a. serie, México, 1986.)

jueves, 24 de octubre de 2013

Vasko Popa (1922/1991 )


 En la aldea de mis ancestros

Alguien me abraza
Alguien me mira con los ojos de un lobo
Alguien se quita el sombrero
para que pueda reconocer mejor su aspecto

Cada uno me pregunta
sabes cómo estoy unido a ti

Desconocidos ancianos y mujeres
se apropian los nombres
de muchachos y muchachas de mi memoria

Le pregunto a uno de ellos
dime por amor de Dios
si George el Lobo todavía vive

Ese soy yo, responde desde un
mundo casi venidero

Yo toco sus mejillas con mi mano
y le imploro con mis ojos
que me diga también si todavía
yo vivo.

(texto tomado del blog "el placard", sin crédito al traductor.)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Juan Rodolfo Wilcock, poeta


Cuando tú, mi poesía, lees poesía

Cuando tú, mi poesía, lees poesía,
el cielo se oscurece con una luz verde,
la gente huye de la orilla del mar
por un presentimiento remoto de tormenta
o de contraste entre los elementos,
se enarbolan chispas en los cables del tranvía,
y un gran silencio cae sobre la ciudad:
es la poesía que se contempla a sí misma.
Lees palabras de un tiempo olvidado,
de un presente que se derrumba sin tregua,
velozmente, en un pasado informe,
lees acerca de un rey y de coronas, jardines y guerras,
tú, que eres la corona de cada imperio
y el jardín del mundo conocido
y la guerra de los sentidos de la naturaleza,
lees: "¿quién profesará mis versos en el futuro
si digo ahora todo lo que vales?".
Y sucede en aquel momento que esos versos,
como una flecha arrojada a los siglos,
llegan un día a quien los inspiró.
Y entonces la oscuridad verde se hace total,
la gente se oculta, abrumada,
y en un silencio, como de terremoto,
se alza la luna sobre los castillos romanos
y todo vira lentamente al azul,
mientras tú, mi poesía, lees poesía.


(texto tomado del sitio "otra iglesia es imposible", traducción de Guillermo Piro.)

martes, 22 de octubre de 2013

Juan José Arreola (1918/2001 )

El sapo


Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias.

Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora cualidad de espejo.
 
 
(texto tomado del blog "el placard".)


lunes, 21 de octubre de 2013

Konstandinos Cavafis (1863/1933 )

Esperando a los bárbaros
 
 
¿Qué esperamos reunidos en el ágora?
                        Los bárbaros llegarán hoy.
¿Por qué la intranquilidad en el senado?
                        Porque los bárbaros llegarán hoy.
¿Por qué los senadores no legislan?
¿Qué nuevas leyes van a dictar?
                        Cuando los bárbaros lleguen
                        harán sus propias leyes.
¿Por qué se levantó tan temprano el emperador?
¿Por qué está sentado en la puerta mayor de la ciudad,
 en su alto trono, suntuoso y coronado?
                         Porque los bárbaros llegarán hoy,
                         y el emperador espera recibir a su jefe.
                         Ha preparado un pergamino
                         donde le confiere títulos y honores.
¿Por qué nuestros cónsules y pretores
lucen hoy sus rojas y rebordadas togas,
sus brazaletes de amatista,
y anillos con relucientes esmeraldas?
¿Por qué empuñan bastones riquísimos,
en oro y plata cincelados?
                           Porque los bárbaros llegarán hoy,
                           y esas cosas deslumbran a los bárbaros.
¿Por qué no acuden hoy los oradores como siempre
a decir sus discursos?
                           Porque los bárbaros llegarán hoy,
                            y les aburre la elocuencia y la palabrería.
¿Por qué la repentina inquietud y confusión?
(Los rostros se han vuelto graves)
¿Por qué tan rápido los ciudadanos
vacían las plazas y las calles,
y regresan a sus casas pensativos?
                            Porque cayó la noche y los bárbaros no llegaron
                             y  gente que viene de la frontera
                             asegura que ya no existen los bárbaros.
Y ahora,
¿qué sucederá sin los bárbaros?
Estos hombres al menos ofrecían una solución.

 
(texto tomado del sitio "alpialdelapalabra", traducción Cayetano Cantú.)
 

domingo, 20 de octubre de 2013

ANTES DEL SUEÑO...

Antes del sueño me procuro
el cuaderno, la tinta, la bacinica
limpia y una lámpara quieta.

Me procuro la cera, fósforos
de madera, pijama limpia azul
tabaco despertador cojines silencio.

Si no es posible sumergir en agua
la extensión, el móvil, el reloj
de pulso, los ojos desmontables,

Por lo menos me procuro el cobertor
azul, la colcha azul, paredes
blancas y algodones silenciosos.

Pero el silencio no basta
ni es garantía de nada
ni de nadie ni de uno mismo.

Tampoco cierro puertas
ni cuento ovejas en sacrificio;
sencillamente procuro las manos blancas
del suicida.

sábado, 19 de octubre de 2013

Muere ejecutada Rocío Mesino


Atoyac de Álvarez, Guerrero.- Un desconocido armado asesinó a tiros a la activista Rocío Mesino Mesino, fundadora de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), confirmaron familiares.
Este mediodía, un tirador solitario abrió fuego con un fusil AK-47 contra la dirigente social en un punto de la Sierra Madre del Sur, en la ruta a Mexcaltepec, donde la activista supervisaba los trabajos de un comedor comunitario así como de un puente artesanal que construían habitantes de esa región para cruzar el Río Atoyac, después de que los embates de la tormenta tropical Manuel destruyeron la estructura original.
Los hechos ocurrieron al filo de las 13:00 horas en un paraje cercano a Mexcaltepec, cuando un desconocido que se transportaba en una motocicleta interceptó y disparó contra la activista, quien fue alcanzada por cinco impactos de fusil.
Acto seguido, el tirador amenazó a los presentes en el área, la mayor parte de ellos habitantes de comunidades cercanas que laboraban en la construcción del puente, a quienes advirtió que los mataría si intentaban algo, tras lo cual huyó del lugar en el mismo vehículo en que arribó.
Mesino Mesino era una activista social ampliamente conocida en esa región de la Costa Grande de Guerrero por su pertenencia a la OCSS, a la que se ha considerado una organización de fachada de un grupo guerrillero.
El 18 de septiembre de 2005 su hermano Miguel Ángel Mesino Mesino fue ultimado por hombres armados en pleno centro de la cabecera municipal y, posteriormente, un grupo guerrillero denominado Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP) se adjudicó su ejecución, en un contexto de purgas intestinas entre las agrupaciones clandestinas.
Miguel Ángel Mesino era considerado un mando importante del grupo guerrillero Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres-Comando Justiciero 28 de Junio (CCRP-CJ28).


(cable tomado del sitio "24 horas".)

Robert Desnos (1900/1945 )

 

 
La furtiva


La furtiva se sienta en el pasto crecido

para descansar de un recorrido agotador

a través de un campo desierto.

Perseguida, acosada, espiada, denunciada, vendida,

fuera de toda ley, de todo alcance.

A la misma hora en que se ponen las cartas sobre la mesa

y un hombre dice a otro:

«Hasta mañana».

Pero mañana estará muerto o se habrá ido lejos.

En la hora en que tiemblan las cortinas blancas en la noche profunda,

cuando el lecho trastornado de las montañas

abierto ante su invitada desaparecida

espera a algún gigante de más allá del horizonte,

la furtiva se sienta, se duerme la furtiva.

No hagan ruido, dejen descansar a la furtiva

en una esquina de esta página.

Teman que se despierte,

más enloquecida que un pájaro que se golpea contra los muros.

Teman que muera en su casa,

teman que pulverice todas las ventanas rotas,

teman que se esconda en un ángulo oscuro,

teman despertar a la furtiva dormida.
 
 
(texto tomado del sitio "el placard, versión de Jorge Fernández.)



 

viernes, 18 de octubre de 2013

Adrienne Rich (1929/2012 )

Qué clase de tiempos son éstos
 

Hay un lugar entre dos grupos de árboles donde el pasto crece cuesta arriba

y el viejo camino de la revolución se interrumpe entre sombras

cerca de un templo abandonado por los perseguidos

que desaparecieron en esas mismas sombras.


Por allí caminé juntando setas al filo del espanto, pero no te equivoques

éste no es un poema ruso, éste no es otro lugar sino aquí,

nuestro país que se acerca a su propia verdad y espanto,

a su propia manera de hacer a la gente desaparecer.


No voy a decirte dónde está ese lugar, la trama oscura del bosque

que se encuentra con la franja inmaculada de la luz –

cruces fantasmas, paraíso de mantillo:

ya sé quién quiere comprarlo, venderlo, hacerlo desaparecer.


Y no voy a decirte dónde es ¿Para qué te digo ésto, entonces?

Porque todavía escuchas, porque en tiempos como éstos

para tenerte siquiera escuchando es necesario

hablar sobre los árboles.
 
 
(texto tomado del sitio "el placard", versión de Sandra Toro.)

jueves, 17 de octubre de 2013

Luis Antonio de Villena (1951 )

Borges

Conocí a Borges ya viejo. Y quizá como otros tiendo a considerar
que el anciano de sonrisa perpetua, aferrado a su oscuro bastón
no debió  conocer la juventud. Es este Borges al que retratamos una
tarde de 1982. El Borges que (con su peculiar acento, su continuo
tentar la ironía) hablaba continuamente de libros y de palabras…
Recordaba un verso de Lucano, traducido por Juan de Jáuregui,
y lo repitió varias veces, una mientras yo lo conducía al lavabo:
“Muere el mar y es cristal su monumento” ¡Caramba qué verso!
volvió a reiterar el mítico ciego, acaso para ocultar lo demasiado
humano inevitable. Como algunos grandes conservadores tenía
muchas proclamaciones anarquistas. Había vivido para los libros
y en los libros. Pero ¿no hubo más? ¿Quién era María, quién su
casi infinita madre, quién aquella Estela Canto a quien dedicó
y regaló el manuscrito minucioso de “El Aleph”? Como le hubiera
gustado decir, Borges era muchos y todos misteriosos, como tú,
casi como cualquiera. Pidió, otra tarde, que le leyéramos un fragmento
de un viejo cuento suyo, que no recordaba. Lo hicimos. Y cuando
surgía la frase  carismáticamente borgeana, decía: “No está mal eso.
¿Verdad? ¡Caramba! ¿A quién se lo habré copiado yo?”. Cuando alguien
le preguntó qué pensaba de quienes decían cosas contra él, acentuó
la peculiar sonrisa indefinida: “¿Qué voy a pensar, ché? Bueno, que
tienen razón, ¿no?” Recuerdo cuando, adolescente, leí el primer poema
suyo que me fascinó, “España”. Recuerdo miles de posteriores lecturas
deslumbradas:  “¿Es posible que yo, súbdito de Yakub Almansur/
muera como tuvieron que morir las rosas y Aristóteles?” Hizo,
con daño oculto, de la ceguera un don y se esforzó en la humildad
de quien sabe con sir Thomas Browne que “el olvido es insobornable.”
Su presencia tranquilizaba, pues era igual a lo que imaginaste
y te gustaba saberlo próximo a Quevedo o a Lugones, cuando
leía con voz exacta: “Detrás de los mitos y las máscaras,/ el alma,
que está sola.”  También ante el espejo en que no podía verse,
resignándose al retrato: “La justa y vasta y necesaria muerte”
Adiós, Borges. Sin usted todos seríamos, en verdad, mucho menos…
 
 
(texto tomado del sitio "alpialdelapalabra")

miércoles, 16 de octubre de 2013

Laura García del Castaño (1979 )

 
Se habla cada vez con más certezas

 
Así,
como el color del humo presume la voracidad del
fuego,
o el cauce de un río su arrebato
por cómo naces se adivina el carácter,
por la línea de tu mano los hijos que te esperan,
por la forma de tu cráneo la inteligencia,
por el ancho de tus huesos tu fortaleza,
por tus actos la magnitud de tu entierro
y por tu cadáver
la demora de tu olvido.



(texto tomado del sitio "el poeta ocasional")

 


 

martes, 15 de octubre de 2013

Mario Santiago Papasquiaro, poeta

Insólito & desviado

Pájaro partero de lluvias
pelícano provocador a fulltime
goteo como larva de gomacaliente
brotada de los labios desprendidos del sol

las ciudades las dejo
para trotar extranjero
por los rompeolas del riesgo

las ciudades las quiebro
con mi aliento de ceiba
trepadora de cielos-columpios
pezones de alba-travesuras & trapecio
pezones de hadas
mordisqueadas a pulso
por los dientes bailongos de mi calaverapirata
mis caderas son rayos de bicicleta campestre
afinando mi huida de este tartamudo disparate industrial

murciélago de radar descarado & ventosas suicidas
la última mirada del soy


(texto tomado de Respiración del laberinto, editorial La Ratona Cartonera, 2010, Cuernavaca, Morelos, México.)

lunes, 14 de octubre de 2013

Álvaro Mutis, poeta

 


Ponderación y signo del tequila
Para María y Juan Palomar



El tequila es una pálida llama que atraviesa los muros

y vuela sobre los tejados como alivio a la desesperanza.

El tequila no es para los hombres de mar

porque empaña los instrumentos de navegación

no obedece a las tácitas órdenes del viento.

Pero el tequila, en cambio, es grato a quienes viajan en tren

y a quienes conducen las locomotoras, porque es fiel

y obcecado en su lealtad al paralelo delirio de los rieles

y a la fugaz acogida en las estaciones,

donde el tren se detiene para testimoniar

su inescrutable destino de errancia.

Hay árboles bajo cuya sombra es deleitoso beberlo

con la parsimonia de quien predicó en el viento

y otros árboles hay donde el tequila no soporta la umbría

que opaca sus poderes y en cuyas ramas se mece

una flor azul como el color que anuncia los frascos de veneno.

Cuando el tequila agita sus banderas de orillas dentadas,

la batalla se detiene y los ejércitos tornan

al orden que se proponían imponer.

Dos escuderos lo acompañan a menudo: la sal y el limón.

Pero está listo siempre a entablar el diálogo

sin otro apoyo que su lustral transparencia.

En principio el tequila no conoce fronteras.

Pero hay climas que le son propicios

como hay horas que le pertenecen con sabia plenitud:

cuando llega la noche a establecer sus tiendas

en el esplendor de un meridiano sin obligaciones,

en la más alta tiniebla de las dudas y perplejidades.

Es entonces cuando el tequila nos brinda su lección consoladora,

su infalible gozo, su indulgencia sin reservas.

También hay manjares que exigen su presencia,

son aquellos que propició la tierra que los vio nacer.

Inconcebible sería que no fraternizaran con certeza milenaria.

Romper ese pacto sería grave falta contra un dogma prescrito

para aliviar la escabrosa tarea de vivir.

Si “la ginebra sonríe como una niña muerta”

el tequila nos atisba con sus verdes ojos de prudente centinela.

El tequila no tiene historia, no hay anécdota

que confirme su nacimiento. Es así desde el principio

de los tiempos, porque es don de los dioses

y no suelen ellos fabular cuando conceden.

Ese es oficio de mortales, hijos del pánico y la costumbre.

Así es el tequila y así ha de acompañarnos

hasta el silencio del que nadie regresa.

Alabado sea, pues, hasta el final de nuestros días

y alabada su cotidiana diligencia para negar ese término.
 
 
(texto tomado del blog "el placard".)

domingo, 13 de octubre de 2013

ELLOS NO...

Ellos no se van, somos nosotros
que nos desvanecemos como la niebla.

Ellos no lloran, nosotros somos
quienes tragamos papel tinta y tintero.

Ellos no se confiesan, somos nosotros
que cobijamos cuerpos como heridas.

Ya no palpitan, no oyen, no responden,
se evaporan como el agua al fuego.

Ellos no maldicen, no se muerden
la lengua, somos nosotros, su minoría

Su delirio, su guitarra, la partitura
abandonada, al garete,

La voz débil que evoca
la cuerda trozada, la nota roja.

Pero un día, yo pienso, el temporal
se va, el ausente vuelve.

sábado, 12 de octubre de 2013

Marco Antonio Montes de Oca (1932/2009 )

Supervivencia

Evado lontananzas,
borro los mensajes de mi cripta,
empiedro al castillo flotante
y el aire nunca olvida
lo que escribe mi cigarro
en la negra estepa embrujada.

Destierro países,
soy un mago que a sí mismo se toca
y sigue siendo cierto,
mago que a sí mismo se toca
con la punta más alta
de la más alta estrella.

Me atiborro con la sangre
de los últimos significados,
sorbo hielo color de uva,
invento la transparencia
envenenándome.


(texto tomado de Cuenta nueva y otros poemas, Martín Casillas editores, México, 1983.)

viernes, 11 de octubre de 2013

Alfonso Alcalde (1921/1992 )

Salmo del progenitor
 


No es que me dé vergüenza recordarlo.
Ahí viene mi padre poniendo en orden
las herramientas antes de fabricarme.
Siempre tan exagerado para sus cosas:
asegurando a sus amigos que mascaría
el mar o desclavaría las estrellas
para hacer mellizos
en menos que canta un gallo.

El día que llegó dispuesto
a emprender la hazaña
le trajo un regalo a mi mamá.
Eran flores de papel y ella movía
sus grandes ojos donde nadaba libremente
el resto del mundo.

Entonces mi papá la tomó de la mano
y yo escuchando
tiritando a la intemperie
con mi cargamento alerta
de huesos y ojos alrededor.

Todo es posible. Escoger a ciegas
el destino de 100 años, pedir un capricho
mientras
se derrumban las galaxias,
borrar siempre un nombre en la arena,
sentir como el rocío
la primera tibieza de la vida
y golpear una puerta y ser recibido
como después de un largo viaje.

Luego escuché el disparo inicial.
Se pusieron a levantar mis cimientos.
Mi padre moviendo el barro como si fuera
el sencillo pan del Universo
y mi madre llorando y sufriendo
sabiendo de antemano todos los dolores
de cabeza que le iba a ocasionar
tan pronto como naciera.
Y tal como lo predijo, así no más fue.


(texto tomado del sitio "letras s5.com")